Jone Berriozabal será la primera presidenta del PNV alavés
La candidata impulsada por el sector oficialista ya es la virtual sustituta de Suso tras superar los apoyos necesarios
Jone Berriozabal ya ha conseguido los votos necesarios para ser la nueva presidenta del PNV alavés, según ha podido saber EL CORREO. No habrá que ... esperar hasta el final del proceso interno, pues ya tiene asegurado el apoyo de 36 compromisarios y supera con creces los que necesitaba para sustituir a José Antonio Suso al frente del Araba buru batzar (ABB). De esta manera, la candidata impulsada por el sector oficialista será la primera mujer en ocupar este cargo en el territorio histórico siguiendo la estela de lo que ha sido desde 2013 Itxaso Atutxa en Bizkaia o lo que también va a ser Maria Eugenia Arrizabalaga en Gipuzkoa.
No ha sido un camino sencillo. La irrupción del exalcalde Gorka Urtaran como la opción presentada por un grupo de históricos y críticos con la actual dirección del partido ha disparado los nervios en las últimas semanas. El aparato del PNV en Álava no esperaba que Berriozabal fuese a tener un contrincante y la tensión fue palpable el pasado miércoles en el batzoki de Erdialde, donde ambos –que son compañeros en el Gobierno foral– coincidieron para votar y apenas cruzaron palabra, pese a sentarse a medio metro de distancia.
Berriozabal tendrá que dejar su actual cargo de diputada de Euskera, Igualdad y Gobernanza cuando asuma el cargo de presidenta del ABB, ya que no son compatibles. A su puesto actual llegó a mediados de 2023 tras ser 'reclutada' por Ramiro González desde la viceconsejería de Relaciones Institucionales. Pese a su juventud, 42 años, la nueva mandataria jeltzale ha sido parlamentaria vasca durante cinco legislaturas, entre 2008 y 2020. Su experiencia en el ejecutivo alavés tampoco ha sido ningún camino de rosas, pues ha estado a cargo del cuerpo de bomberos y tuvo que observar cómo colgaron un maniquí con su nombre como medida de presión por un conflicto laboral.
Landaburu Etxea, la sede principal del partido en Vitoria, no es un lugar desconocido para ella. Su padre, Román Berriozabal, fue burukide y ella ya fue secretaria del ABB. Es una persona cercana a José Antonio Suso, aunque entre sus apoyos durante las últimas semanas también ha tenido a figuras tan relevantes como Ramiro González o Joseba Díez Antxustegi, actual portavoz del PNV en el Parlamento vasco. La consejera Amaia Barredo respaldó su candidatura hace unas semanas y aseguró en una entrevista con este periódico que «como mujer, diría que el PNV alavés necesita una presidenta».
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Ella ha exteriorizado ese nerviosismo que ha invadido a la formación durante las últimas semanas con un gesto serio y largos silencios. Quienes han trabajado con ella destacan que tiene una enorme capacidad de trabajo, un interés continuo en estudiar los temas para tomar una opinión al respecto y cuando toma una decisión lo hace sin ninguna clase de titubeo.
En el momento que se consume ese relevo al frente del Araba buru batzar (ABB), le tocará 'coser' las heridas que se han reabierto durante las primarias. Nadie quiere que se repita aquella división de hace 15 años entre quienes mantenían su respaldo a Iñaki Gerenabarrena tras la explosión del 'caso De Miguel' y aquellos que optaban por el difunto Xabier Agirre. Una situación que pocos han conseguido olvidar.
Berriozabal se impuso esta semana con claridad en tres de las cuatro asambleas municipales (Abendaño, Lakua y Zaramaga), pero en el conjunto de la ciudad sumó un 54,7% de los apoyos frente al 45,3% que optó por Urtaran. Precisamente, uno de los asuntos que más se le ha afeado a Suso en el último año es que no mantuviese al exregidor como candidato y se optó por la entonces consejera Beatriz Artolazabal, tras lo que el partido pasó de primera a cuarta fuerza en el Ayuntamiento.
