Las empresas apuestan por contratar profesionales extranjeros, pero los «complejos trámites burocráticos» se han convertido en un obstáculo para captar esos perfiles E. C.

Los empleos sin cubrir en Álava alcanzan los 18.000 y vaciarían las listas del paro

Las empresas «se pelean» por los jóvenes universitarios mientras los mayores de 50 años representan ya cuatro de cada diez desempleados en el territorio

Miércoles, 19 de noviembre 2025, 00:17

'Se necesita operario', 'Se busca camarero', 'Se busca personal de cocina', 'Empresa industrial busca técnico de pintura'. Y así una larga lista de demandas. ... En los escaparates, portales de empleo y hasta en las páginas de este mismo diario. Las empresas alavesas necesitan trabajadores de distintas especialidades y niveles de cualificación. La carestía de mano de obra llega a tal punto que las plataformas de empleo hablan de cifras que son muy similares a las que recogen la lista oficial de desempleados en Álava.

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Por partes. Un informe de Esade para Infojobs concreta en 17.874 las vacantes generadas en el territorio durante el último año. Este dato daría prácticamente para alcanzar un 'paro 0' literal. Porque si se tiene en cuenta la lista de personas inscritas en Lanbide como demandantes de un puesto de trabajo, hablaríamos de 18.366, con la estadística cerrada al pasado octubre.

Así que parece claro que oferta y demanda no parecen encajar: hay trabajo para casi todos, pero no todos los alaveses consiguen el que buscan. Es un fenómeno que no es exclusivo del territorio, pero en pocos sitios de España alcanza los niveles de aquí. Un desajuste que la patronal alavesa lo identifica como la tercera preocupación de las empresas locales, sólo por detrás del reto de erradicar los altos niveles de absentismo y los costes salariales.

17.874

puestos vacantes se han generado el último año, casi los mismos que personas en paro hay en Álava: 18.366.

A la pregunta de por qué no casan las ofertas que no se cubren con el número de parados, desde SEA Empresas Alavesas se emplaza a buscar respuesta en las características de los demandantes. «En su gran mayoría se trata de perfiles de baja cualificación y, en muchos casos, con poca disposición a movilizarse», exponen. «Muchas veces son personas con estudios básicos o no acreditados», corrobora Juanjo López, secretario de Acción Sindical de Comisiones Obreras (CC OO).

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«Muchas veces las condiciones no son atractivas porque las jornadas son largas o los salarios insuficientes»

Juanjo López

CCOO

Los datos de Lanbide avalan esa tesis. De los 18.366 parados alaveses, 11.422 sólo tienen los estudios básicos. Suponen el 62,2% del total. Cuatro de cada cinco desempleados sólo quieren trabajar dentro de Euskadi y, de entre ellos, la inmensa mayoría lo quiere hacer en la propia Álava. Las tasas no varían demasiado entre los territorios.

«Sin ese refuerzo en las plantillas es muy difícil mantener no ya la competitividad de nuestras empresas, sino simplemente la supervivencia en un mercado tan exigente como es el actual. Y, desgraciadamente, la mayor parte de la población en desempleo no se ajusta a las necesidades de los sectores demandantes en cuanto a formación y capacidades», abundan desde la patronal alavesa.

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62,2%

de los desempleados alaveses sólo tienen los estudios básicos, algo que complica su encaje en las empresas.

Itziar Paunero es la presidenta del Colegio de Economistas en Álava. Su entidad también hace de intermediaria entre empresas y candidatos. En 2018, por cada oferta que llegaba al Colegio, la organización profesional entregaba de vuelta a la empresa correspondiente una media de 12 currículums para su valoración. Siete años después, el retorno es de apenas 2,5 currículums de media. «Cada vez se piden cosas más concretas y hacer 'match' cuesta», relata. «Muchas veces entre economistas cuesta encontrar perfiles. Hay puestos de prácticas en los que los sueldos son ya de mil euros. Las empresas se pelean por algunos perfiles en las universidades».

Las jubilaciones agravarán la escasez

39.195 cotizantes, casi uno de cada cuatro del territorio, se convertirán en pensionistas en la próxima década.

Para Panuero, el desajuste del mercado de trabajo se explica por varias cuestiones. Entre ellas, que la inmensa mayoría de los parados son «perfiles más 'senior' y menos cualificados». De acuerdo, con los datos de Lanbide, los mayores de 50 años representan ya a cuatro de cada diez personas sin trabajo en el territorio. A eso se suma que los jóvenes no buscan puestos en la industria o la construcción, apenas un 16% quiere recalar en esos sectores. «No se quieren manchar las manos». Y eso que los sueldos en muchas constructoras «son francamente buenos». Ese empleo suele acabar en manos de inmigrantes –muchas veces más por necesidad que por voluntad– «porque no tienen la homologación de sus títulos o no están cualificados».

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Contratación en el extranjero

A todos estos problemas se suman el reto de las jubilaciones: 39.195 cotizantes alaveses se jubilarán en la próxima década y pasarán a integrar el colectivo de pensionistas: casi uno de cada cuatro trabajadores. «La principal diferencia reside en que en caso de nuevos proyectos en ocasiones las necesidades reales de personal se observan a medida que ponemos en marcha el citado proyecto, mientras que en el caso de las jubilaciones sabemos a ciencia cierta y con exactitud los profesionales de los que vamos a tener que prescindir de un año para otro por cuestión de edad», replican los portavoces de SEA.

«Cada vez se piden cosas más concretas y hacer 'match' cuesta. Hay puestos en prácticas con sueldos de 1.000 euros»

Itziar Paunero

Colegio de Economistas en Álava

Para hacer frente a ese reto, las patronales vascas tienen pendiente una expedición a Colombia y a México para contratar profesionales en origen. Sin embargo, ese proyecto «lamentablemente sigue en una etapa incipiente». «Si fuera por las empresas, este proyecto estaría mucho más avanzado», recalcan desde la organización empresarial. «El problema radica en los complejos trámites burocráticos que se exigen por parte de las diferentes administraciones implicadas, tanto las de allí como las de aquí».

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A esas dificultades burocráticas se suma el problema de los alquileres, una cuestión que ya ha llegado a esos países de origen. «La vivienda representa un reto fuertísimo. Es parte integral de esta problemática de talento que tenemos», explicaba hace unas semanas Víctor Alvarado, rector del campus mexicano de la Mondragon Unibertsitatea, en relación a las ofertas de las empresas vascas para profesionales del país azteca.

El lastre de los alquileres

Muchas veces los precios de los pisos obligan a que las universidades de Latinoamérica recomienden «ajustar los sueldos» para captar talento.

Y aquí es donde entran en juego los sueldos. «A veces se recomienda a las empresas ajustar los sueldos allí donde los alquileres están altos», subrayaba Alvarado. «En muchas ocasiones las condiciones no son atractivas porque las jornadas son largas o los salarios son insuficientes o el convenio está pendiente de renovar. Muchos jóvenes no tienen una necesidad imperiosa de acogerse a un trabajo si las condiciones no son suficientes», puntualiza López.

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