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Estrellas de rock por dos semanas
60 adolescentes de todo el país participan en Gazte Rock en Vitoria, donde crean sus propias bandas desde cero
Jon Casanova
Vitoria
Miércoles, 9 de julio 2025, 14:57
Durante 12 días 58 jóvenes de A Coruña, Madrid, Castilla-La Mancha, Euskadi y más, disfrutan de la oportunidad de ser 'rockstars' y tocar, junto ... a sus grupos, en directo en el campamento de verano organizado en Vitoria por la Diputación de Álava y la Asociación Cultural Hell Dorado. Con el objetivo de vivir un acercamiento al mundo de una banda de rock los adolescentes crean –desde cero– un grupo musical con el que crean sus propias canciones y hasta graban videoclips con la asesoría de una decena de monitores.
El acto final será este sábado donde después de doce días de ensayos, composiciones y grabaciones se subirán al escenario para poner el broche de oro al campamento. Se reúnen y tocan desde las nueve de la mañana y aunque a veces es «frustrante» como reconoce María, bajista de 15 años en 'Jomunkulæ', forma «un grupazo» junto a sus cuatro compañeras que harán resonar la sala de conciertos con clásicos como 'Zombie' de la afame banda irlandesa The Cranberries o 'Oreka' de Berri Txarrak.
Es la primera participación de María, proveniente de la zona alavesa de Mendialdea, lugar «mucha música» según la bajista que recibió la recomendación por sus dos monitores de música y reconoce que «está siendo una experiencia increíble. A Nuno, coruñés de 16 años, se lo aconsejó su madre ya que «tenía muy buena pinta». Toca la batería desde los ocho, y ahora ha formado un nuevo grupo de amigos con los que toca bajo el nombre 'Elohim' (Dios en hebreo). Reconoce que el campamento «te enseña a lo que es tener un grupo» y sobre si lo recomendaría, el baterista no duda, «está muy guay, merece mucho la pena».
El caso de la manchega Mariola, es diferente; es su segunda participación y este curso pretende «poner a prueba» sus habilidades de canto y, sobre todo, de guitarra eléctrica. «Estresante al principio pero con constancia todo sale». Así describe Mariola la dinámica del campamento. Los nervios los dejó atrás hace rato, apenas con 17 años, canta desde los ocho años y lo único que la inquieta –aunque tampoco demasiado– es el solo de guitarra en la canción 'Soldadito Marinero' de Fito. Otro aspecto que se le atraganta es compaginar los arpegios de la guitarra mientras canta, aunque, repite, «con constancia todo sale».
Música como lengauje común
Las jornadas empiezan a las nueve de la mañana con un desayuno y se practican durante cuatro horas con la ayuda de los monitores que ayudan tanto al crecimiento artístico de los músicos como al desarrollo colectivo entre los compañeros. Un lugar donde no solo se respira rock. Estos jóvenes, en un principio desconocidos entre sí, se encuentran durante dos semanas intensas donde la música es el lenguaje común. Trabajan codo con codo, afinando no sólo instrumentos, sino complicidades. En ese breve lapso se visten —literal y emocionalmente— de Led Zeppelin, Nirvana, y muchos otros himnos eternos.
Se lanzan a los riffs como si fueran saltos al vacío, descubren que la armonía no siempre está en la perfección, sino en la energía compartida. Se transforman en escena, pero también fuera de ella. Porque esta actividad no es solo un taller: es un recuerdo tatuado en forma de distorsión y aplausos, que sonará en sus cabezas para siempre como un buen estribillo.
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