Unos esqueletos alegres y bailongos
La elección de la temática del disfraz suele generar controversia en las comparsas, pero en el caso de San Prudencio ha sido una decisión fácil
Una de las cuestiones más complicadas que todas las comparsas tienen que afrontar cada año es la elección de la temática y los disfraces que ... van a llevar. Una discusión que suele llevar horas y horas, y que acostumbra a generar controversias entre los carnavaleros. Pero nuestros protagonistas del Colegio San Prudencio debutan este año. Y empezar de cero hace que haya otras preocupaciones. Elegir disfraz les ha resultados bastante sencillo. Serán unos esqueletos alegres, coloridos y muy bailongos.
«La temática vino determinada por el patrocinio principal, la Unidad de Traumatología de Columna, que es una clínica que trabaja con Vithas. Se decidió que fuéramos con algo que tuviera que ver con los huesos y el tema del esqueleto nos iba como anillo al dedo», explican Leire Mendaza, Ricardo Gil y David Jáspez.
Eso sí, desde el primer momento tuvieron claro que querían huir de la tipología de disfraces de terror típicos de Halloween, como los de Coco o Catrina. «Es Carnaval, así que muchos colores llamativos, tutús, pelucas, maquillaje... Es un momento de alegría, no de meter miedo».
Tampoco tuvieron demasiadas dudas a la hora de determinar que la mejor manera para conseguir los disfraces este año era tirar de los catálogos de proveedores y no pedir a alguien profesional que se los confeccionase a medida.
«Nos enseñaron un disfraz que salió en '¡Mira quién baila!', pero costaba mil euros cada uno. Se nos iba de presupuesto»
«Una madre del cole es la que confecciona los trajes para varias comparsas. A nosotros nos arregló el disfraz el año pasado y por ahí lo teníamos fácil. Pero teníamos claro que debíamos ir por catálogo porque si no se nos iba a ir el presupuesto en un año en el que tenemos que asumir muchos gastos para poner la comparsa en marcha desde cero».
Comenzaron la búsqueda, hasta que desde una empresa de Barcelona les enseñaron «un disfraz precioso». «Había salido en una gala de '¡Mira quién baila!', nos enseñaron el vídeo y cuando nos dijeron el precio... Mil euros cada uno... Se nos iba 'un poco' de presupuesto», ironizan.
Entre 15 y 20 euros
Al final, han invertido entre 15 y 20 euros en el traje, a lo que hay que añadir algún complemento como el tutú, la peluca, tapones para los niños que van cerca de los altavoces, agua, algo de merienda... Prácticamente la mitad de la cuota que ha pagado cada comparsero para participar este año, que no llega a 40 euros, ha sido destinada a esto aspectos. Muy por debajo del coste que tiene confeccionar el vestido a medida, con patrones y modista, que se puede ir a los 40 o 50 euros. «Eso ya, para el año que viene. Además, plantearemos una tormenta de ideas para que la gente nos diga de qué les gustaría disfrazarse».
Elegida la temática y el modelo. Ahora faltaba salvar el obstáculo de que el proveedor se quedase sin material por la cercanía de Halloween a la fecha de la elección. Pero cuando llegaron los trajes no se produjeron las habituales sorpresas desagradables con las tallas. «De 150 paquetes que hicimos, solo dos estaban mal».
La pasada semana procedieron al reparto y vestidos ya de gala llegaron las risas. Porque no es lo mismo ensayar de calle que con toda la parafernalia al completo. «¡Pues no me queda ni tan mal!», han dicho la mayoría, entusiasmados ya con la inminente llegada del Carnaval.
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