El resurgir de ese sector crítico supone un aviso importante para la nueva dirección. Porque Urtaran no sólo ha tenido el respaldo de los fieles a Generabarrena, sino también de un grupo heterogéneo formado por la senadora Estefanía Beltrán de Heredia, históricos de la formación (ahí resurgieron los nombres de Juan Mari Ollora, José Ángel Cuerda, Juan Ramón Guevara...), referentes para una parte del nacionalismo alavés como la exburukide Pilar García de Salazar o Izaskun Martínez de Lahidalga, que fue directora foral junto a Alfredo de Miguel, cabecilla del mayor caso de corrupción descubierto en Euskadi.
Berriozabal, en cambio, ha decidido rodearse de jóvenes figuras del partido como el exalcalde de Llodio, el parlamentario Ander Añibarro, y el antiguo regidor de Arraia-Maeztu, Anartz Gorrotxategi, que justo acaba de mudarse desde la Casa Palacio de la Provincia al Gobierno vasco. Ha pasado de diputado de Ordenación del Territorio (un equivalente a Urbanismo) a asesor de la consejera Amaia Barredo, un movimiento sorprendente que invita a pensar que ocupará un puesto importante en la dirección junto a Jone Berriozabal.
Una carrera ligada a las instituciones
ue el «PNV suene a PNV en todas las instituciones». Jone Berriozabal (Durango, 1982) no quiere que los discursos de la formación en Álava se confundan con los de otras formaciones, algo que cree que les ha penalizado en las últimas citas con las urnas, y de ahí que en su decálogo de propuestas incluye la creación de una «escuela del cargo público» para que quien entre al cargo de concejal, alcalde o cualquier otro tipo de representante institucional no lo haga sin respaldo formativo. Porque ella, pese a tener tan sólo 42 años, ya ha pasado por todos los escalones de la Administración vasca y durante casi un lustro fue secretaria, un equivalente a 'número dos', del Araba buru batzar (ABB) que presidirá a partir de la asamblea de este sábado.
Ha sido viceconsejera de Relaciones Institucionales, parlamentaria durante doce años (presidió la ponencia sobre el 'nuevo estatus') y ahora mismo es la diputada foral alavesa de Euskera, Igualdad y Gobernanza. Su experiencia municipal resulta más escueta, pero nada sencilla. Y es que durante en 2018 se convirtió en concejala de Barrundia –ayuntamiento de 900 vecinos– después de que los tres concejales jeltzales renunciasen en bloque por un importante problema municipal y entraron a sustituirlos José Antonio Suso, Berriozabal y Joseba Díez Antxustegi.
Quienes han trabajado con la nueva burukide destacan que es contundente cuando hay que tomar decisiones. Quince meses en la esfera foral han servido para demostrarlo desde la tribuna con duros debates frente a EH Bildu y Vox, en los que siempre ha usado el euskera como idioma prioritario. «Ella es muy segura de sí misma», comentan. De ahí que le haya molestado en las últimas semanas que se haya dudado de su independencia.
Porque no le gustan las etiquetas. Cuando se investiga sobre cuál es su referente político, tras mucho pensar, a todo el mundo le sale un único nombre: Román Berriozabal. De su padre heredó su pasión infinita por el euskera, su ideología y el puesto de secretaria del ABB, pues él ocupó el cargo en la ejecutiva de Xabier Agirre (2012-2016) y ella lo sucedió hasta el año 2020.
Pese a nacer en Bizkaia, Berriozabal ha desarrollado casi toda su vida en Vitoria, donde su padre obtuvo plaza de funcionario. Ella ejerce de orgullosa alavesa, algo que trata de transmitir a su hijo y conoce «hasta el último rincón de la provincia». «Es consciente de los distintos problemas e inquietudes que existe en cada punto del mapa, algo que será ideal cuando sustituya a Suso», coinciden varios conocedores de la política interna del partido que ella pasa a liderar.
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