González pide una «exención arancelaria» para los vinos de Rioja Alavesa
El sector intensifica los envíos a EE UU para sortear unas cuotas que «lastrarán» al territorio según el diputado general
El pacto arancelario que sellaron el pasado domingo la Comisión Europea y Estados Unidos «no es bueno para Álava». Así de contundente se mostró ayer ... el diputado general, Ramiro González, tras analizar las consecuencias que el acuerdo puede tener para el acero y el vino, dos sectores esenciales en el territorio. «Amenazan nuestra competitividad y la del conjunto de la UE», subrayó. Por eso, el dirigente foral reclama a las instituciones comunitarias que siga negociando para mejorar un compromiso que, incide, «lastrará» la economía local, pero también la de sus principales mercados exportadores: Alemania y Francia.
Con la incógnita del vino aún pendiente de resolver, el máximo dirigente foral reclamó que «Europa tiene que seguir trabajando para que se asimile a la agricultura y que no haya aranceles en este sector». La idea es que como máximo sea del 15%, aunque se mantiene la puerta abierta a «eventuales reducciones». «Europa debe trabajar y hacer los mayores esfuerzos para que la viticultura se asimile a la exención arancelaria aplicada al primer sector», subrayó.
Los importadores y las organizaciones españolas creen que se aplicará una tarifa del 15%
«El sector del vino está en una situación complicada y Estados Unidos es un mercado muy importante para Rioja Alavesa. Europa tiene que seguir trabajando», remarcó González.
La preocupación en el sector es generalizada, aunque tanto los productores alaveses como sus importadores llevan meses adelantando compras para disponer de vino sin tarifas al otro lado del Atlántico. Según los datos que maneja Javier Ruiz de Galarreta, CEO de Araex, a datos de mayo, eso había hecho que Estados Unidos se consolidase como primer mercado de exportación por delante incluso de Alemania o Reino Unido. El resultado final de las negociaciones, en su opinión, ha dejado en Rioja Alavesa un «desencanto generalizado».
«Un golpe duro»
En el Grupo La Rioja Alta, por ejemplo, los envíos a Estados Unidos «comenzaron el mismo día que Trump fue elegido presidente, cuando todavía ni estaba en el cargo», relata Guillermo de Aranzabal Bittner. El director general de la firma representa la sexta generación de una familia alavesa que, desde el barrio de la Estación de Haro, lidera uno de los buques insignias de Rioja. En su caso, en su almacén de California disponen de un 'stock' para sostener «entre seis y nueve meses» de ventas.
De Aranzabal no esconde que los aranceles son «un golpe duro» para el sector. Las esperanzas de entrar en las exenciones siguen vivas, pero la información que llega a las bodegas desde las organizaciones sectoriales y los importadores americanos, «no son optimistas».
Las tuberas mantendrán un recargo del 50% en sus exportaciones al país de las barras y las estrellas
El ejecutivo sostiene que ya se está dando una «ralentización» en los pedidos directos de vino desde Estados Unidos, «son más pequeños». Pese a ello, sigue habiendo movimiento gracias al almacén de California. A medio plazo, eso sí, la cuota del 15% «restará competitividad» a los vinos alaveses frente a otros países como Argentina, Chile o los propios caldos americanos, que se beneficiarán de no tener tarifas que los lastren. Pero también existe la «amenaza de que los americanos se pasen a la cerveza o directamente no beban, que baje el consumo porque necesiten ahorro».
Vino aparte, el diputado general también subrayó la importancia de otro sector como el acero. Este es uno de los más castigados, porque mantendrá una cuota del 50% para entrar en Estados Unidos. «No esperábamos una noticia tan mala, pues nuestras empresas exportan una parte significativa de su producción a Estados Unidos», profundizó. «Europa no puede dar por cerrada esta cuestión. Debe seguir negociando y trabajar para que se apliquen las exenciones que han tenido hasta la fecha las empresas del sector. Tienen que defender y priorizar este sector», ahondó.
«En el caso de la aeronáutica, por el contrario, sí que hay buenas noticias. El acuerdo incluye la excepción; establece aranceles cero para un sector en crecimiento y con gran potencial hasta el punto de que el clúster aeronáutico Hegan ha calculado un crecimiento de un 9,5% anual. Esta noticia nos permite seguir siendo competitivos», valoró González.
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