Algo nuevo bajo el sol
La 'startup' Powerfultree desarrolla tecnología agrovoltaica para que los cultivos se beneficien de la instalación de placas solares en el mismo suelo
Iratxe Bernal
Miércoles, 4 de junio 2025, 00:12
De rivalizar por la tierra a trabajar a su servicio. O a su sombra. Depende desde qué perspectiva lo miremos: la de la energía solar ... o la de la producción agrícola. El aprovechamiento de recursos tan limitados como el suelo obliga a echarle imaginación y buscar fórmulas para que enemigos de toda la vida puedan cohabitar, una convivencia que en los parques agrovoltaicos funciona. «La clave está en el uso que se da a los paneles. O mejor dicho, en su uso principal, que no es obtener energía, sino mejorar las condiciones y rendimiento de los cultivos», explica Imanol Olaskoaga, uno de los socios de Powefultree, 'startup' alavesa que desarrolla la tecnología que lo hace posible.
La solución parte de un planteamiento muy sencillo; para que un panel convencional pase de impedir el desarrollo de un cultivo a favorecerlo sólo hay que hacer que proyecte su sombra donde más convenga a las plantas en cada momento. Es decir, que la placa se utilice como si fuera toldo que las protege de las altas temperaturas y una irradiación excesiva. Eso sí, un toldo cargado de tecnología.
Araba Venture
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Impulsan. EL CORREO, la Diputación foral de Álava y el Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno vasco y Fundación Vital.
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¿Qué es? Punto de encuentro entre 'startups', empresas, inversores, clientes y figuras relevantes del ecosistema emprendedor.
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¿Dónde y cuándo? Se celebrará el día 26 de junio en el Palacio de CongresosEuropa.
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Inscripciones. arabaventure.com
Para empezar, porque dispone de la misma que hace posible que cualquier placa pueda seguir el movimiento del sol para que los rayos incidan en su superficie desde el mejor ángulo más provechoso cada hora del día y estación del año, que es lo determina la cantidad de energía que es capaz de generar. Estas variaciones son posibles porque los paneles cuentan con unos sistemas de ejes que permiten orientarlos de este a oeste y de norte a sur, siguiendo el sol desde que sale hasta que se pone. La jugada está en este caso las placas van montadas sobre 'pórticos' de varios metros de altura –lo que además permite el trabajo a la maquinaria agrícola– y en que, mientras en cualquier otra instalación fotovoltaica el único factor que se tiene en cuenta al programar el sistema es la orientación del sol, aquí hay que ajustar los movimientos de los paneles a los requerimientos de luz –y sombra– de las plantas.
El encargado de decidir en cada momento qué mapa de sombreado que han de configurar las placas solares, es el algoritmo, que, este sí, es propio Powerfultree. Lo hace gracias a los datos que aporta en tiempo real un grupo de sensores colocado por toda la parcela. «Monitorizamos indicadores que nos permiten saber cuándo las plantas aprovechan mejor la luz o calcular la cantidad de carbono que ha absorbido la planta, la humedad de la propia planta y de la tierra o incluso, a través de captores de radiación, la temperatura de las hojas en cada momento», detalla Olaskoaga. A esos sensores hay que añadir los que van en los pilares, que miden la radiación incidente, la temperatura y la humedad ambientales.

Ingeniería dedicada a la tecnología agrovoltaica, que compagina el uso del suelo para la producción agrícola y de energía limpia.
Toda esa información pasa a la red neuronal de la 'startup', que enseña al sistema a procesar los datos para que, de una manera similar a como lo hace el cerebro humano, vaya aumentando progresivamente su conocimiento sobre las necesidades de cada tipo de cultivo. De modo que, cuando ya tiene suficientes datos, no sólo puede programar los paneles para que se posicionen en la mejor orientación para las plantas, sino que incluso puede hacer predicciones y decirnos, por ejemplo, cuándo llegarán los frutos a su punto de maduración.
En la actualidad, la ya firma tiene operativas tres instalaciones en viñedos de Aranda del Duero, Peñafiel y Novelda, y ahora prepara su algoritmo para ponerlo a aprender con manzanos, perales, almendros y olivos. «Son diez proyectos con los que estamos pendientes de una subvención del Instituto para la Diversificación y ahorro de la Energía (Idae). Si finalmente nos la concedieran empezaríamos con los trabajos en septiembre y tendríamos las instalaciones listas para empezar a producir en marzo», avanza el cofundador de la firma.
El siguiente paso de la compañía será intentar entrar en el mercado francés, donde ya tienen competencia. «Allí, como en Alemania e Italia, no se pueden emplazar cultivos por placas solares. Puedes cambiar lo que cultivas, pero el suelo agrícola debe seguir siéndolo siempre. De modo que la solución agrovoltaica, aunque es más cara que la solar pura y dura, tiene mejor acogida que aquí, donde un suelo de cultivo sí puede dejar de serlo. Por eso uno de los principales retos en que estamos inmersos es innovar para abaratar nuestra tecnología y hacerla más competitiva», subraya Imanol Olaskoaga, que buscará socios inversores para este nuevo reto en Araba Venture, el foro empresarial abierto al público que celebran el día 26 EL CORREO, la Diputación de Álava, el Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno vasco y Fundación Vital para generar oportunidades de negocio en el tejido emprendedor del territorio histórico.
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