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«La tormenta perfecta». Así de gráficos se muestran los portavoces de Bacalao Giraldo para definir la situación por la que pasa la empresa. Menos ... de un año después de la inauguración de sus nuevas instalaciones, con más de 9.000 metros cuadrados, para especializarse en la línea de platos cocinados, la compañía está diseñando un plan para reestructurar su deuda, un mecanismo previo al concurso de acreedores para evitar llegar a ese punto.
Según ha podido saber EL CORREO, la empresa ha llegado a este punto precisamente por la inversión realizada en la división de platos combinados. La nueva planta en Legutio, con una inversión de 10 millones, llegaba para atender un proyecto «enorme» y crecer en esta línea de negocio, pero dicha iniciativa –que implicaba un 60% de la facturación de este sector– se desbarató al perder clientes y pedidos cuando la compañía ya estaba ejecutando las obras de esas nuevas instalaciones.
Una situación así «hubiera supuesto el cierre o, al menos, una contracción del empleo importante en cualquier otra compañía», señalan portavoces de la firma. Las obras han sido un quebradero de cabeza para la empresa. Empezaron en 2020 y se pararon por la pandemia mientras se agotaba el periodo de carencia, en el que aún no tocaba pagar los préstamos a los bancos. Cuando se reanudaron, llegó la inflación, con un «sobrecoste importantísimo» en los materiales de construcción que hizo necesaria incluso una ampliación de capital.
Las obras concluyeron en 2023, pero sin el proyecto de negocio que motivó esa extensión. «Hoy estamos cerca de recuperar la cifra de facturación prevista al inicio de la ampliación, pero ya sin margen de maniobra para acometer el pago de las amortizaciones, lo que nos lleva a solicitar el plan de reestructuración de deuda», afirman desde Giraldo.
La situación de las obras se ha juntado con una reducción de las cuotas de pesca de bacalao en el Atlántico Norte y con la erupción de un volcán en Islandia que han complicado todavía más la coyuntura de Giraldo. Ahora mismo no puede repercutir los precios de su materia prima, el bacalao, sobre la clientela. Pese a ello, la dirección defiende que su firma «está muy bien valorada en el mercado» y que se está conversando con otras empresas del sector y con los bancos «para dar la vuelta a la situación».
Giraldo da trabajo a un centenar de trabajadores. Por el momento no se ha activado ningún ERTE y tampoco se contempla la posibilidad de ejecutar despidos. Sin embargo, el comité no oculta su «preocupación». Así lo asegura Blanca de la Fuente, delegada de ELA que mantienen que los sindicatos han tenido conocimiento de la situación «por causas ajenas a la empresa». «Nos han dicho que el preconcurso era de carácter reservado, pero hay que mantener al comité informado.Esto se venía maquinando desde julio».
La plantilla se enteró de la situación el pasado jueves en un encuentro con la dirección. Según De la Fuente, la empresa ha trasladado que «buscan inversores que ayuden a superar este bache». Los sindicatos mantendrán asambleas con sus afiliados para analizar los escenarios que se abren para la emblemática compañía y definir la estrategia a seguir desde las centrales.
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