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La escritora vitoriana Eva García Sáenz de Urturi culmina la trilogía de 'Los longevos'.

Eva García Sáenz de Urturi en Vitoria: «Me encanta que venga gente con carritos con mis diez libros a las firmas»

La reconocida escritora firma este viernes 27 de junio en El Corte Inglés ejemplares de 'El camino del padre', desenlace de una saga que inició hace 15 años y le catapultó al panorama literario nacional

Viernes, 27 de junio 2025, 00:09

La firma de Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria, 1972) es sinónimo de éxito y de historias que atrapan desde la primera página. Pocos autores en España logran movilizar a tantos lectores el mismo día que sale a la venta uno de sus libros. Un ejemplo de su tiró vivirá esta tarde, a las 19.00 horas, en la planta baja de El Corte Inglés (edificio de Abastos), donde la escritora dedicará ejemplares del esperado cierre de su saga 'Los longevos', la obra con la que comenzó a despuntar hace ya quince años.

Con 'El camino del padre', la autora vitoriana más leída cierra un ciclo literario con el que terminó conquistando a miles de lectores. Aunque reside en Alicante desde hace años, siempre reserva una parada especial en Vitoria. Sáenz de Urturi confirma que ya está escribiendo la sexta entrega del universo Krakeny deja caer que la adaptación en serie de 'El libro negro de las horas' comenzará pronto su rodaje… con su ciudad natal como escenario principal.

– Han pasado más de 15 años desde que comenzó a escribir la primera de Los longevos. Nueve novelas después, ¿qué sintió al tener en las manos el final de esta saga tan esperada?

– No solo lo esperaban, sino que los lectores lo pedían activamente. Para mí ha supuesto un cierre de ciclo, tanto profesional como literario. Y estoy encantada con la reacción de los lectores. Es un final épico, muy emocional, que cierra todos los hilos de cada personaje. Quedé muy satisfecha cuando lo terminé.

«Cuando vienes de éxitos como 'La Ciudad Blanca' o el Premio Planeta, se espera mucho de ti, pero el proceso creativo requiere tiempo»

– ¿Cuántas vueltas le ha podido dar a la historia? ¿Sintió presión ante tal demanda?

– La presión siempre existe, más en estos tiempos de inmediatez, redes sociales y oferta constante de contenido. Hoy todos consumimos historias desde muchos frentes, y los lectores quieren saber enseguida para cuándo el siguiente libro. Y cuando vienes de éxitos como La Ciudad Blanca o el Premio Planeta, se espera mucho de ti. Pero el proceso creativo requiere tiempo. Ellos leen una novela de 500 páginas en dos días, pero escribirla no lleva dos días. Ni siquiera incubarla.

– En 'Los longevos' vuelve a despertar en el lector la curiosidad histórica. En esta ocasión aparece, por ejemplo, la batalla de Kinsale, bastante desconocida. ¿Cómo da con esos momentos?

– Principalmente leí muchos libros académicos. Cuando trabajaba en la universidad (de Alicante) solía acudir a la biblioteca de la Facultad de Historia y me surtía de esos textos. Leía de todas las épocas y, según lo que encontraba, decidía dónde insertar el 'flashback' histórico. Descubrí episodios conocidos, como la erupción del Vesubio, y otros más desconocidos, como la batalla de Kinsale, la ayuda española a los irlandeses contra los británicos en el siglo XVII.

– También visitó el escenario.

– Sí, llegar allí no fue fácil, no es un lugar turístico habitual, pero lo conseguí. También estuve en Noruega y Suecia, investigando el día a día de los vikingos a través de visitas a diferentes museos. Eso me ayudó mucho para la trama del personaje de Gunnar.

– Cuando empezó a escribir su primera novela, ni siquiera su familia sabía que escribía. ¿Cómo ve ahora aquel momento desde el presente, siendo una autora superventas?

– Fue un proyecto absolutamente personal. Tenía 37 años, trabajaba en la universidad (de Alicante) como óptica de formación, una profesión de ciencias puras, y escribía por las noches y me documentaba en cualquier hueco libre. En verano pasaba tiempo en Cantabria buscando escenarios reales para 'Los longevos', pero no le decía a nadie lo que hacía. Entonces tenía plaza fija y no pensaba en su momento cambiar de oficio ni de profesión...

– ¿Recuerda el momento en el que decidió que no daba abasto y optó por dedicarse por completo a la escritura?

– Sí. Publiqué la primera de esta saga el 16 de febrero de 2012, y el 22 de febrero de 2014 pedí la excedencia. En esos dos años escribí 'Pasaje a Tahití' y ya estaba con 'Los hijos de Adán'. Era consciente de que no era compatible mantener dos jornadas laborales. El primer día que no tuve que ir a trabajar me levanté igual, a las siete de la mañana, y seguí escribiendo. Ya no tenía jefes ni empleados y los recuerdo como los días más felices de mi vida.

– Ocurre que, cuando alguien tiene éxito, surgen muchas voces que dicen conocerle.

– Es curioso el efecto que puede tener la fama en la gente de alrededor.

– Hay personas a las que es imposible convencer de que algo no es así, porque se han creado esa narrativa en su cabeza.

– En esta saga sobre los longevos (que no personajes inmortales), la 'teoría de los telómeros' sirve como explicación al no envejecimiento de los personajes. ¿Influyó el hecho de que fuera de ciencias?

– Cuando empecé a escribir en 2009, había un boom en las revistas científicas sobre estudios de envejecimiento. Leí mucho, y de todas las teorías, la de los telómeros era la más plausible y novelable. Si las células mantenían los telómeros largos, no envejecían. Entonces creé los personajes con una mutación. Quise irme mucho hacia la ciencia para que no se tratara de una novela fantástica. En el fondo, mi premisa era preguntarme cómo sería la psicología de gente que tiene que convivir, en lugar de unos 80 como nosotros, varios siglos o incluso milenios.

Kraken, de vuelta a Vitoria

– Los conflictos familiares son más evidentes en este tercer libro. Hay silencios entre miembros que se van haciendo bola hasta que puede llegar un punto de no retorno.

– Sí, esta última novela se centra muchísimo –dentro de que están huyendo, que están en una guerra abierta– en la supervivencia física pura y dura, y en cómo eso pone a prueba las lealtades familiares. Y trata también mucho de traumas y de duelos no resueltos, sobre todo en el caso de Adriana. También en esa falta de comunicación y en cómo, por callar y por no explicar algo, pueden llegar a renunciar a la convivencia entre unos y otros.

– A finales del año pasado se anunció la adaptación como serie de 'El libro negro de las horas'. ¿Tendremos pronto a otro Kraken de carne y hueso?

– Puedo decir que vamos a tener muy buenas noticias al respecto, tanto para los seguidores de Kraken como para la ciudad de Vitoria.

– Regresa a casa a firmar libros. ¿Tiene muchos compromisos?

– Sí, como siempre. Lo curioso es que todos quieren tomar algo justo cuando acabas de publicar. Estas semanas, con la promoción y la prensa, suelen ser las más ocupadas del año. Hay un efecto llamada con la prensa y la promoción. Pero es que volver a Vitoria es un placer porque supone estar entre vecinos y amigos. De hecho, siempre pido que sea la primera de la promoción de los libros. En esta ocasión es la segunda, pero sigue siendo muy especial.

– ¿Hay gente que acude con la saga completa?

– Sí, incluso ha habido gente que viene con mochilas cargadas o carritos de niños con los diez libros. A veces me preguntan un poco cortados si pueden firmarlos todos, y yo encantada, por supuesto.

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