Michelin consolida su expansión en Vitoria con un gran almacén y la nave de ruedas para coche eléctrico

Portavoces de la multinacional francesa confirman a EL CORREO la buena marcha de las obras de este depósito, vital para una de las actividades más importantes de Michelin más allá de la propia fabricación de ruedas. La firma pretende almacenar en esta nueva instalación hasta 3.300 palets metálicos con las distintas gomas que usan en sus procesos productivos: naturales, sintéticas y plastificadas. El grupo se ha marcado el reto de tenerlo operativo en septiembre de 2025. El bloque no es pequeño: ocupa 1.050 metros cuadrados y tiene 28 metros de altura.

Este nuevo bloque estará automatizado y contará con dos muelles para que los camiones que entran en la factoría puedan descargar la materia prima dentro de la Avenida del Cantábrico. Un innovador sistema que se encargará de coger estos palets e introducirlos en los distintos talleres. El cambio, según explican los portavoces de la planta que dirige David Udakiola, pretende eliminar los riesgos que supone la convivencia entre carretillas y peatones en el interior de la propia factoría y, en paralelo, «ganar superficie para nuevos proyectos».

La empresa ya incluyó sus necesidades de expandirse durante la redacción del futuro Plan General de Vitoria. El documento de expansión urbanística de mayor rango se abría a recalificar el triángulo que conforman las cocheras de Tuvisa, el parque de bomberos y la comisaría de Aguirrelanda como suelo industrial para que Michelin pudiese disponer de ellos. El anterior responsable de la factoría, César Moñux, ya apuntó a la intención de ganar espacio de almacenamiento hacia el oeste en su última entrevista antes de poner rumbo a Francia, concedida a este diario.

El almacén más visible no es la única inversión que está realizando Michelin Vitoria. Para integrarse con la cadena de producción, la multinacional está instalando dos «estaciones robotizadas» para deshacer los palets con la goma y transportarla. Si nada cambia estarán funcionando a pleno rendimiento el próximo mes. A eso hay que sumar otro proyecto ligado al transporte de pequeños utensilios que se emplean en los distintos procesos de producción.

La compañía, obras aparte, también ha incorporado nueva maquinaria este año. Otro proyecto, llamado Horus, ha traído a Vitoria el prototipo de una máquina para mejorar la fabricación de los neumáticos especiales para minería, uno de los segmentos en los que Vitoria está especializada. Esa máquina empezará a funcionar en 2025 y pretende ganar eficiencia energética y competitividad dentro de la Avenida del Cantábrico.

A todas estas innovaciones se suma el ansiado proyecto 'Acoustic', el que permitirá a la factoría fabricar neumáticos especiales para los coches eléctricos. Aunque una línea se quedó en el aire tras el frenazo inversor que anunció la empresa hace casi un año, el otro taller sí continúa.

El objetivo es simple. Con una motorización apoyada en baterías, menos ruidosa que la tradicional de combustión, el grupo quiere hacer que el sonido de la rodadura sobre la carretera también sea menor gracias a los neumáticos. Para ello, los franceses incorporan una especie de espuma en el interior de la goma que, junto al resto del diseño, reduce el ruido.

Vitoria va a producir a lo largo de este otoño los primeros prototipos de estos neumáticos especiales. Fabricarlos en la Avenida del Cantábrico dará a Vitoria un 'extra' de competitividad, ya que hasta ahora esas ruedas sólo se elaboraban en Italia. Si nada se tuerce, los 'Acoustic' saldrán al mercado el primer trimestre de 2025.

En su momento, el grupo aseguró que una vez estén listos los dos talleres con sus respectivas naves podrán producir entre 800.000 y 1,2 millones de ruedas de este tipo. La adjudicación del grupo en 2022 suponía entonces un desembolso total de 3,8 millones de euros y la creación de doce nuevos puestos de trabajo. Además, permitirá ponerse a la altura de la fábrica italiana de Cuneo, la principal competidora de Vitoria dentro del grupo Michelin.

Las inversiones dan sus frutos justo cuando se acerca el momento de negociar el nuevo calendario de producción, el próximo reto en el que dirección y sindicatos deberán sentarse para cerrar un acuerdo.