«Estamos destrozados, es una tragedia enorme para todo el pueblo»
El pequeño municipio alavés declara tres días de luto por la muerte de los dos jóvenes, muy queridos queridos y conocidos
Pasear este martes por las calles de Irabien, el barrio más poblado de los seis que componen el municipio de Okondo, era hacerlo por un ... pueblo en el que los escasos transeúntes que se aventuraban por sus calles tenían muy pocas ganas de hablar. «Estamos destrozados; ha sido un palo muy duro para todo el mundo», remarcaba su alcalde, Jon Escuza (PNV), tras una noche en vela después de conocer la tragedia que se había producido en la carretera A-3632, muy cerca del Ayuntamiento ubicado en Zudubiarte.
En un pleno extraordinario de urgencia, en el que el propio alcalde y varios concejales no pudieron contener las lágrimas, el municipio acordó decretar tres días de luto por el fallecimiento de sus dos jóvenes vecinos. Las banderas del Consistorio ondean a media asta y se han suspendido todos los actos oficiales. El Ayuntamiento se ha comprometido «a poner a disposición de las familias todos los medios de ayuda posibles», empezando por el apoyo psicológico.
Esa pesadumbre del regidor y los concejales, alguno familiar directo de una de las víctimas del accidente, era compartida por los pocos vecinos que quisieron mostrar su pesar por la pérdida que había sufrido Okondo. Porque, en un municipio de poco más de un millar de habitantes, todos conocían a los dos chavales fallecidos y también a las dos jóvenes que les acompañaban y que permanecen hospitalizadas.
«Es una desgracia muy grande porque son dos chavales del pueblo a los que conocemos todos; y también a sus familias. Habían ido a Orozko, a las fiestas de San Antolín, y se han salido de la carretera justo cuando estaban llegando al Ayuntamiento. Estamos hechos polvo», detallaba Juan Antonio Jauregui sentado en una de las mesas en la terraza del Batzoki de la localidad. Un grupo de vecinos se arremolinaba en torno a él, incluso de la cuadrilla de los fallecidos, pero pocos eran lo que querían hablar.
«Estamos venga a llorar desde que nos hemos enterado del accidente, en una zona que no es complicada»
«Justo ha sido cuando ya estaban llegando a casa», lamentaba una clienta en el supermercado de la localidad, que conocía a los dos chavales desde que eran pequeños: «Estamos venga a llorar desde que nos hemos enterado;es una tragedia enorme para todo el pueblo».
El accidente mortal protagonizó las conversaciones del municipio, donde reinaba la consternación. Y también la extrañeza por la salida de calzada «en una zona que no es especialmente complicada» y dentro de un trazado, el que une Okondo y Llodio, «muy conocido». Muchos residentes lo recorren a diario para desplazarse a trabajar a la localidad de referencia de la zona. «Habrá salido un animal, un despiste... a saber. Pero una desgracia», remataba un conocido de los fallecidos.
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