Los fuegos dan la puntilla al agro alavés, que ya estimaba pérdidas de un 40% en la cosecha
Los cerealistas se encomiendan a los seguros para encarar las pérdidas por las llamas, que devoraron en Garaio y Mendoza 90 hectáreas
Controlan cada brisa que se levanta, cada nubarrón que se adivina en el horizonte. Saben que un borrascazo cuando no toca puede arruinar todo el ... trabajo del año. Y la desatada sobre el campo alavés es una tormenta perfecta. La canícula que vivió la provincia a finales de mayo y principios de junio sumada a la falta de lluvias ha adelantado tres semanas la cosecha en la provincia y rebajó de forma drástica las previsiones para la campaña: el sector primario ya calculaba pérdidas de un 40% con respecto a 2021. Y como todo es susceptible de empeorar, el fuego hizo su primera aparición en el territorio el lunes. Los incendios declarados en Mendoza y Garaio devoraron 90 hectáreas de cultivo. Los cerealistas contienen la respiración en la campaña más incierta de los últimos tiempos.
El fuego ha llegado en el peor momento. «Nuestro sector primario, que es fundamental, no está en una situación en absoluto sencilla, la climatología ya había impactado de forma importante en el rendimiento de los cultivos», reconocía ayer el propio diputado general, Ramiro González, que en su habitual comparecencia tras el Consejo de Gobierno foral quiso «agradecer el trabajo de los agricultores del territorio, que no dudaron en desplazarse desde sus lugares de trabajo para colaborar en el control y extinción de los incendios tanto en la zona de Garaio como en Mendoza».
«Es que los primeros interesados en que no haya incendios somos nosotros», evidencia Javier Torre, presidente de la UAGA. Para él, como para todos los cerealistas de la provincia, el de ayer fue «un día aciago». «En realidad, no se perdieron tantas hectáreas y muchas ya estaban cosechadas, pero esto nos vuelve a poner en el foco: da la sensación de que la labor agrícola es la única que provoca incendios», se duele el labrador.
«La colaboración de los agricultores fue fundamental para el control de los fuegos», reconoció Ramiro González
Ayer se confirmó que el de Argote -el primer fuego que se desató durante una jornada que puso en alerta a Álava- lo provocó una cosechadora. Y todo apunta a que el de Garaio tuvo idéntico origen. El simple roce de una cuchilla con una piedra puede hacer que salten chispas y de ahí, al fuego. Por eso han surgido voces que han llegado a plantear que se prohíba la cosecha durante estos días de alerta naranja por altas temperaturas -de hecho, en Navarra ya se ha tomado una medida similar-, algo a lo que el sector se opone de forma frontal. «No tiene sentido, vienen ahora muchos días seguidos de mucho calor, ¿qué hacemos? ¿dejamos de trabajar?». La pregunta es retórica. Son días cruciales para sacar adelante la faena, el campo tiene su ciclo y no se detiene por el calor, por muy extremo que sea.
El diputado general respaldó al sector de forma cerrada. «Prohibir es algo que no está contemplado, está en juego la cosecha, la forma de vida de muchas personas», zanjó, al tiempo que hacía un llamamiento a «la prudencia de todos los que trabajan en el campo ante la situación de extrema sequedad en la que se encuentran nuestros cultivos».
Asegurados
A los labradores que vieron cómo sus campos pasaban del dorado al negro en solo unas horas solo les queda encomendarse a las aseguradoras. Todas las fincas afectadas por el fuego estaban aseguradas y lo cierto es que en Álava la práctica totalidad de los agricultores cuentan con un seguro agrario ante episodios de pedrisco e incendios. Sin embargo, esto no les evitará tener que echar cuentas. Y no saldrán en un año en el que el precio del cereal se ha visto sometido a fuertes bandazos. «Las indemnizaciones de los seguros se calculan con respecto al año anterior y ahora el cereal está mucho más caro que entonces», explica el presidente de la UAGA. «Pero aunque ganáramos dinero, nosotros siempre preferimos cosechar las tierras que hemos trabajado durante todo el año».
Los incendios suponen la puntilla a un ejercicio también marcado por el espectacular aumento de los precios de las materias primas, tanto del gasoil como de los fitosanitarios. Y si este verano finalmente se pierde el 40% del grano, habrá repercusiones para el bolsillo de los consumidores y también para los de los productores. La guerra de Ucrania, que junto a Rusia produce el 30% de cereal de todo el mundo, unido a la sequía que sufren más países de Europa y otros grandes productores como Libia hace que ahora mismo los precios de los cereales sean «muy altos y volátiles», según un informe reciente de la Comisión Europea.
Un lunes frenético
95
hectáreas (90 de cultivos y 5 de monte bajo y ribazos) se quemaron en los incendios del lunes en Garaio y Mendoza.
14.20
horas se declaró el lunes el primer fuego, en Argote, y a las 23.00 horas se dio el aviso del último en Kripan.
El dispositivo
Se movilizaron efectivos de los Bomberos forales de los parques de Nanclares, Espejo, Laguardia, Aguarain y Campezo. También acudieron los Bomberos de Vitoria, Miranda, los guipuzcoanos de Ordizia y Oñate, además de medios aéreos de Agoncillo y Navarra. En total, participaron durante la jornada recursos de diez parques distintos de cuatro comunidades autónomas.
500
vehículos con bañistas fueron evacuados de Garaio con la participación de Miñones y efectivos de la Ertzaintza.
10 horas sin tregua, de llama en llama, con bomberos de 10 parques
Dicen que las desgracias nunca vienen solas. El aforismo se manifestó implacable en la jornada de ayer, cuando una cadena de incendios se desató de punta a punta del territorio. Desde las 14.00 horas, cuando se declaró el primer fuego en Argote (Condado de Treviño), hasta las 23.00, momento en que se alertó de las primeras llamas en Kripan, bomberos de los parques alaveses lucharon a brazo partido junto con guipuzcoanos, navarros, burgaleses y riojanos. Sin tregua.
En cascada, tan caótica jornada comenzó a las 14.20 horas en Argote. Un chispazo que provenía de una cosechadora desató un fuego que se reavivó a las 16.50 horas. Para entonces, efectivos de Laguardia y Nanclares ya se habían movilizado al incendio declarado en Villanueva de Tobera, también en Treviño. No eran ni las tres de la tarde cuando se dio aviso de otro fuego: el de Mendoza, que requirió movilizar recursos desde Vitoria y Espejo. Lucharon contra las llamas a brazo partido hasta las 18.00 horas, cuando se dio por controlado. Poco antes, los efectivos no se podían creer el aviso que llegaba por emisora a las 17.24 horas: otro fuego se desataba Garaio. 500 bañistas fueron evacuados.
Se movilizó al parque de Agurain y también tocó pedir ayuda a los guipuzcoanos de Oñati. Se les sumaron también los de Ordizia, medios aéreos de Agoncillo (La Rioja) y también de Navarra. El objetivo era controlar el fuego antes de que anocheciera. Lo lograron. Pero a las 23.00 horas, saltó otra alerta: un fuego más en Kripan. En total, efectivos de diez parques de cuatro comunidades. Todos contra el fuego.
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