La Diputación de Álava estudia exponer las piezas falsificadas de Iruña Veleia
El departamento foral de Cultura trabaja en un proyecto para mostrar los restos arqueológicos malogrados por Eliseo Gil y sus colaboradores
Piezas como el calvario, el fragmento en el que se distinguía un 'cerdito' atravesado por puntas de flechas –bautizado con sorna como 'Porky' en numerosos ... foros especializados– y aquel otro en el que se podía leer con total claridad la frase 'Ian ta edan' (comer y beber) no acabarán, ni mucho menos, hechas añicos. Tampoco serán enviadas a lo más profundo de un almacén foral, cogiendo polvo y embaladas para tratar de esconder el episodio más bochornoso de la arqueología alavesa. El departamento foral de Cultura trabaja en un proyecto para exponer las piezas falsificadas por Eliseo Gil, condenado el pasado mes de junio por estafa y falsedad documental en los hallazgos del yacimiento romano de Iruña Veleia de hace ahora 14 años que pasaron de estar llamados a revolucionar los orígenes del euskera y de la representación de la Cristiandad a ser considerados burdas falsificaciones.
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Durante una visita de la Comisión de Cultura de las Juntas Generales al yacimiento de Iruña Veleia, el jefe del servicio de Museos y Arqueología de la Diputación de Álava, Javier Fernández Bordegarai, deslizó ayer a los junteros la intención de la institución foral de exponer las cerámicas malogradas por Eliseo Gil y su equipo. El sorprendente anuncio fue refrendado por la propia diputada de Cultura, la socialista Ana del Val, que confirmó que «es una idea que nos convence mucho», al tiempo que destacó que se trata de un proyecto que se encuentra todavía en un estadio muy embrionario. De hecho, tal y como ha podido confirmar este diario, la Diputación ni siquiera tiene todavía acceso a las piezas falsificadas, utilizadas como prueba fundamental durante el largo proceso judicial que acabó con la condena de Eliseo Gil y su colaborador Rubén Cerdán.
El equipo foral de Cultura todavía no tiene definido en qué formato se sacará a la luz pública las 36 piezas arqueológicas tardorromanas que fueron manipuladas por Eliseo Gil con diversas inscripciones, motivos religiosos, jeroglíficos y frases en euskera tal y como constataron los especialistas del Instituto de Patrimonio Cultural de España. También se desconoce si la exposición tendrá lugar de forma permanente en el propio yacimiento o como una muestra temporal en el Museo de Arqueología. Con todo, el plan foral sólo puede ser interpretado como un gesto para tratar de sacudir al valiosísimo yacimiento de Iruña Veleia de la enorme sombra de sospecha que lo envuelve tras el escándalo. «La ciudadanía tiene que ver las piezas para conocer lo que ocurrió aquí y qué se hizo mal», explicó la diputada del Val, que volvió a mostrarse satisfecha por la sentencia judicial en la que, negro sobre blanco, queda demostrado que las 'revolucionarias' halladas en los restos arqueológicos eran falsas y todos los informes pergeñados por Gil para validarlas, un fraude.
La visita de los 13 junteros al yacimiento fue solicitada por el líder del Partido Popular en Álava, Iñaki Oyarzábal, en febrero, mientras se celebraban las primeras sesiones del juicio contra Eliseo Gil y sus colaboradores. La Comisión de Cultura acordó el 'tour' por Iruña Veleia por unanimidad y fue programada para el 20 de marzo, aunque la pandemia obligó a suspenderla hasta ayer. Fue el propio Javier Fernández Bordegarai el encargado de guiar a los junteros por el yacimiento, del mercado que se levantaba extramuros de la ciudad romana hasta el templo que se erigía en el promontorio.
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Las piezas de Iruña Veleia que levantaron las sospechas
Un elefante en la habitación
Durante la visita, los políticos siguieron con atención las explicaciones, más de uno reconoció no haber pisado jamás el enclave y entre datos históricos y teorías arqueológicas, el escándalo de la falsificación de los grafitos se percibía como una especie de elefante en la habitación: todos los presentes lo obviaron. Fue la juntera conservadora Marta Alaña quien pidió la opinión del actual jefe de arqueología sobre el caso. Fernández Bordegarai se remitió a la sentencia judicial y no ocultó el enorme impacto que el fraude que cometió Lurmen, la empresa de Gil adjudicataria de las excavaciones, ha tenido en el yacimiento.
A día de hoy, los arqueólogos siguen trabajando en el terreno, en esas más de 100 hectáreas con «potencial ilimitado». Su labor se centra hoy en consolidar todo lo descubierto hasta ahora y más que a la dureza de las rocas, su labor científica ha estado condicionado durante años por una pesada losa que sólo la verdad judicial ha podido levantar. Al caso Iruña Veleia todavía le queda recorrido –el fallo de la Audiencia Provincial de Álava del pasado 10 de junio todavía puede ser recurrido–, pero, en su resolución, la magistrada Isabel María Díez-Pardo señalaba a Eliseo Gil como ideólogo de una trama que logró engañar tanto a la Diputación como al Gobierno vasco. Fue precisamente el ente foral, a través de la entonces diputada de Cultura, Lorena López de Lacalle (de EA, hoy partido integrado en EHBildu) quien denunció el caso. Era mayo de 2009 y las primeras sospechas sobre la falsedad de los hallazgos se remontaban a 2005.
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Entre junio de 2005 y el verano de 2006 se habían encontrado en Iruña Veleia decenas de restos auténticos, de época tardorromana. Según deja patente la sentencia fue en el proceso de lavado de las piezas cuando los empleados del yacimiento comenzaron a encontrar distinta iconografía y palabras en euskera. Sin embargó, en el fallo, la magistrada remarcaba que las inscripciones «no habían sido vistas en el momento de su hallazgo en la excavación». Los informes de los científicos especialistas no dejaban lugar a dudas: fueron realizadas con instrumental moderno y en algunas se encontraron restos de acero inoxidable. Con todo, la sentencia no logró probar que fuera el propio Gil quien realizara las inscripciones falsas. Hoy sólo un grupo de afines al malogrado arqueólogo siguen manteniendo que todo lo encontrado en Iruña Veleia fue real y no sólo una burda engañifa que la Diputación no quiere ocultar.
Una joya caída en desgracia que busca remontar el vuelo
«Toda la inversión que se os ocurra y alguna más será bien recibida aquí», insistió el jefe del servicio de Museos y Arqueología de la Diputación, javier Fernández Bordegarai, durante la visita en la que los junteros de la Comisión de Cultura de las Juntas Generales de Álva pudieron comprobar, sobre el terreno, el «enorme potencial» de Iruña Veleia, una joya caída en desgracia. Tras unos años ominosos, la Diputación pretende poner en valor de nuevo un yacimiento al que también le habían dado la espalda los visitantes en los últimos años. Un ejemplo gráfico: en 2008, un año antes de que estallara el escándalo se recibieron 6.500 visitas. En 2010, apenas se acercaron por allí 834 personas. La situación ahora parece remontar. El espacio acoge ahora unos 3.500 visitantes cada año y durante la pandemia, ha sido uno de los centros forales que mejor ha mantenido el tipo mientras los arqueólogos siguen trabajando. «Ahora sólo queremos poder trabajar en paz», aseguró el responsable foral.
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