La industria alavesa espera una reactivación de los pedidos en la primera parte del año
Las empresas prevén un incremento a corto plazo de las ventas y la producción, según el Informe de Coyuntura de la Cámara de Comercio
Con un ligero optimismo ha arrancado 2021 para las empresas alavesas y así seguirá, en principio, en la primera parte del año tras cerrar un ... 2020 nefasto para el tejido económico e industrial del territorio. Las expectativas a corto plazo apuntan a una «leve» reactivación de la cartera de pedidos y a un incremento de las ventas y la producción, según el Informe de Coyuntura elaborado por la Cámara de Comercio de Álava. Otro elemento que contribuye a este escenario de positividad –en comparación con el pasado ejercicio– es que el Indicador de Confianza Industrial, pese a seguir en negativo, refleja el mejor valor en un año (-8 puntos).
Aún sigue habiendo un 12% de empresas que reconocen la necesidad de reducir plantillas, pero este porcentaje ha bajado en cuatro puntos respecto a la percepción que había en el tramo final de 2020 y, sobre todo, ha mejorado sobre el 39% de compañías que planteaban recortes de personal a mitad del año pasado. Ahora la gran mayoría de las firmas –el 83%– espera tener estabilidad en los empleos.
Todavía hoy el 12% de las compañías piensa en recortes en sus plantillas, pero a mediados de 2020 ese porcentaje era el 39%
La Cámara de Comercio, que ha consultado para su informe a 80 pequeñas y medianas empresas alavesas que suman más de 4.200 trabajadores, habla en el estudio de «paulatina recuperación» porque casi un tercio de las compañías pronostican aumentos en la producción, en las ventas y en la cartera de pedidos.
Costes laborales
El presidente de la organización, Gregorio Rojo, ya apuntaba en una entrevista con EL CORREO hace tres semanas que «en seis meses esperamos poder darle normalidad a la situación» desde un punto de vista económico «pero vamos a salir muy débiles y empobrecidos». Las empresas del territorio todavía tienen obstáculos para desarrollar plenamente su capacidad productiva. La debilidad de la demanda interna y externa condiciona su día a día junto a la incertidumbre de los mercados.
Los costes laborales constituyen el «mayor reto» al que se enfrentarán las compañías y la segunda gran preocupación para este año es el pago de la deuda acumulada debido a la crisis del Covid-19, ya que muchas empresas han intentado garantizar la liquidez y gestionar el capital circulante mediante la obtención de préstamos. Los precios de la energía y materias primas y la falta de trabajadores cualificados también figuran entre los principales condicionantes.
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