El ladrón de un chalé próximo a Vitoria, sospechoso de un homicidio en Santander

Hay que remontarse a finales del mes pasado para hallar el nexo de unión entre ambos asuntos. El caso de Ángel Prieto Cobo, santanderino que falleció asfixiado en un garaje de la calle Beato de Liébana tras sufrir un asalto, había entrado en una vía sin salida. Tanto es así que la Policía Nacional apeló entonces a la «colaboración ciudadana».

Hicieron pública la llamada telefónica de un comunicante anónimo a la Cruz Roja de Madrid. En esa conversación, realizada un día después del atraco sufrido por este anciano, un desconocido daba señas exactas del lugar en el que estaba la víctima y de su mujer, que sí sobrevivió al ataque. Ese anónimo, piensan los investigadores, está relacionado «directamente» con el homicidio. Porque aún se desconocía la terrible suerte de Prieto Cobo.

Aquel aviso se pasó a la Policía Nacional de Santander. Cuando accedieron al garaje hallaron el cadáver del anciano. Le habían colocado un trapo en la boca para evitar que gritara. Murió asfixiado. En su casa estaba su esposa, maniatada. Les habían robado varias joyas.

Esa llamada se hizo desde una cabina de la calle Paula Montal de Vitoria. Al oír la grabación pasada por la Policía Nacional, un ertzaina creyó reconocer la voz del testigo anónimo. Aportó un nombre. Un vecino de Algorta muy conocido en círculos policiales por su implicación en asaltos a chalés. La Ertzaintza pasó esa filiación a la Policía Nacional. El caso se reactivó.

De manera paralela, y sin saber aún que se trataba de la misma persona, al Sicta, una unidad de la Ertzaintza especializada en la lucha contra el crimen organizado, llegaban los resultados del ADN obtenido en la inspección de un asalto a un chalé de Etxabarri-Ibiña. Obtenidos en el coche robado del chalé y abandonado en Vitoria, los restos biológicos señalaban a este vecino de la localidad costera. Semejante retraso en las pruebas responde al atasco que sufre la unidad científica de este cuerpo. Sólo se priorizan los expedientes de muerte violenta.

Con esa información se montó un dispositivo de búsqueda del sospecho, culminado la tarde del lunes en Getxo. Esta detención llegó justo cuando la Policía Nacional, por su parte, estaba a punto de pedir su arresto para interrogarle por su llamada desde la cabina de Vitoria. El martes y este miércoles, efectivos de este cuerpo han estado en la capital alavesa para entrevistarse con él. Seguidamente, con la verificación del Juzgado de Instrucción 3, registraron un trastero de su propiedad. Mientras este hombre sigue en la prisión de Álava, continuará la investigación sobre su implicación en el crimen de Santander.