Sigue la búsqueda de los ladrones que entraron a robar a casa de un ertzaina en Treviño

Ambos estaban descansando dentro del inmueble y los implicados se dieron a la fuga a bordo de una furgoneta en cuanto descubrieron que había gente en el interior. El ertzaina, lejos de amedrentarse y después de comprobar que su madre se encontraba bien, cogió su coche y empezó una persecución que terminó en el puerto de Zaldiaran. Allí, los tres supuestos ladrones advirtieron la presencia de la víctima y no dudaron en tratar de atropellarla, por lo que el agente sacó un arma y realizó varios disparos para tratar de frenarlos, según confirmaron portavoces del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco.

Uno de los tres individuos acabó arrestado y los otros dos se dieron a la fuga. Para tratar de localizarlos, la Guardia Civil y la Ertzaintza desplegaron un férreo operativo que mantuvo cortada la carretera que une el Condado de Treviño con la rotonda de Lasarte durante toda la mañana. Además, participaron agentes del instituto armado con motos de montaña para inspeccionar las zonas más frondosas del bosque de Zaldiaran. De momento, no se ha conseguido localizar a los fugados.

En Doroño, el susto fue mayúsculo. Es una zona donde apenas se habían registrado asaltos a domicilios hasta la fecha. Y es que, a diferencia de otros pueblos del propio enclave de Treviño, aquí abundan los ciudadanos que estudian o trabajan en Vitoria, pero vuelven a esta localidad para dormir rodeados de naturaleza. Desde este concejo -donde viven de continuo alrededor de 160 vecinos- hasta la ikastola Olabide, por ejemplo, apenas hay un cuarto de hora en coche sin acelerar mucho.

«Yo vivo a apenas unos metros de la casa donde ha sucedido todo y no me he enterado hasta hoy por la mañana», confiesa José Miguel Gonzalo, alcalde pedáneo de esta localidad. Porque cuando alguien avisó sobre gritos en el pueblo, la mayoría de los vecinos lo relacionó con la típica gamberrada de alguno de sus vecinos más jóvenes. «Como todos los pueblos contamos con un grupo de WhatsApp en el que avisamos cuando se escapa un perro o aparece un jabalí en la zona», comenta Gonzalo. Nadie se podía imaginar el suceso ni su espectacular desenlace. Quienes conocen a la familia afectada relatan que llevan años residiendo en Doroño y que él es un gran amante del deporte, por lo que es habitual encontrarlo en las inmediaciones del pueblo aprovechando la naturaleza. «Son gente muy cordial», coincidían varias de las personas consultadas por este periódico.

La normalidad volvió por la tarde a Doroño, aunque muchos coinciden en que les costará mucho tiempo olvidarse del sobresalto y más sabiendo que hay dos individuos fugados. «Entraron cuando estaban dormidos, así que les habrán dado un susto del que les va a costar recuperarse en los próximos días. Para nosotros tampoco va a ser fácil», añaden los vecinos.