Júndiz urge más bidegorris y urbanos para reducir el flujo de 10.000 vehículos diarios
El mayor parque de Euskadi cuenta con 14.000 trabajadores. El 77% se desplaza en coche privado ante la falta de alternativas
A la 'Green capital' la cadena de la movilidad sostenible a Júndiz se le sigue atascando. En el parque empresarial más grande de Euskadi, en ... el que trabajan entre 12.000 y 14.000 personas, tres de cada cuatro acuden a su puesto en coche. Hablamos de más de 10.000 vehículos cada día. ¿A qué se achaca esta tendencia? Por un lado, a la falta de bidegorris o caminos seguros, lo que provoca que el uso de la bici vaya con el freno puesto (apenas un 16%). Y por otro, a una oferta de conexiones y frecuencias del transporte público que no cuaja. El resultado es una imagen recurrente: caravana diaria de turismos atravesando Vitoria hacia el parque empresarial .
En una sociedad que demanda cada vez mayores apuestas hacia lo 'eco', lo cierto es que el vehículo privado -algunos lo comparten- continúa siendo el medio más utilizado en una de las piezas más importantes del motor económico de Euskadi.
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«Es una pena que tengamos que estar así, urge actuar. La sociedad actual exige apostar por estos medios. Lo hemos pedido en múltiples ocasiones en la mesa de Industria», reprochan desde la Asociación de Empresas de Júndiz. No hay que olvidar que esos medios 'green' son también los más rentables económicamente. Y que en el conjunto de España, el 40% de los siniestros de tráfico con turismos implicados se dan en los desplazamientos al trabajo.
El recinto empresarial se asienta a escasos 4 kilómetros de Zabalgana, pero totalmente a espaldas de red de bicicarriles que continuamente pegan tirones en la urbe. Y esa falta de conexiones es la que obliga a miles de trabajadores a ver en el coche la mejor alternativa. Quizás la única. «Al polígono no se puede venir en bici porque directamente es peligroso. Vienes por caminos sin asfaltar o sin luz y si vas por la carretera compartes calzada con los camiones». La cuestión se ha convertido en una especie de Tourmalet que no se logra ascender.
En su contexto
83%
de los empleados de los polígonos industriales de Vitoria estaría dispuesto a usar la bici para acudir a su puesto de trabajo si se mejorasen las condiciones de las infraestructuras.
Mejorar el pavimento y la iluminación
El mapa para acudir a Júndiz presenta dos caminos. El bidegorri que cruza Sansomendi termina en Mercedes y la vía que atraviesa el parque de Zabalgana no está adaptada.
Replantear el modelo
La inclinación hacia el transporte público es aún menor. Con el tranvía descartado -«no hubiese costado nada estirarlo...», lamentan desde la Asociación de Empresas-, el autobús no satisface las necesidades de los empleados. Únicamente existen dos líneas (5B y 5C) que llegan hasta Júndiz: una termina en el entorno de la ITV y otra cubre el sur del polígono. La frecuencia es de 30 minutos en días laborales. «Tienes que ajustarte a sus horarios y a lo que pueda tardar en llegar hasta el polígono, hace falta replantear este modelo porque se queda escaso».
Desde el Ayuntamiento remarcan que la carpeta para dar un impulso a la movilidad sostenible está encima de la mesa y que la intención es abordarlo «en esta legislatura» que acaba como quien dice de echar a andar. La decisión de acometerlo es firme. Es más, el 'Plan de Movilidad de los Polígonos Industriales de Vitoria de 2022' -uno de los primeros del país y que engloba a los seis espacios industriales de la ciudad- se como horizonte 2030 para mejorar la red de transporte público y extender esa malla de bidegorris hacia los polígonos. Pero no define plazos intermedios.
Sin ir más lejos, este año se ha movido ficha para allanar el camino que conectará Gamarra Mayor con el Parque Tecnológico de Álava. Pero Júndiz deberá esperar su turno. Esta decisión provoca malestar en el otro núcleo de empresas, dado el volumen de personas que mueven. «¿Pretendemos competir en Primera División así? Tenemos quejas reiteradas por parte de las firmas. Cada vez más gente quiere moverse en bici por comodidad y gastos y ven que no pueden hacerlo. En lo que va de año tres trabajadores que vienen en bici han tenido un accidente», reprochan.
No es una mera percepción de los usuarios, sino que ese mismo informe encargado por el Consistorio ya reconoce que «es ineludible una mejora del transporte colectivo, especialmente el peatón y ciclista». ¿Cuáles son? Para empezar, disponer de una vía «en condiciones», resumen las empresas. El mapa actual presenta dos entradas de acceso para llegar en bicicleta al polígono, uno por el bidegorri que cruza Sansomendi y va en paralelo a la factoría de Mercedes y otro atravesando el parque de Zabalgana.
El problema está en que el primero está lleno de socavones, además de que se termina tras sobrepasar la fábrica, por lo que no hay otra opción que echarse a la carretera. Y el segundo no esta adaptado, ya que requiere de una «mejora en el pavimento -es gravilla- e iluminación» y que como se recoge en el documento de movilidad «desemboca en un fuerte desnivel».
De conseguir esta transformación, las empresas afirman que se produciría un aumento de desplazamientos en bici. Así lo corroboran los propios trabajadores. El 83% -en el global de parques- estaría dispuesto a usar la bici en sus desplazamientos al trabajo si mejoran las condiciones de las infraestructuras, especialmente la iluminación y conservación de las vías y que estas sean más cómodas.
En su contexto
71%
de los trabajadores se abonarían a los autobuses municipales de Tuvisa para desplazarse a la empresa si se reforzaran las conexiones y las frecuencias en el servicio.
Júndiz solo cuenta con dos líneas de buses
La Línea 5B y 5C son las únicas que llegan hasta el parque industrial más grande del territorio, con una frecuencia de 30 minutos en los días laborables. «Hace falta replantear este modelo, se queda escaso».
Frecuencia del autobús
En esa hoja de ruta también está incluida la red de Tuvisa. El año pasado el Ayuntamiento anunció que estudia ampliar la Línea 5C hasta el sector 21, un área donde cada vez hay más empresas, como la base logística de Mercadona. Pero por el momento no se ha movido ficha. Seguir apostando en esa dirección tendría múltiples beneficios.
Y es que un 71% de los trabajadores se muestra inicialmente dispuesto a utilizar el transporte público. Pero no pueden hacerlo. Porque, como reconocen los técnicos que elaboraron el informe, «el autobús se encuentra con que el coste temporal es muy elevado (para ellos)» y les obliga a un proceso de «adaptación de sus horarios» a los del transporte público.
La asociación califica de «ridículas» las multas de 15 euros a los remolques
Las multas se repiten, caen, de hecho, en cascada. Los remolques estacionados de manera ilegal en el polígono industrial de Júndiz, una situación revelada por este periódico meses atrás, van acumulando sanción tras sanción. Pero no son suficientes, como denuncian desde la asociación de empresas de Júndiz. Hablamos de castigos que solamente llegan a los 15 euros. «Les sale rentable», se quejan. No obstante, los castigos surten efecto, dado que el volumen de remolques ha disminuido en las últimas semanas.
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