La millonaria inversión en Gorbeialdea vuelve a agitar la pugna sobre la gestión del agua

Sin embargo, los ayuntamientos de Zuia y Urkabustaiz, dos de los beneficiados por el plan, se resisten a ceder sus competencias en este terreno. Ambos consistorios analizan aún el proyecto, pero en sus primeras valoraciones señalaron que «no nos gusta» que la adminitración del suministro pase a Urbide.

No es la primera vez que este requisito se pone sobre la mesa, dado que en su día URA ya «comunicó a los ayuntamientos la necesidad de que la estructura fuera recibida, al menos, por una comunidad de usuarios conformada por las entidades locales de ambos ámbitos municipales».

Las obras consisten en «construir una presa de 0,5 hectómetros cúbicos, una estación potabilizadora nueva y la renovación de tomas y conducciones de agua». El sistema incluye dos nuevas tomas en la cuenca alta de los arroyos Arralde y Riacorta, que sustituirían a las actuales. Permitirán el llenado de la presa en época de aguas altas y su posterior distribución en cualquier mes del año, de manera que no haya que recurrir al Baias para garantizar el abastecimiento de agua. De esta forma, se garantiza el caudal ecológico de este río, que ahora se seca en verano.

Pese a las reticencias de los dos ayuntamientos, URA entiende que «nunca» se han condicionado las obras a la cesión de la competencia del agua, dado que la ley permite articular marcos adecuados –asociaciones y otras agrupaciones– para ofrecer los servicios de competencia municipal,. No obstante, la responsable de las obras insiste en que «tenemos que poder entregar esas infraestructuras a una organización receptora que justifique que dispone de los medios técnicos y económicos para cubrir los costes de explotación, mantenimiento y reposición» y Urbide «podría afrontar esa explotación y gestión futuras, bajo criterios de solvencia técnica y eficiencia económica».