Gimnasia sueca, Radio París, amigos para toda la vida...
Los exalumnos recuerdan el colegio como «un lugar familiar. No existía el 'bullying'»
Un millón de recuerdos inunda a Txus Estívariz, Ricardo Urrutia y Ramón Breda mientras caminan por las ruinas del centro. Por un tiempo, los tres ... compartieron una habitación donde «Ricardo no dejaba de tocar la guitarra. Le llevábamos al baño, cerrábamos la puerta y se seguía escuchando», cuentan entre risas. «Entonces había varios internados de los 'duros' como Campillos, pero Izarra era el más familiar. No recuerdo bandas, el 'bullying' no existía, al contrario, nos ayudábamos mucho entre nosotros», asegura Ramón.
«Un año, el 1 de mayo, los mayores propusieron hacer huelga. Como no nos dejaban, todo el colegio fuimos andando hacia Murgia. La Guardia Civil bajó con autobuses, nos recogieron y nos volvieron a subir», evoca Txus. Ricardo cuenta que «cuando murió Franco, nos dieron una semana de vacaciones que luego hubo que recuperar. Recuerdo que escuchábamos Radio París en los días anteriores». El 3 de marzo de 1976 «nos pilló aquí dentro», añade Ramón.
Todos rememoran con gran cariño sus vivencias en el centro. «Los profesores hicieron de tutores, madres, padres... Veníamos a donde la cocinera, Basilisa, a por natillas o bocadillos. ¿Os acordáis de la leyenda del bromuro? Después de la cena nos daban café y había una leyenda sobre eso», comentan divertidos. Y lo del laboratorio «era terrible» -bromean entre risas-. «Hemos salido corriendo de ahí un millón de veces porque salía humo». Bajadas en 'sancheski', salidas a esquiar, los bocatas de tortilla en el bar de 'la Tere' por un duro, la gimnasia sueca los sábados por la mañana, las amistades para toda la vida... Memorias imborrables.
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