Te jodes, como Herodes
Se non é vero... ·
Digamos que el rey es hoy un poco más de Armentia y un poco menos de Zaramaga o Ariznabarra, tras el tuneo y traslado del palacete donde morará durante estas fechas tan entrañables en La FloridaNo sé si se han enterado, pero en el Belén de la Florida están de estreno. Desde estas navidades, Herodes cuenta con un nuevo castillo, remozado, ampliado y tan lustroso que da gusto verlo ... . Por su parte, el herrero, el panadero y demás trabajadores manuales siguen en sus talleres y corrales como si tal cosa, con algún remiendo de escayola apañado por los operarios del Servicio de Mantenimiento municipal. Y van que chutan. En cambio, la realeza, más avezada en tratos de favor y tráfico de influencias, ha conseguido mudarse desde la montañita donde se encontraba el palacio hasta el llano del paseo. Y se han trasladado a una parcela más lustrosa y adecuada a su rango. Como ven, aquella exclamación popular del «Te jodes, como Herodes, a ratos como Pilatos, y a días como Jeremías» ha pasado a mejor vida por obra y gracia del Ayuntamiento.
La gestión urbanística ha sido supersónica, sin necesidad de licencias ni reparcelaciones que valgan. Al viejo estilo de aquel urbanismo municipal de hace no tanto acostumbrado a convertir el agua en vino -¡nada por aquí, nada por allá!-, con informes más propios de Magialdia que del departamento municipal de Urbanismo. Y ahí lo dejo que, como recomendaba Franco a sus ministros, mejor no meterse en política.
Digamos, por analogía, que Herodes es hoy un poco más de Armentia y un poco menos de Zaramaga o Ariznabarra, tras el tuneo y traslado del palacete donde morará durante estas fechas tan entrañables. El rey, también conocido como Herodes el Grande, reinó en Judea, Galilea, Samaria e Idumea durante 41 años como vasallo de Roma. Vamos, que más que un rey era como un gobernador civil. Y claro, cuando se enteró de las habladurías del vulgo que pronosticaban la llegada de otro rey de los judíos, y de que éste nacería en los aledaños de su reino y le levantaría el puesto - grandes males grandes remedios-, ordenó una degollina de recién nacidos para atajar por lo sano las profecías que amenazaban su estirpe.
Le he estado dando vueltas al simbolismo de la medida municipal y no sé a ciencia cierta si lo que trata el alcalde Urtaran es enviar un mensaje subliminal a la oposición con esto del chalet de Herodes en el belén, para que nadie ose amenazar su reinado consistorial, so capa de echarle encima las huestes de municipales. En cualquier caso, la monarquía de Judea gana enteros en La Florida.
Sabíamos que la redensificación de Salburua y Zabalgana iba lenta. Y yo, tonto de mí, lo achacaba a que las cosas de palacio van despacio y al hecho de que los planes urbanísticos son farragosos y se demoran más de lo que uno quisiera. Pero en lo que respecta al belén han cambiado el plan general de ordenación en un visto y no visto, sin plenos ni comisión de ordenación del territorio que valgan. Confío en que el servicio de edificaciones no haya vuelto por sus fueros con esto de las licencias artesanales. Que la cabra, es cosa sobradamente conocida, tira siempre 'pal' monte.
En el fondo de mi corazón, me pareció una ironía el hecho de que le haya tocado en suerte el casoplón nuevo a Herodes, mientras los artesanos y demás curritos siguen en vetustos corrales y chozas desvencijadas. Y me digo que el belén es una metáfora de la vida misma. Y que los hijos de puta como Herodes siguen cayendo de pie, hagan lo que hagan, y continúan siendo los más afortunados en esta ruleta de la fortuna contemporánea. Nadie parece haberle dado importancia al hecho de la que puede montarse aproximando Herodes a la cueva del niño Jesús. Como bien sabemos, si Herodes le hubiera echado mano a aquel chiquitín, no le habría temblado la mano en rebanarle el pescuezo para evitarle dolores de cabeza, besos traicioneros y crucifixiones posteriores.
Si lo pilla Herodes a tiempo, no habría habido papas de Roma ni curas, obispos o coadjutores. Y no tendríamos románico ni gótico que valieran, sino mezquitas y sinagogas por doquier. La vida hubiera resultado bien distinta -no digo yo que mejor ni peor, sino diferente-, y hoy todos seríamos judíos ortodoxos -Shalom adonai-, o musulmanes de pro -Allahu akbar-. Y el Vaticano sería un erial. Y no habría cruceros en los caminos ni Procesión de los Faroles.
Por eso, y siempre con afán de aportar, no sé si el hecho de acercar Herodes al niño, con el nuevo palacete, puede acabar como el Rosario de la Aurora. Que cada día se suceden fenómenos paranormales que pueden corregir en un chasquido de dedos el rumbo de la humanidad. Que se lo pregunten los escépticos a Iker Jiménez. Quién no ha visto 'Regreso al futuro' y películas por el estilo donde se borra el pasado, las fotos palidecen y la historia cambia. Aunque en nuestro caso la máquina del tiempo no fuera un DeLorean DMC-12, sino una Vito de Mercedes.
En resumidas cuentas. Que no digan que yo no avisé de las fatales consecuencias de dejar a Herodes con un ojo sobre el portal de Belén, a un tiro de piedra del pesebre. Que estas cosas del urbanismo belenístico las carga el diablo. ¡Ojo al cristo, que es de barro!
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