«El 75%» de los internos entró como consumidor de algún estupefaciente
El preso vasco tiene un perfil cada vez más propio de un centro médico. Según los datos recogidos por la jueza Alonso, y aportados por ... las tres cárceles vascas, hasta un «70-75%» ingresó en prisión como consumidor de alguna sustancia psicotrópica.
Pero hay más. Los informes internos recabados por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, el único de estas características en la comunidad autónoma, indican que «el 4-5%» de la población reclusa en el País Vasco padece algún tipo de enfermedad mental. Asimismo, hasta «un 40%» sufre algún trastorno de la personalidad que llega a influir en algún grado en su conducta. Intramuros siguen un régimen similar al de los internos sin patologías. La diferencia son los fármacos que se les administran.
Esta idiosincrasia se une, recuerda el auto, al peculiar rasgo de buena parte de la población reclusa. «Carece de responsabilidad personal y de cooperación en su proceso de curación», remarca Alonso. La falta de control de los cientos de fármacos que se reparten a diario, tanto por parte del personal médico como de los funcionarios de prisiones, se traduce por tanto «en un uso inadecuado de la medicación entregada».
Aunque Zaballa, seguramente por su mayor tamaño, acapara la porción más importante de casos, la realidad resulta similar tanto en Basauri como en Martutene. Hay tráfico ilícito de medicamentos en todos ellos. Así lo estima el auto de la jueza Alonso.
«Las actividades ilegales de tráfico y consumo por parte de los internos de sustancias tóxicas se nutren principalmente por la medicación psicotrópica asociada a los tratamientos médicos prescritos», apostilla la magistrada.
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