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Medio año después del polémico incendio de Reydesa en Legutio, el grupo empresarial detrás de la factoría de Gojain, Otua, se esmera por demostrar un cambio de actitud con hechos. El conglomerado del sector del reciclaje está inmerso en un plan para ir cubriendo sus instalaciones y cerrándolas para evitar que el ruido y la contaminación que produce su actividad afecte a los vecinos.
Hace tan sólo unas semanas, el Gobierno vasco dio luz verde a modificar varias autorizaciones medioambientales de la empresa. Detrás de ese movimiento administrativo está el plan del grupo para limitar el impacto de su producción. Un proyecto que implica una inversión de más de 10 millones de euros para el holding.
«Hemos materializado tres cierres al sur del polígono y estamos con otros tres al norte», relata en conversación con este periódico Juanjo Álvarez, portavoz de Otua. Explica que, por el momento, han empezado con los cerramientos «en los que no hacía falta modificar trámites urbanísticos». En paralelo trabajan con el Ayuntamiento de Legutio para modificar las normas subsidiarias del municipio –si nada se tuerce, podría haber una aprobación provisional este mismo mes– que desbloqueen las obras para encapsular otras cinco instalaciones del grupo dentro de Gojain y que, desgraciadamente, «son las más cercanas al pueblo». En paralelo a los trámites en las ventanillas urbanísticas, Otua quiere que su equipo técnico empiece a diseñar las obras de estos cierres en cuanto tengan las normas subsidiarias. Antes incluso de que la Diputación dé el visto bueno definitivo a los cambios urbanísticos. La intención es «ganar tiempo y tener listo un proyecto susceptible de conseguir la licencia de obra» para empezar a trabajar tan pronto como tengan los permisos.
Los responsables también han trasladado al Ejecutivo alavés su intención de pisar el acelerador con estas obras y aseguran que la Diputación les ha trasladado su intención de darle agilidad al plan de Otua. La empresa ha mantenido encuentros tanto con la alcaldesa como con responsables forales.
El holding, en paralelo, también estudia otras opciones como reorganizar algunas instalaciones para llevar a la zona del polígono más cercana a Legutio actividades más amables para la ciudadanía como las que realizan Aceros Urola –que simplemente almacena la siderurgia especial– o la fundación Inatec, dedicada a las labores de investigación y desarrollo dentro de Otua.
Con estas actuaciones, sostiene Álvarez, Otua pretende demostrar que «pasamos del decir al hacer, que no nos quedamos en las palabras». Sobre plazos para completar las obras, no se atreve a concretar cuándo podrían estar listos los nuevos encapsulamientos pese a que su intención es «que sea lo antes posible». «Pero no todo depende de nosotros, también habrá que ver cómo marcha la burocracia», concluye el portavoz del conglomerado.
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