Las instituciones se olvidan de la obra vital del Zadorra contra las riadas por su complejidad

Pese a que las zonas de Yurre, Abetxuko, Gamarra y Asteguieta esquivaron la inundación que afectó a Vitoria el pasado martes (las principales afecciones se concentraron en el Sur de la ciudad), supuso una especie de aviso a navegantes de que aún hay intervenciones pendientes en la cuenca del Zadorra que mantienen expuesta a la zona Norte de la capital.

Mientras dos de las cuatro fases (centradas en Abetxuko y Gamarra) están finalizadas y la tercera (Asteguieta) se encuentra cerca de salir a contratación, la obra de Yurre continúa atascada y con un continuo intercambio de responsabilidades entre administraciones. Cada parte coloca la pelota en el tejado ajeno.

La Diputación afirma que el proyecto del Ayuntamiento de Vitoria pasó por sus manos meses atrás y que realizó sus aportaciones; el Consistorio aún no ha anunciado la solución definitiva y el Gobierno vasco señala que aún sigue «sin noticias» de Madrid para la puesta en marcha de un convenio o un planteamiento concreto para la ejecución de las obras.

Los 14 millones que consignó el Gobierno de España en 2022 no cubrirían toda la actuación, que según los últimos cálculos de la Agencia Vasca del Agua (URA) rondaría los 20 millones de euros. Además, se trata de una decisión adoptada por el anterior Ejecutivo nacional, antes de las elecciones el pasado mes de julio. En principio, el presupuesto que sostiene esa inversión se prorrogaría. En cualquier caso, se trata de un coste que supone más del doble que la próxima actuación prevista en Asteguieta, cifrada en 7,2 millones de euros.

El Gobierno vasco se abrió incluso a «cofinanciar» la actuación, aunque los contactos han brillado por su ausencia hasta ahora. Pero lo que en un primer momento parecía una decisión que daría por fin carpetazo a uno de los puntos críticos de la cuenca del Zadorra terminó por arrojar una mayor incertidumbre al incorporar un nuevo jugador al tablero.

Sin embargo, aunque las instituciones vascas aguardan ahora un movimiento desde Madrid, tampoco el proyecto experimentó grandes avances hasta que se produjo ese inesperado giro, al menos entre 2012 y finales de 2021. Fue entonces cuando Vitoria y Álava sufrieron las peores inundaciones en 40 años, que sirvieron de acicate para que las instituciones dieran un arreón a los planes del Zadorra. Las instituciones hicieron especial hincapié precisamente en la fase de Yurre, la que estaba más estancada, con un intercambio de documentos de aportaciones técnicas entre el Ayuntamiento y la Diputación durante los meses posteriores a la histórica crecida del Zadorra.

Pese a que las instituciones han recalcado en los últimos años la importancia de acompasar en el tiempo las diferentes actuaciones en el Zadorra para evitar un «tapón» aislado en Yurre, lo cierto es que se antoja imposible que esa intervención no se descuelgue. Sobre ella ha sobrevolado siempre su complejidad técnica, al requerir el derribo de un puente, su elevado coste y su ubicación sensible, ya que afecta a la salida a Bilbao. La obra, en este sentido, necesitaría garantizar este enlace por otra vía. De hecho, en la histórica riada de diciembre de 2021, el acceso a la N-622 permaneció anegada y cerrada durante más de 24 horas. En el último episodio, el tráfico también se vio afectado en Yurre, aunque la salida por Antezana estuvo abierta todo el tiempo.

Pero más allá de las dificultades y obstáculos que debe sortear la propia obra, la cuestión se encuentra ahora en que no se sabe muy bien cuál es el siguiente paso para desbloquear la situación o quién debe darlo. De esta forma, el tramo entre el puente de Gobeo y de Abetxuko amenaza con enquistarse mientras el resto de los planes del Zadorra y la balsa del Sur se culminan. Este escenario supondría una pérdida de efectividad en las medidas que se han adoptado hasta ahora por no 'cercar' toda la cuenca del principal río del Norte de la ciudad.