Dos generaciones de floristas «en el mismo barco»
Sonia López y Ángela de la Hoz | Floristería Arantza ·
Ángela tomó las riendas del establecimiento en un traspaso. 38 años después, Sonia le cogió el relevo y ahora trabajan juntasLaura A. Izaguirre
Sábado, 27 de septiembre 2025, 01:00
Sonia López lo tuvo muy claro desde pequeña. Quería ser «floristera», tal y como le decía a Ángela de la Hoz cada vez que pasaba por su floristería todos los días de camino al cole. «Se dice florista», le corregía la entonces propietaria de Floristería Arantza. «Tú serás lo que quieras, yo voy a ser floristera», le replicaba aquella cría antes de terminar pidiéndole una flor.
Hoy, unos cuantos años más tarde, florista y 'floristera' comparten la historia de este comercio de Vitoria que sabe de la importancia de no cerrar un negocio que funciona. «Yo empecé trabajando en Floristería Arantza hace alrededor de 40 años y al año y medio lo cogí en un traspaso», recuerda De la Hoz. 38 años después, fue ella quien decidió dar un paso al lado y, con ayuda del programa 'Berriz Enpresa' del Gobierno vasco que facilita el relevo en el comercio, buscar savia nueva para una profesión «que me sigue gustando muchísimo».
Fue ahí cuando los padres de Sonia, clientes habituales de Arantza, jugaron un papel clave. Después de una conversación con Ángela, llamaron a su hija para hacerle una pregunta que cambiaría su futuro: «Aquello que decías de pequeña de que querías ser 'florista', ¿sigue en pie?». Por aquel entonces ella estudiaba Diseño Gráfico e Ilustración en Granada. Y no se lo pensó dos veces.
«Me gustaría promover mi negocio y los que tengo cerca para, en vez de hacernos sombra, acompañarnos»
Ángela y ella se dieron un año para que la joven aprendiera «desde cero todo el negocio, los nombres de las flores y plantas, a montar ramos y centros, cómo tratar con la gente...». Además de todo lo relacionado con la gestión propiamente dicha, para lo que «me ayudaron y enseñaron mucho en la Cámara de Comercio y en 'Berriz Enpresa'». Un apoyo con el que Sonia sigue contando. «Ofrecen muchos cursos de formación a los que me sigo apuntando, y todo de forma gratuita», asegura.
La idea era que, pasado ese tiempo, Ángela dejara a Sonia volar libre, pero «estábamos las dos tan a gusto que decidimos que yo siguiera trabajando allí tres horitas al día», admite De la Hoz. «Me puedo quedar un mes más, un año, diez... No lo sé, pero tengo claro que en el momento en que una de las dos ya no esté a gusto, desaparezco de la tienda», asegura.
Una forma de ver la vida al otro lado de Floristería Arantza que su antigua propietaria reconoce que «no es fácil», pero «tienes que ser consciente de que cada uno tiene su forma de trabajar, y tienes que aprender y seguir ayudando, estando...». ¿El secreto para que funcione? «Las dos nos hemos esforzado, querido lo mismo y estamos en el mismo barco», reconoce la antigua propietaria.
Más allá de flores y plantas
Por su parte, Sonia lleva apenas dos años al frente de Floristería Arantza y aunque reconoce que aún quedan cosas por aprender, ya tiene la vista puesta en el futuro. «Me gustaría poder exponer cosas en la tienda que no fueran sólo flores o plantas», asegura. Pero, sobre todo, a lo que aspira esta joven emprendedora es a buscar un futuro «en comunidad» en el comercio local vitoriano. ¿Cómo? «Por ejemplo, con iniciativas como la que hicimos hace poco para el Día de la Madre, cuando nos pusimos de acuerdo tres comercios -nosotras, un chico que hace postres y otra chica que lleva una joyería- para preparar un regalo completo y especial a un precio asequible», detalla.
Es decir, «seguir haciendo comunidad y poder promover no solo mi negocio, sino los que tengo cerca porque creo que, en vez de hacernos sombra, deberíamos acompañarnos», hace hincapié la ahora propietaria de Floristería Arantza.
Sección realizada con la colaboración del Departamento de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno vasco.