URSSA, tragedia en tres actos
No hace falta derribar sino adecuar, porque no sólo es más barato, sino también más sostenible
Según la teoría del caos, cualquier variación en las condiciones iniciales de un sistema puede resultar en un sinfín de resultados impredecibles. Efecto mariposa le ... llaman.
Quiero construir una línea de sucesos para intentar centrar el debate respecto a un coloso que agoniza en nuestra ciudad, una fabrica que vio nacer la estructura del Guggenheim y que parece condenada a convertirse en solar, otro vacío más, en laciudad del pudo y no quiso.
ACTO 1: Un grupo de promotores ha comprado la parcela de URSSA en Adurza. Su objetivo no es edificar ahí. El nuevo Plan General dice que esos terrenos serán equipamiento público, pero parece ser que esa parcela está ligada a otras de Lakua en las que pueden construirse viviendas. El Ayuntamiento, propietario final del suelo, solicitará a los actuales dueños entregar los terrenos descontaminados, para lo cual, lo más probable es que se opte por derribar las naves.
ACTO 2: En los últimos meses un grupo numeroso de personas sin hogar se ha instalado en algunos edificios de la antigua fábrica. Llevadas por la pobreza, la desesperación y por una miríada de otras razones, estas personas saquean el edificioen busca de chatarra, se cuelan en los colegios del entorno tratando de ducharse y han llegado a generar algún conflicto de mayor trascendencia. La situación copa cada vez más páginas en la prensa local y esto no hace sino agudizar la sensación de inseguridad, lo que tarde o temprano, llevará a los vecinos a exigir medidas.
ACTO 3: Los promotores, para ahorrarse problemas y mantenimiento, derriban la fábrica y descontaminan los suelos, con un elevado coste, para lo que tendrán que vender caras las casas que edificarán en Lakua. El Ayuntamiento recibirá un solar decasi 50.000 metros cuadrados para el que no tiene usos concretos planificados, por lo que seguirá vacío durante largos años. Las personas sin hogar serán desplazadas y sus duras condiciones de vida y conductas se reproducirán en un nuevo lugar. URSSA desaparecerá, nadie ganará mucho y algunos perderán lo poco que tienen. La gente la olvidará y seguiremos con la política de grandes proyectos que nunca llegan, en la ciudad del quiso y no supo.
¿FIN? Hace cerca de un año escribí en estas mismas páginas un artículo llamado 'El último leviatán'. Aquel artículo (como este) era una sugerencia, una invitación a imaginar los espacios abandonados de nuestras ciudades como algo más que problemas, a ver que reside en ellos un potencial espectacular para ser casi cualquier cosa, para dar servicio a actividades que aún no tenemos, para llenarlos de contenido de forma permanente, temporal, ocasional...
Los ejemplos son infinitos y no quería utilizar estas líneas para hacer propuestas concretas, sino para animar a que sea la propia ciudad(anía) la que se imagine lo que puede obtener de ese lugar, pero la concurrencia de eventos recientes permite dar un par de pistas.
El fin de semana pasado se celebró el Azkena Rock Festival a apenas un kilómetro de URSSA. Mas allá del simbolismo de un concierto de rock dentro de una fábrica, este espacio tan inmenso y espectacular es perfecto para alojar todo tipo de eventos con un mínimo de adecuación. No solo conciertos, sino outlets, mercadillos, exposiciones, teatros... El Parco Dora de Turín que recomiendo a todos buscar en internet, es un calco de lo que podría ser este lugar, un esqueleto vivo, una cubierta enorme integrada en un parque con usos deportivos o recreativos que en algunos momentos se convierte en espacio para eventos. Para ello no hace falta derribar, sino adecuar, que no solo es más barato, sino también más sostenible.
Dicho esto, insisto en que lo importante en este momento no es definir un uso final para el lugar, sino ser conscientes del potencial que este tiene. Derribar es cerrar esta ventana de oportunidad para siempre. Vitoria-Gasteiz cuenta con multitud de asociaciones, organizaciones, colectivos, universidades y empresas que podrían plantear actividades en estos espacios, a la espera, o no, de unos usos definitivos. En la gestión de ese 'mientras tanto' está la clave para dar a esta ruina un carácter urbano, de darle la seguridad que de la que en este momento carece, de construir un espacio de creatividad, cultura, ocio o negocio. Un espacio vivo y en transformación como la propia ciudad.
Estas oportunidades no hay que entenderlas como un juego de dos agentes y suma cero, sino como un proceso compartido en el que el ganador principal sea Gasteiz, en la ciudad del quiso, supo y, finalmente pudo.
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