El informe ultrasecreto sobre el futuro de Álava
El documento se realizó en octubre pero por «protocolo y calendario» las instituciones no se han reunido con la Cámara de Comercio
Leo estos días que la Cámara de Comercio de Álava ha elaborado un plan para la provincia denominado 'Retos y oportunidades en el Horizonte 2050'. ... Sin duda, es una buena noticia que alguien tenga una estrategia para nuestro territorio en estos tiempos de zozobra que, como todos los cambios, provocan tanta incertidumbre. Y ya está. Hasta aquí la gran noticia. Porque el informe, finiquitado hace meses, no ha visto todavía la luz. Ni la verá en las próximas semanas.
El documento, realizado junto a PwC -una de las mayores consultoras del mundo- se finalizó en octubre de 2022. Pero no llegará a las instituciones hasta después de las elecciones del 28 de mayo. Parece que durante el pasado año se intentó presentar el estudio al alcalde, Gorka Urtaran, y al diputado general, Ramiro González, «pero no ha podido ser por una cuestión de protocolo y calendario. Hay que seguir un procedimiento», señalan desde la Cámara de Comercio.
Ignoro por completo si «la cuestión de protocolo y calendario» se refiere a la agenda de las instituciones, a la de la Cámara o a ambas. Echando la memoria atrás, no recuerdo haber visto en los últimos meses a Joe Biden ni a Xi Jinping en la escalinata de la plaza de la Provincia ni en la plaza de España. Ni siquiera a Ursula von der Leyen. Tampoco me suena que nuestros mandatarios hayan hecho giras internacionales con los más grandes líderes del planeta.
Así que deduzco que el problema de agenda para recibir a los empresarios y estudiar un informe que se supone clave para nuestro futuro industrial y empresarial será otro. Cuesta creer que desde octubre hasta ahora no haya habido un hueco para que las dos principales instituciones locales se hallan sentado con la Cámara de Comercio para hablar de algo tan serio. Por lo menos, las instituciones han dicho que escucharán «con interés» las propuestas. Gracias.
A lo mejor, el problema está en la Cámara. Según ha revelado EL CORREO, el documento lo pilotó Emilio Titos, ex mandamás de Mercedes. Ahora, tras la salida de la dirección de la planta vitoriana, su situación en la Cámara está pendiente de que la empresa alemana decida qué papel le otorga, Y en la entidad capitaneada por tercer mandato consecutivo por Gregorio Rojo quizás no haya nadie que pueda defender el documento como lo haría el propio Titos.
Esta última teoría es más difícil de encajar por aquello de que en el impulso de la 'hoja de ruta' hasta 2050 han participado otros empresarios de firmas del nivel de Marqués del Riscal, Lagunketa o Ruta de Europa. Pero quién sabe.
La tercera tesis, más conspiranoica, es que quizás el problema no sea de nombres ni de agendas, sino de la época preelectoral en la que nos hayamos inmersos. Los callos que se comen saben mejor que los que se pisan.
Por ahora, lo único que conocemos es que el plan solicita «evitar el cortoplacismo en la acción política, que las decisiones estratégicas se apoyen en datos y no en tendencias demoscópicas, favorecer la financiación, simplificar los trámites administrativos, estabilidad normativa y entregarse a una cooperación más estrecha con los agentes privados». Así lo desgranó este medio hace apenas siete días en una información gracias a la cual sabemos de la existencia del estudio.
Calendario y protocolo
Seguro que el informe ultrasecreto contiene datos más concretos que estos enunciados generalistas, que lo mismo pueden aplicarse a Álava que a Torrubia del Campo. Quién no quiere aprovechar sinergias, establecer estrategias 360, sentar bases, proyectar valor, impulsar cambios o modernizar estructuras. Esperemos que el documento no sea una retahíla de este lenguaje vacuo ultramoderno que da vueltas sobre lugares comunes para no decir nada.
Sea como fuere, nuestro futuro puede esperar. A quién le importa qué opinan los empresarios, qué panorama se nos presenta o cómo vamos a afrontar la transición energética y tecnológica que suponen la descarbonización o la inteligencia artificial. Son temas baladíes supeditados al calendario y al protocolo, que eso sí es importante. Y a no incomodar a nadie antes de las elecciones, no vaya a ser que la ciudadanía pueda votar con datos en la mano y criterio en la cabeza. Y eso… eso sí que no.
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