Vitoria vuelve a vivir en el Medievo

Real o no, el enorme bicho dio unos cuantos sustos a quienes se acercaron a media tarde a escuchar el pregón del Mercado Medieval a los pies del palacio Villa Suso. El discurso corrió a cargo de Agripina de Aquitania, vestida como para una boda de la época, que animó a que «la cultura popular» se adueñara de «la noble villa de Vitoria» durante los dos días y medio que juglares, saltimbanquis y faquires tomarán sus calles. «¡Que reine el jolgorio y la risa!», clamó acompañada de unos cuantos bufones -y una intérprete del lenguaje de signos- mientras se dirigía a sus «súbditos, súbditas, 'súbdites'».

De garantizar esa alegría se encargarán las 34 compañías y artistas que hasta mañana se repartirán por la 'almendra' medieval y que este viernes ya sirvieron un aperitivo en forma de pasacalles tras la inauguración. En ese «paseíto» se mezclaron hombres con armadura y mujeres con babuchas, trajes de poca tela y capas de pelo, gaitas y tambores. Y no será difícil volver este fin de semana a cruzarse con ellos si uno se da un paseo por los 61 talleres que se levantan en la feria con «artesanos venidos de lejos». «Desde Armentia a Finisterre», especificó la pregonera.

El mensaje de bienvenida pareció entusiasmar al dragón en vista de las humaredas que echaba por su boca. «Vais a flipar», remató ella tras pedir, por encima de todas las cosas, «que no cierren las tabernas».