Investigan por «injurias» y «acoso laboral» al concejal que cesó a la jefa de la Policía Local de Vitoria
Un juzgado admite la «querella» de Marian Vidaurre y llama a declarar a Iñaki Gurtubai por 4 posibles delitos, a Jon Armentia y al actual director de Seguridad
El Juzgado de Instrucción número 1 ha citado a declarar al actual diputado foral de Igualdad y exconcejal de Seguridad, el jeltzale Iñaki Gurtubai; al ... concejal de Función Pública, el socialista Jon Armentia; y al director municipal de Seguridad, José Antonio Haro. A lo largo de julio, los tres desfilarán por el Palacio de Justicia. Figuran en una «querella criminal» presentada por Marian Vidaurre, quien ejerció de comisaria de la Policía Local de Vitoria entre el 1 de julio y el 7 de noviembre de 2024, cuando fue destituida por el propio Gurtubai.
La actual subcomisaria de la Guardia urbana, la única con plaza en propiedad y que ascendió tras ganar dos juicios al Ayuntamiento de Vitoria, entiende que su súbito relevo estuvo rodeado de irregularidades. También que su actividad profesional durante sus cuatro meses en el cargo fue minada por sus superiores políticos. Y que la comparecencia pública donde el ahora diputado de Igualdad explicó su salida degeneró en un «escarnio» público.
Cronología
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1 de julio de 2024. Vidaurre es nombrada comisaria tras dos sentencias que afearon al Ayuntamiento por «irregularidades» al elegir a su antecesor.
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7 de noviembre. 48 horas después de cesarla, Gurtubai da una rueda de prensa en la que ofrece una docena de motivos.
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4 de diciembre. El concurso interno para comisario incluye una cláusula 'anti Vidaurre'.
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12 de diciembre. El Ayuntamiento elige a su sustituto en menos de doce horas.
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Primavera. El Juzgado de Instrucción 1 admite la «querella criminal» de Vidaurre contra Iñaki Gurtubai (ex concejal de Seguridad), Jon Armentia (Función Pública) y José Antonio Haro (director de Seguridad)
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Julio. Declaraciones ya fijadas para los tres investigados.
«Falta absoluta de idoneidad», «falta de capacidad para crear equipos de trabajo», «tendencia a derivar trabajo», «enfrentamiento con dos subcomisarios que se cogieron la baja» o «ineficacia en su gestión». Éstas fueron algunas de las justificaciones enumeradas por Gurtubai a lo largo de veinte minutos en la sala de prensa de la plaza de España.
En primavera, el abogado de la cesada, Carmelo Pascual, presentó una querella criminal de 34 páginas y otros cerca de 800 folios con mensajes, correos internos, fichas, órdenes de servicios y recortes de prensa. Tras el estudio de la documentación aportada, la jueza Anto Blanco, al frente del Juzgado de Instrucción número 1, ya investiga a Gurtubai por «prevaricación administrativa», «injurias agravado con publicidad», «desobediencia cometido por autoridades» y «acoso laboral». Armentia sólo responderá por el tercer cargo y Haro, por el cuarto. Estas imputaciones podrían aceptarse en su totalidad o en parte, variar hacia otras acusaciones e incluso archivarse.
Docenas de mensajes internos
EL CORREO ha tenido acceso al expediente presentado. A lo largo de doce apartados, la querellante considera que desmonta las explicaciones públicas para su degradación. Sobre que no convocó comisiones de servicios, el documento incluye media docena de notas internas con el matiz de «necesitaban de una aclaración del director de Seguridad». Ésta «llegó el día siguiente de su revocación».
Respecto a que «delegaba trabajo» en exceso, los archivos presentados prueban que «hubo jornadas en que hizo de comisaria y de subcomisaria por falta de efectivos». También rechaza la acusación de que «trabajaba de forma autónoma». Ha aportado docenas de mensajes de sus conversaciones con sus superiores políticos y subalternos. «Un representante sindical le trasladó que el director (Haro) se quejaba de que le enviaba muchos correos y ello le obligaba a responderle por escrito», ofrece la querella.
Gurtubai, en aquella comparecencia de noviembre, dijo que la cesada ocupó «9 horas» en un evento de la Guardia Civil. En cambio, el fichaje revela que estuvo antes en Aguirrelanda y que, a la vuelta, intervino en la calle con dos sospechosos de robar un patinete. Permaneció con ellos hasta la llegada de dos patrullas, según refleja una ficha policial.
Vidaurre aprecia por último «sesgo sexista». Manifiesta que sufrió «ninguneo» y que sus superiores políticos se dirigían «directamente a los subcomisarios».
«Puede entenderse que no comparta su relevo, pero en absoluto hubo delito»
Portavoces del Departamento foral de Igualdad indican que Iñaki Gurtubai «considera que la decisión del Ayuntamiento de cesarla fue acorde a derecho, motivada y argumentada». También que el exedil «puede entender que no sea compartida (por Vidaurre), pero en absoluto es delito».En cuanto a Jon Armentia, el Departamento de Función Pública, encargado del personal municipal, argumenta que «estamos muy tranquilos». Aguardan a que el edil socialista visite Instrucción número 1. «Las explicaciones que ofrecerá servirán para aclarar el caso».Desde Seguridad destacan de José Antonio Haro que «confiamos plenamente en su profesionalidad, compromiso y trayectoria». Pero si la querella prospera «será la Justicia quien determine los hechos y posibles responsabilidades».
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