Detienen en Perú a un vecino de Vitoria por amenazar con una bomba a un farmacéutico
La Policía del país andino le acusa de exigir a su víctima 5.000 euros a cambio de dejarle en paz
En teoría voló hace unas semanas a Perú, su país natal, para saborear sus vacaciones y reencontrarse con familiares y amigos. Sin embargo, hace apenas ... quince días, acabó en los noticieros y páginas de sucesos de los medios de comunicación de aquel lugar. Se trata de un vecino de Vitoria –ciudad «en la que reside desde hace años», según su entorno– acusado de «extorsionar» a un farmacéutico.
La historia posee mucha miga, por lo que conviene rebobinar. Hace casi un mes, un boticario se puso en contacto con la Policía Nacional de Perú alarmado por una increíble amenaza anónima recibida. «El 29 de mayo encontró, bajo la puerta de su consulta, un sobre con un artefacto explosivo y un manuscrito amenazante a cambio de no atentar contra su vida y la de su familia», relata a EL CORREO un portavoz oficial del cuerpo policial.
A cambio de dejarle en paz, «le exigían 25.000 soles» que, al cambio actual, son unos 5.000 euros. Parece una cantidad pequeña, pero en el país andino equivale a más de un año y medio del sueldo medio.
«Días de negociaciones»
En vez de amilanarse, la víctima de la amenaza acudió a una comisaría. A partir de ahí se estableció el juego del gato y del ratón.
Transcurrieron «varios días de negociaciones con los delincuentes», quienes pensaban que tenían al farmacéutico en el bolsillo cuando en realidad comunicaban con agentes. Pactaron un encuentro en un pueblito de 30.000 habitantes llamado Nuevo Chao, a unos 500 kilómetros al norte de la capital, Lima.
Los presuntos extorsionadores, dos varones, aparecieron montados «en un motaxi», una motocicleta de tres ruedas y con techo que goza de enorme fama en Perú. Este dúo pensaba que recibiría el sobre con los 25.000 soles cuando, sin embargo, les esperaban varios policías de paisano adscritos al Departamento de Investigación Criminal.
«Rápidamente fueron reducidos e identificados», describen las crónicas de los periódicos locales. El arresto se produjo el 11 de junio. A partir de ese momento se conoció que uno de los «facinerosos», como los describió la prensa peruana, era el vecino de Vitoria. Se trata de un hombre de 38 años. Su caso ha causado cierta conmoción entre la comunidad peruana de la capital alavesa. «Es un tipo conocido y querido. Nos ha sorprendido mucho», cuenta un allegado. En Álava ha destacado en varios campeonatos de fútbol sala.
Tuvo que prestar declaración y a las pocas horas quedó en libertad con cargos. Desde la sede central de la Policía Nacional de Perú advierten de que «deberá permanecer en el país hasta que avancen las investigaciones todavía abiertas».
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