Ellas mandan en la Justicia Alavesa
Las mujeres son clara mayoría en el Palacio de Justicia de Vitoria y ocupan además los cuatro puestos de mayor rango, hecho inédito en el País Vasco
Son clara mayoría en las ventanillas de atención al público, en las salas de máquinas de cada juzgado –hay casi una treintena– y, con la ... elección de Carmen Cotelo como fiscal jefa de Álava, también capitanean todos los frentes de la Justicia alavesa. Los cuatro puestos de mayor rango en el Palacio de Justicia de Vitoria llevan nombre de mujer, un hecho inédito en el País Vasco. Mercedes Guerrero es la presidenta de la Audiencia Provincial de Álava; Belén González, decana de los jueces de Vitoria; y Raquel Pérez de Lazarraga, la coordinadora provincial de los Letrados de la Administración de Justicia (LAJ, antiguos secretarios judiciales).
EL CORREO las reúne por primera vez para que analicen su sector, que lidia con más de 60.000 asuntos legales al año. Desde divorcios mal avenidos a agresiones sexuales pasando por cláusulas abusivas o robos.
Estas cuatro profesionales dirigen un edificio por el que se mueven a diario a casi 1.100 personas. Y seis de cada diez son mujeres. Además, si la lupa se dirige exclusivamente al personal adscrito al Palacio de Justicia –es decir, excluyendo a los abogados– el porcentaje sube hasta el 73%.
«Nunca he sentido el techo de cristal en mi carrera. Bueno, salvo cuando me presenté a un puesto discrecional»
Mercedes guerrero
Presidenta Audiencia Provincial de Álava
«Mucha gente tiene mucha vocación por la abogacía o por ser registradora (de la propiedad), pero el mundo de la oposición de la judicatura y la Fiscalía creo que nos atrae especialmente a las mujeres», analiza Carmen Cotelo. Para las escalas superiores –jueces, fiscales y LAJ– deben invertirse varios años en sortear una cruda oposición. «Supone que mínimo te vas a tirar 3 ó 4 años en tu casa estudiando hasta diez horas al día seis días a la semana. Para eso hay que tener una pasta especial y creo que las mujeres la tenemos más», ahonda.
Todas manejan más de dos décadas de experiencia entre sentencias, autos, diligencias urgentes, interrogatorios y recursos de toda índole. Se estrenaron en pueblos pequeñitos –Pérez de Lazarraga en Castropol (Asturias) y Belén González en San Bartolomé de Tirajana (Canarias)– para subir escalones de poco en poco. «Exige mucha dedicación por la responsabilidad. Empecé con 25 años. Formé una familia, tengo dos hijas y siendo juez resulta más complicado y más, hace 35 años. Quizá hoy la conciliación lo hace más sencillo para las mujeres y las familias en general», repasa Mercedes Guerrero, que pese a finalizar su mandato ejerce en funciones debido al interminable bloqueo del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
«Yo no quería ser juez»
La vocación enhebra a las cuatro. «Bueno, yo me metí a juez porque no quería ser fiscal», vacila la decana González. «¡Y yo no quería ser juez!», le replica su amiga Cotelo. «No en serio, tenéis un papel complicado porque debéis decidir. A mí lo que me gusta es convenceros de las acusaciones que llevo», alaba de seguido.
La vitoriana Raquel Pérez de Lazarraga abandera a los antiguos secretarios judiciales (ahora LAJ), quizá la figura más desconocida pero básica en el devenir diario de un Palacio de Justicia que mueve más de 3.000 asuntos cada mes. Los LAJ son los directores de cada juzgado. Los que marcan el día a día. «Dirigimos, distribuimos y gestionamos el trabajo de los funcionarios, pero también ejecutamos resoluciones judiciales y procesales», remarca esta profesional que eligió concursar a la estela de su hermana Laura.
De los 30 LAJ alaveses, 24 son chicas. «Es un hecho contrastado que a la administración de Justicia se presentan más mujeres pero lo determinante, a mi modo de ver, es que el acceso se rige únicamente por los principios de igualdad, mérito y capacidad con independencia de género». Dicho de otro modo, las pruebas son las mismas te llames Gorka o Maider.
