
La Catedral Nueva busca soluciones para evitar que la cripta se inunde con las lluvias
El espacio se anegó por la tormenta del sábado, que no dañó el suelo ni el columbario. El incidente se repite por un problema en el alcantarillado
La cripta de la Catedral de María Inmaculada acabó convertida en una especie de piscina, con cascada incluida, a raíz de la tromba de agua que cayó en la capital alavesa el pasado sábado por la tarde. La tormenta descargó con fuerza por el paso de la borrasca Jana, y se dejó notar especialmente en este espacio subterráneo del templo neogótico vitoriano.
Como un particular río provocado por la tromba, el agua entró a raudales desde la puerta de acceso de la cripta y, descendiendo por las escaleras en catarata, acabó encharcando todo el espacio; el suelo, las bancadas, las columnas... Hasta tal punto que tuvo que ser necesaria la intervención de una dotación de bomberos, que activó las electrobombas para achicar toda el agua acumulada en la zona.
Esto obligó a la Diócesis de Vitoria a trasladar tanto la misa como el concierto que estaban programados para esa tarde a la planta superior de la Catedral Nueva. Afortunadamente, el episodio no provocó daños materiales, confirmaron a este periódico portavoces del Obispado, ya que el suelo es de mármol y los bancos tienen la parte inferior metálica.
El espacio alberga asimismo un columbario que se inauguró hace cuatro años y que tampoco se vio dañado porque está ubicado en un lugar elevado sobre el piso, por lo que las familias que tienen depositados allí los restos de sus allegados fallecidos «pueden estar tranquilas». Se trata del único elemento de este tipo que se encuentra dentro de la ciudad y de un templo religioso.
Ante este incidente que ya ha ocurrido en otras ocasiones, el departamento de Obras de la Diócesis lleva varios meses analizando presupuestos para ver cuál es la mejor solución para resolver el problema en la cripta. Y es que según explican las mismas fuentes, esta situación «se repite cada vez que hay fuertes lluvias». El problema se origina en el alcantarillado de la puerta, ubicada junto a la entrada del Museo de Arte Sacro.
De 1911
En ese punto, la red no cuenta con la suficiente capacidad para dar salida al agua cuando se da un episodio de fuertes lluvias como las del sábado, que también generaron incidencias en otros puntos de la ciudad, como balsas de agua y contenedores desplazados por el viento. A las afueras de la capital, en el puerto de Vitoria, se produjo un accidente de tráfico por el choque frontal de dos vehículos, con el resultado de un herido grave y dos leves.
La cripta, cuya construcción finalizó hace más de un siglo, en el año 1911, y que fue el primer elemento que se erigió de este templo católico antes de la paralización de sus obras del 1914 al 46, se sitúa por debajo del nivel del suelo y también cuenta con unas escaleras de bajada y una rampa en su acceso. Todo ello favorece la entrada de agua cuando se registran precipitaciones intensas de esta magnitud.
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