Delitos sexuales en Vitoria
Multan a un vitoriano con 3.500 euros por «tocar las nalgas» a una amiga de su cuadrillaUn juzgado de Vitoria condena por «abuso sexual» a un joven que llamó a una conocida para que le ayudara a ir a casa, pero la abrazó y sobó
Eran amigos desde hacía «5 ó 6 años» por su pertenencia «a la misma cuadrilla» en Vitoria. Existía confianza mutua. Y él solía tirar ... de esta chica en sus momentos de bajón. Como ocurrió aquella tarde de febrero de 2021. Le telefoneó porque se sintió indispuesto al combinar medicamentos con alcohol. La recibió con un abrazo, pero «fue deslizando sus manos por la espalda hacia las nalgas (de la víctima) hasta llegar a tocárselas con ambos manos». Como respuesta, ella le empujó y aprovechó para marcharse.
Lo que en tiempos pasados hubiera quedado en un mal trago para la damnificada, quien lo hubiera rumiado en silencio o con su círculo más cercano, ha derivado en la primera sentencia de estas características en Vitoria. De camino a su casa tras sufrir el incidente –desarrollado en una calle de Lakua y sin testigos directos–, se topó de casualidad con un conocido, un policía local. Le reveló lo sucedido y este funcionario le animó a denunciar. La acusación era por «abuso sexual».
La víctima declaró que este chico le vociferó «qué culo más bonito tienes»
En el juicio oral, celebrado hace unas semanas por el Juzgado de lo Penal número 1 de Vitoria, esta mujer declaró que su único «miedo» era «cómo podía repercutir la denuncia» en su círculo de amigos porque ambos pertenecen «a la misma cuadrilla». Era la primera vez en su vida que acudía a una comisaría. En este caso, la de la Ertzaintza.
Durante tu declaración ante la titular de la sala, Beatriz Román, la víctima manifestó que su amigo era «plenamente consciente de lo que hacía» y que, tras apartarle, le recriminó su comportamiento. Pero lo único que obtuvo es que le vociferase «pero qué culo más bonito tienes». El día después de interponer la denuncia, esta vitoriana le contactó para informarle de su decisión.
Niega el tocamiento
¿Y qué alegó el investigado en la vista oral? Pues que le hizo «mucha ilusión» ver a su amiga. Aseguró que «no le toqué el culo» y que, tras marcharse enfadada, regresó al bar donde se sintió indispuesto, se despidió de unos conocidos con los que había compartido tragos y enfiló solo hacia su piso. «No sé qué he hecho tan grave para que me denuncie». Sin embargo, también alegó que no recuerda «nada» de lo ocurrido, un testimonio que choca con varios mensajes de telefonía móvil que se cruzaron.
Desde aquellos hechos, sólo se han visto una vez. Se cruzaron en la calle y el procesado agachó la cabeza. Como consecuencia de este proceso, subrayó, ha sido diagnosticado de «ansiedad».
No es firme
Revisadas todas las pruebas, la jueza entiende en su sentencia –emitida recientemente– que sí se produjo el «fugaz» tocamiento. Se basa en que «la denunciante ha ofrecido un relato coherente en todo momento y sin contradicciones». No aprecia la misma tónica en el sospechoso, al que tacha de «inconsistente».
Mientras la Fiscalía de Álava y la acusación particular, a cargo de la letrada Raquel Rincón, solicitaban una pena simbólica de cárcel y dos años de alejamiento, el Juzgado de lo Penal número 1 ha optado por una multa para este «abuso sexual». Impone al condenado 3.240 euros de sanción y otros 300 euros de indemnización a la víctima. Es decir, un global de 3.540 euros.
Este fallo judicial todavía no es firme. La defensa, o las acusaciones, pueden recurrir el dictamen ante la Audiencia Provincial de Álava.
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