Hay buen ambiente entre las cuatro mandamases. Se conocen desde hace décadas. «Todos los problemas se comentan. En un momento dado puedes consultar dado que la relación es muy fluida y al conjunto del Palacio le viene muy bien», valora González. Quizá esa sea una de las razones por las que esta provincia aparezca en la parte alta nacional en plazos de resoluciones.
«Existe ese tópico de que la Justicia es lenta, pero el ciudadano debería saber que deben seguirse unos procedimientos y cuando toca dictar sentencia se exige sosiego , estudio de la situación y ponerse en el lugar de los demás. Intentamos ser rápidos, aunque lleva su tiempo», detalla Guerrero, quien decide sobre cláusulas abusivas, contratos de arrendamiento, separaciones, herencias y hasta enconados temas rústicos. «Cuando un vecino se come un trocito de tierra de otra finca».
«Sabemos de las críticas de la sociedad, pero la culpa es de las leyes que ponen los legisladoresque ellos votan»
Belén gonzález
Decana de los jueces de Vitoria
No han padecido el temido techo de cristal. «Siempre me he sentido tratada de igual a igual. Bueno, salvo cuando he tratado de optar a un puesto discrecional», suelta Guerrero. Hace unos meses aspiró sin éxito a la presidencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
Pese a sus años de experiencia no son impermeables a los dramas que les toca tratar. La decana González lidera un juzgado de familia. «Resolvermos la parte más sensible de la sociedad. Medidas con hijos, sustracciones de menores, internamientos en centros psiquiátricos...». Muchos de sus 'clientes' son niños. «Como madre te deja una costra muy grande, pero me gusta este trajín. Si no me hubiera ido a otro juzgado». abunda mientras se palpa una pulsera rojigualda. Se la regaló recientemente la viuda de Jesús Gayoso, teniente coronel del GAR de la Guardia Civil en Logroño y una de las primeras víctimas del covid.
«Para aprobar nuestras oposiciones debes estudiar 10 horas diarias 6 días a la semana. Hace falta una pasta especial y las mujeres la tenemos»
Carmen Cotelo
Fiscal jefa de Álava
¿Son conscientes estas responsables de la imagen negativa de la Justicia entre buena parte de la sociedad? «Sabemos que no es buena», acepta Cotelo. «¡Tiene que ser buena! Si resolvemos con una rapidez que no tiene nadie», apela González. «Claro, ¿pero nadie te ha dicho que los malos entran por una puerta y salen por otra?», le espeta la fiscal jefa. A lo que la decana opta por bromear. «Cuando me lo dicen les contesto que es culpa de los fiscales. No, en serio, la responsabilidad viene de las leyes que ponen los legisladores que ellos votan».
Guerrero apela al diálogo y solicita turno de palabra. «Falta explicar nuestro trabajo diario. Si le preguntas a un ciudadano al azar quizá su respuesta no sea buena. Si le ha tocado venir, tal vez su reflexión sea distinta. Aquí, en un año puedes tener una sentencia en instancia y en apelación», tercia la presidenta.
«La actual situación del CGPJ es lamentable»
El interminable bloqueo del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el máximo órgano de este sector y que, entre otras funciones, nombra magistrados y decide sus destinos, también afecta a Álava. Sin ir más lejos, la actual presidenta de la Audiencia provincial ejerce en funciones por imperativo legal. Quizá por padecerlo en primera persona sea la más crítica de las cuatro. «La actual situación es lamentable. Está existiendo un maltrato institucional», se arranca. Básicamente, los partidos políticos no se ponen de acuerdo en quiénes deben ser los integrantes del CGPJ.
Esta magistrada, especialista en Derecho Civil y vitoriana desde noviembre de 1991, recalca que «somos quienes garantizamos el estado de derecho. Y la imagen que se está dando es que el poder político quiere acabar con ello porque piensa que, al elegir ellos a los vocales, influirán en nuestras sentencias y no es así», lamenta.
«Realmente el CGPJ no tiene nada que ver con nosotros, que estamos en el día a día e intentamos resolver los problemas de los ciudadanos», puntualiza la máxima figura judicial de la provincia. Sus compañeras asienten mientras habla. «Mira, como si no quieren nombrar nunca vocales nuevas. Qué quieres que te diga», ataja la decana González.
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