Fangoria y Mago de Oz, cabezas de cartel para La Blanca'19

Un primer vistazo a la escaleta musical de las próximas fiestas sí apunta a la subida en sus prestaciones respecto a ediciones pasadas. Fangoria, el dúo de tecnopop a cargo de Alaska y Nacho Canut, juntos pero no revueltos desde los tiempos de Kaka de Luxe, sabe a apuesta segura. Multidisciplinares en su última etapa, tan pronto te sacan un libro de fotografías como montan un musical, acaban de editar disco de versiones.

Trece canciones de otros -OBK, Killer Barbies o Los Sencillos- más dos temas inéditos. Seguro que muchas de ellas sonarán el día 6 en Los Fueros junto a sus éxitos de siempre. Los de Dinarama o Pegamoides, incluidos. Su último concierto en Vitoria también fue en esa fecha, pero de 2002. Entre medias participaron en el especial navideño de la televisión pública vasca de 2011.

Para el otro plato fuerte habrá que aguardar al penúltimo día de fiestas. A pesar de sus innumerables cambios de formación, sólo queda un miembro original, Mago de Oz ha cumplido la friolera de treinta años de bolos. Su agitada combinación de rock, folk y metal conoció tiempos mejores, pero siempre arrastran multitudes allá por donde transitan.

Los euskaldunes Huntza lidiarán con los nervios de subir el telón. Es un joven sexteto de guipuzcoanos que se fraguó durante los pintxopotes de Bilbao. Su tema Aldapan Gora acumula más de ocho millones de visionados en la plataforma YouTube. Escalan desde el Machete, donde tocaron en 2017, al escenario grande.

Atención al día grande de La Blanca. Cultura ha programado a los burgaleses La M.O.D.A., muy reconocidos en la escena indie. Podrían erigirse en la sorpresa de la próxima edición fiestera. Vienen de vender más de 11.000 entradas en el Wizink Center. Son siete, con camisetas de tirantes y un compendio de instrumentos inusuales; acordeón, banjo, mandolinas... Les comparan con los reputados Mumford&Sons.

El lado más canalla será para Gatillazo. Con Evaristo Páramos erigido en tótem del punk son de sobra conocidos. Han tocado innumerables veces en escenarios de la ciudadad. Desde las txosnas a la Jimmy Jazz. Y siempre con buenas sensaciones.

«Intentamos que sean conciertos equilibrados, que cualquier persona pueda sentirse identificado al menos con uno de ellos», aduce Estíbaliz Canto, la concejala de Cultura. «Hemos hecho un pequeño esfuerzo, las fiestas tienen que recuperar el impulso de años anteriores».