El nuevo edificio de Garoña exigirá un «control exhaustivo de calidad del agua»
El taller de reparación y mantenimiento de los contenedores con material radiactivo recibe el visto bueno medioambiental
La imagen de Garoña no será la misma dentro de unos años, cuando concluya el desmantelamiento completo de la central nuclear y casi todas las ... edificaciones actuales sean demolidas. Pero una de ellas, la destinada al almacenaje de los contenedores que albergarán el material radiactivo procedente del reactor, se mantendrá en pie. Para complementar dicho espacio todavía se tiene que construir un taller de reparación y mantenimiento de las vasijas que permanecerán en depósito como mínimo hasta 2073. La Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica ha determinado que no se prevé que esta nueva instalación vaya a tener efectos adversos sobre el medio ambiente. Eso sí, exige a Enresa «un seguimiento exhaustivo de la calidad de las aguas subterráneas» de este edificio que está previsto que empiece a construirse en 2026 para que entre en funcionamiento en 2028.
Este taller será el complemento al actual Almacén Temporal Individualizado (ATI), una construcción de dos planchas de hormigón resistente a posibles movimientos sísmicos, situadas a la intemperie en el mismo recinto de la central.
Está previsto que la nueva instalación de apoyo empiece a construirse en 2026 para que entre en funcionamiento en 2028
El 7º Plan General de Residuos Radiactivos exige que este depósito adquiera un mayor rango de seguridad y autonomía. Y para ello es necesario levantar una especie de centro de vigilancia y control específico. Un edificio que se construirá en las inmediaciones, con un alto componente tecnológico, medios para detectar posibles incidencias en los contenedores y personal especializado para acometer reparaciones. De este modo se evitarían traslados de enorme complejidad. Una vez se levante ese nuevo edificio, pasará a tener técnicamente la denominación de Almacén Temporal Descentralizado.
Sin «efectos adversos»
Según recoge el informe de impacto ambiental del proyecto para la instalación de apoyo del actual almacén, «no se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente» en la construcción del mismo. El único punto en el que el escrito lanza una advertencia y promueve unas medidas de control especiales es en el dedicado al agua.
«Durante los trabajos de excavación, existirá mayor probabilidad de afectar a las aguas subterráneas», señala. Por ello, aboga por «controlar el sistema de la red de drenajes con el fin de que no ocurran obstrucciones que deriven en contaminación de acuíferos o cauces superficiales» utilizando el sistema de control de vertidos de la instalación.
Una vez que el taller esté en funcionamiento, una red de tuberías evacuará las aguas pluviales al río Ebro, pero la misma «no se empleará para evacuar los residuos líquidos potencialmente radiactivos», que podrían producirse en el interior.
Asimismo, el apartado de prescripciones adicionales de la resolución incluye la «obligatoriedad» del promotor de incluir en el programa de vigilancia, un seguimiento de la calidad de las aguas similar al que actualmente se está realizando en el ATI y de obtener del organismo de cuenca las autorizaciones necesarias.
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