«Existe un guión sexual patriarcal por y para la satisfacción masculina»
La autora presenta este miércoles su libro 'El sexo de las madres' sobre la sexualidad y la maternidad en la librería Eva Forest Liburutopia de Vitoria
Ania Ibañez
Martes, 24 de junio 2025, 17:58
Como docente en la fundación Sexpol y como dirigente de un grupo multidisciplinar de sexólogas, Sonia Encinas tiene un amplio currículum respecto a la terapia ... sexual y la sexología. Con dos másters al respecto bajo el brazo, notó una carencia en el ámbito de la sexualidad cuando eres madre. Es por eso, y por su propia experiencia con la maternidad mientras elaboraba el libro, que decidió escribir 'El sexo de las madres', editado por Roca, porque para ella era «una deuda de la sexología con las madres y las familias» profundizar en lo que sucede durante las etapas de la búsqueda del embarazo, el embarazo, el parto y el postparto.
–¿Dónde surgen los problemas en estas etapas?
–El malestar principal con lo sexual tiene que ver con las expectativas desajustadas respecto a un guión sexual que, al final, la mayoría de gente no cumple. Ante ese incumplimiento se genera una sensación de culpabilidad, sobre todo en las mujeres. Sienten que son raras, que ellas tienen el problema, de que hay algo en ellas que no funciona bien,
–¿Cuál es este guión sexual?
–Es un guión sexual patriarcal. Está pensado por y para los hombres y busca la satisfacción masculina. Nos coloca a unos y a otras en roles distintos. Ellos son los que tienen permiso y derecho, además de que entienden la sexualidad como una necesidad. Muchas veces eso les conecta con unas exigencias y presiones que son terribles porque es lo que valida su masculinidad, así que caen en hábitos como contar la frecuencia, el tamaño o la duración.
–¿Y ellas?
–Nos coloca en un rol de ser objeto de deseo, no sujeto deseante. Nuestra responsabilidad es garantizar que ellos estén satisfechos, que les gustamos físicamente. El sexo se convierte un poco en una herramienta para que tu pareja se quede. Ese es el guión sexual que intento desmontar.
–¿Cómo se desmonta?
–Si la gente hablase más de la realidad de sus experiencias sexuales, habría muchísimo menos malestar, sentiríamos menos culpa y estaríamos más relajadas en torno al tema. Y eso pasa especialmente en el ámbito de la pareja porque mentimos, seguimos reforzando todos los mitos y las creencias limitantes cuando las experiencias sexuales son tan diversas como personas hay.
«Existe la falsa creencia de que todas las parejas tienen sexo semanalmente y no hay una frecuencia mejor o peor»
–¿En qué se miente?
–Uno de los clásicos es la frecuencia de encuentros sexuales. Existe la falsa creencia de que todas las parejas tienen sexo, por ejemplo, semanalmente o incluso varias veces a la semana. Y la realidad es que no hay una frecuencia mejor o peor. Es como el hambre, no todos tenemos las mismas ganas. Y en realidad no se sienten mal por la frecuencia, si no porque creen que tienen falta de deseo.
–Y no es así...
–Siempre digo que la falta de deseo no existe. Me llegan muchas parejas heterosexuales con una autoetiqueta puesta de que ellas tienen falta de deseo, cuando en realidad lo que ocurre es que no cumplen las expectativas de su pareja. Además de que en el deseo influyen muchas cosas en el día a día.
–¿Por ejemplo?
–El cansancio es clave, es el mayor antilíbido. Nos aleja de muchos placeres, porque cuando yo me quito tiempo, lo hago de mi espacio de ocio. En el caso de las parejas con hijos se ve mucho, ya que en muchas ocasiones son las mujeres las que tienen más responsabilidades y las que más se limitan sus tiempos de ocio. Además los hombres ven el sexo como algo que los nutre, mientras que las mujeres piensan en muchos otros placeres antes que lo sexual por ese guión que he comentado anteriormente.
«El cansancio es el mayor antilíbido que hay en una pareja con hijos, nos aleja de muchos placeres»
–Mencionaba la resistencia a hablar de la sexualidad, ¿sigue habiendo un tabú?
–Tengo mucho sesgo, porque la gente llega a mi consulta para hablar de eso, pero cuando hago ponencias o formaciones, me doy cuenta de que hay muchísimo tabú todavía. Aunque sí que hay un pequeño avance gracias a las redes sociales, a la gente le cuesta mucho hablar de la sexualidad y recibo mucha resistencia, a veces hasta se han enfadado conmigo por las cosas que digo, sobre todo cuando lo hago con perspectiva de género.
–¿Existe diferencia entre la respuesta de hombres y mujeres?
–En el caso de las consultas, de nuevo, es sesgado. Me llegan mayoritariamente parejas de unos 30 años y sí que hay ese interés por parte de ambos. Cuando he acompañado a parejas de más de 60 años, sí, hay diferencias, sobre todo en ellos. Las mujeres siempre estamos leyendo, compartiendo, hablando con amigas... Nos revisamos. En los hombres me he encontrado más resistencia.
–¿Qué quería conseguir con este libro?
–Que las madres dejasen de sentirse culpables por lo sexual. Es una etapa en la que tendríamos que estar ocupadas disfrutando de nuestro cachorro o descansando y no preocupadas por nuestra falta de deseo. Me gustaría que las madres pudiesen vivir este espacio con confianza y no culpa.
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