La oposición exige a González que cambie el rumbo de Álava

Ninguno rechazó la oferta de 'mano tendida' de González para alcanzar acuerdos -el primero, el presupuesto de 2021- pero son completamente conscientes de que el PNV ya suma mayoría absoluta con sus socios del PSE. «Esto no se trata de asumir las políticas de los demás, sino encontrar puntos de encuentro. La oposición tiene capacidad de influir en la acción del gobierno, no puede imponer», reconoció el diputado general sofocando así las esperanzas de acuerdos que podían haber surgido.

Las medidas adoptadas para superar la crisis sanitaria y económica no complacen a la oposición. «No nos podemos permitir nuevos fallos. Está en juego la salud y la vida de las personas y, además, si a los daños económicos ya producidos se le suman nuevas restricciones o confinamientos, estos problemas podrían ser irreversibles para una parte importante de nuestro tejido empresarial», analizó el presidente de los populares alaveses, Iñaki Oyarzábal.

«Si tiene una voluntad sincera de llegar a acuerdos y buscar consensos, nuestra actitud es constructiva», planteó el dirigente conservador, quien colocó entre las prioridades del territorio la necesidad de pactar en materia de empleo, pequeño comercio y hostelería, la aeronáutica, los sectores más afectados por los ERTE, las familias y la modernización de los servicios sociales. Y es que los populares creen insuficientes las medidas adoptadas durante la pandemia (muchas incluidas en el denominado 'plan-Á') y también la reciente decisión de eximir a los autónomos de tres de los cuatro pagos fraccionados del Impuesto de la Renta (IRPF), con un impacto de 24 millones de euros para las finanzas forales. «Las cosas no se arreglan solas, ni mirando para otro lado, así sólo empeoran», declaró el dirigente popular instando al Gobierno foral a que cambie de rumbo.

EH Bildu, por su parte, defendió desde la tribuna que se debe aprovechar la ocasión para «levantarnos y caminar hacia una nueva dirección». «Si el objetivo es apuntalar el maltrecho y agotado sistema actual, que nadie nos espere», zanjó Fernández de Pinedo con espíritu revolucionario. «Debemos impulsar una transición industrial ambiciosa. Prepararnos, diversificar y adaptar el tejido industrial a los nuevos retos y cambios apostando decididamente por la innovación y orientada a crear empleos de calidad», aseguró en un discurso en el que se demostró una imposibilidad de acuerdo con jeltzales y socialistas si no existe un 'golpe de timón'.

Arantxa Abecia, portavoz de Elkarrekin Podemos en la Cámara foral, no trazó líneas rojas, se ciñó a hacer una defensa del sistema público y -eso sí- reclamó concreción ante las medidas que pretende asumir el Gobierno en los próximos meses. «Su objetivo es recuperar el empleo perdido, ¡faltaría más! ¿Qué planes específicos tiene para los diferentes sectores?», preguntó sin obtener respuesta clara. «No voy a oír, ver, callar y asentir. Vengo a decirle que no se le puede pedir a nadie que arrime el hombro y que luego tire de su mayoría absoluta para no escuchar ni atender las propuestas que le hacemos los demás», criticó Abecia.

Su grupo pudo resultar el menos beligerante con la acción del gobierno y, por lo tanto, el socio más probable para respaldar los planes de «reconstrucción» del Gobierno PNV-PSE, pero esa posibilidad parece enterrada con el tono que recibió como respuesta. Porque resultó más que evidente el intento de Ramiro González por presionar a Podemos reprochándoles que mantengan una «política de pancarta» cuando forman parte del Ejecutivo central desde hace nueve meses. «Aquí se ha llegado hasta el punto de tomar decisiones en el ámbito sociosanitario junto al Ministerio (dirigido por el vicepresidente Iglesias) y luego ver cómo sus compañeros en Álava se manifiestan en contra de esa medida», lanzó.