Fin de la huelga de Tuvisa
La plantilla ha decidido esta noche poner fin a los paros en una reñida votación y los urbanos vuelven este lunes a circular con normalidad
Los urbanos vuelven este lunes a circular por Vitoria con normalidad. En una reñida votación de infarto, la plantilla de Tuvisa ha decidido esta ... noche poner punto y final a nueve intensas jornadas de huelga, con movilizaciones que han llegado a poner en jaque la movilidad de la ciudad, largas esperas en las marquesinas y continuos cortes de tráfico y del tranvía provocados por las manifestaciones.
A pesar de que el acuerdo entre Tuvisa y los sindicatos mayoritarios para poner fin a la huelga en la empresa municipal se había dado prácticamente por hecho ya desde la noche del sábado, la resolución del conflicto pendió de un hilo hasta el último minuto. Pasadas las 21.30 horas de este domingo se daba a conocer el resultado de las votaciones, celebradas en las cocheras de Aguirrelanda tras una asamblea general a la que fueron convocados los 332 trabajadores.
Al abrir las urnas quedó al descubierto la gran división en la plantilla que ha originado este conflicto laboral. De los 271 votos emitidos, el sí al acuerdo alcanzado con la empresa municipal solo logró 113 apoyos, mientras que se contabilizaron 142 papeletas con el no junto a cinco votos en blanco y uno nulo. Ante esos resultados, ¿qué ocurrió para que el comité decidiera dar por desconvocadas las movilizaciones? La clave está en que se había establecido la barrera del 70% de los votos en contra para seguir con los paros.
A pesar de que los representantes sindicales hablan de «un acuerdo positivo, en el que se han conseguido bastantes avances», lo cierto es que los mismos medios insisten en matizar en que el pacto alcanzado el sábado no cuenta, ni mucho menos, con el apoyo unánime de la plantilla. La mayoría de los que apostaban por seguir con los paros lo hacían por uno de los 'flecos' que habían quedado tras varios días de negociación: lograr para la plantilla un sistema efectivo de fichaje de jornada.
Esa falta de consenso era patente en los corrillos que se formaron antes y después de la votación en las cocheras. Aunque el ambiente estaba lejos de ser tenso, en muchos grupos había trabajadores a favor del sí y del no. Solo unas horas antes del inicio de la asamblea, ELA hizo público un comunicado en el que defendía, en contra de la mayoría del comité, mantener la huelga y las movilizaciones.
«Palos en las ruedas»
El sindicato, que solo cuenta con tres de los trece representantes en el comité de empresa, considera que el Ayuntamiento de Vitoria «no termina de abordar todas las cuestiones estratégicas y no aporta soluciones concretas al fichaje efectivo».
Ese llamamiento a seguir con los paros corrió como la pólvora entre los grupos de WhatsApp de la plantilla, donde muchos no ocultaron su temor a que el principio de acuerdo pudiera llegar a descarrilar. «Alcanzar el acuerdo no ha sido nada fácil, hemos tenido hasta ocho reuniones y en todas se nos han puesto palos en las ruedas», expresaba de forma gráfica uno de los defensores del pacto en el que se incluyen muchas de las demandas de los trabajadores. Entre las más notables se encuentra la ampliación tanto del personal de plantilla como de la flota de convoyes de Tuvisa.
El texto del acuerdo pone negro sobre blanco el compromiso de realizar 12 contrataciones «indefinidas» para aliviar la carga de trabajo de los conductores y también la compra durante esta legislatura de 15 nuevos autobuses, que se sumarán a los diez que ya se habían comprometido en 2023. Entre las medidas también se contemplan otras demandas de la plantilla como el mantenimiento de la parada del colegio Errekabarri de la línea 6 (L-6, Zabalgana-Arkaiate), así como la «actualización del nivel retributivo» de los empleados en los aparcamientos que gestiona la sociedad municipal.
El origen del conflicto en Tuvisa viene de lejos. Pero las primeras protestas se remontan a finales del año pasado. Desde entonces, los desencuentros entre el Consistorio y la plantilla han sido notorios y finalmente la huelga estalló el pasado 10 de febrero, coincidiendo con el arranque del Carnaval, dejando a los ciudadanos sin el servicio nocturno y los urbanos especiales al Buesa Arena y a Mendizorroza; al tiempo que se reducía drásticamente la frecuencia del resto de líneas.
La última manifestación de los trabajadores tuvo lugar este mismo sábado apenas unas horas antes de que los sindicatos dieran por la noche el visto bueno a la última propuesta de la dirección de Tuvisa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión