Cinco excavaciones arqueológicas indagan este verano en el pasado de Álava
Kripan, Altube, La Leze, Manuerga, Ollerías o Bernedo han desenterrado parte de su historia para descubrir cuevas, cerámicas y necrópolis
Las excavaciones son para el verano. El buen tiempo y la menor posibilidad de precipitaciones son propicios para que los arqueólogos desentierren el pasado de ... Álava con sus paletas, picos, palas, brochas, punzones, piquetas, azadas, pinceles... El Departamento de Cultura de la Diputación respalda este año las campañas en cuatro yacimientos del territorio y hay dos más que cuentan con financiación propia o de otras entidades. Algunos se encuentran en plenas labores de campo, otros ya han pasado a una fase de laboratorio y en el caso de La Leze, en el municipio de Asparrena, se esperará hasta los últimos coletazos estivales para ponerse manos a la obra.
«Nuestros trabajos se centran en la zona que actualmente ocupa un merendero, así que si nos pusiésemos a trabajar ahora sería muy complicado porque es una zona muy concurrida. Aprovechamos el último tramo de buen tiempo», apunta Mikel Beorlegi, responsable de estas investigaciones. Allí llegaron tras muchos años centrados en la cuenca del río Araia, donde sus hallazgos con horizontes prehistóricos tenían lugar en parcelas de labranza y, por lo tanto, habían sido removidos por el arado. «Normalmente íbamos a tomar el 'hamaiketako' a La Leze y siempre encontrábamos lascas (tallas), por lo que al final nos animamos y por el tipo de material que salía rápidamente tuvimos la esperanza de localizar yacimientos de un Neolítico antiguo», explica.
En 2021 aparecieron los fondos de una cabaña semicircular, que tras las pruebas con Carbono-14 (el isótopo que se utiliza para datar materiales orgánicos) se calculó que corresponden al 5.700 antes de Cristo. «Eso nos sitúa en uno de los horizontes más antiguos del Norte. Vamos muy despacito, pero el objetivo es verificar que estas terrazas alrededor del río tuvieron ciertos acomodos, que pudieron ser poblados muy pequeñitos en los que desempeñarían labores complementarias a los núcleos más estables», describe.
Beorlegi reconoce que, de la misma manera que la 'puerta' de La Leze y las rocas de Egino conquistan ahora a muchos curiosos, también pudieron tener «un simbolismo en la época, además de una función de protección» por la cercanía de agua, arcilla o sílex.
16 Cuerpos
Los que se han encontrado en la necrópolis desconocida que había en el patio de armas del castillo de Bernedo. No había citas bibliográficas a este respecto.
Cristina Camarero está al frente del equipo de técnicos en arqueología que exploran el yacimiento en Kripan. Allí se encuentra lo que se denomina abrigo Balanciego, es decir, una especie de cueva con poco fondo –de seis a diez metros– donde la gente se cobijaba. «Mi director de tesis doctoral fue Javier Fernández Eraso, que estuvo treinta años excavando en la Sierra de Cantabria y siempre se había encontrado con materiales del Neolítico o posteriores, en abrigos que se usaron como corrales y refugios para animales en verano.
Cuando se retiró empezamos a explorar el cuevón Balanciego 1, que se quedó en la época del Hierro –1.000 años antes de Cristo–, y en el abrigo actual ya hemos encontrado materiales tallados de piedra, que por su morfología sabemos que son anteriores la entrada de la agricultura y la ganadería al sur de Álava», detalla recién salida del 'agujero' en donde buscan más evidencias durante la presente semana.
«Eso es una novedad muy importante porque hablamos de un Paleolítico superior. Es algo único en la zona de Rioja Alavesa», subraya esta 'prehistoriadora', que tiene que combinar estas labores con otras en el mundo de la Arqueología.
El equipo liderado por José Rodríguez Fernández ya ha recogido el material del yacimiento del despoblado de Murabe (en Manurga, Zigoitia) y Nuestra Señora del Yermo (Altube, Zuia). En el primer punto llevan cuatro años de prospección alrededor de una parroquia fechada entre 970 y 1020. «Este año hemos empezado a excavar en la necrópolis asociada y en apenas una semana hemos descubierto junto a la sociedad etnográfica Abadelaueta. Allí, a falta del estudio antropológico, hemos recuperado algunas piezas decoradas de estilo prerrománico que son bastante importantes», avanza.
En su contexto
-
1020 Año en el que se abandonó el poblado de Murabe. En los últimos trabajos se han encontrado piezas de decoradas de estilo prerrománico que ahora se están analizando.
-
Bajo el abrigo El abrigo es una especie de cueva con poco fondo. El de Balanciego, en Kripan, cuenta con materiales tallados antes de las primeras referencias a la agricultura en la parte Sur del territorio histórico de Álava.
-
Dos hornos En Ollerías se hizo un primer escáner sobre el terreno entre el museo y el embalse, en donde se intuyeron dos hornos. Allí se ha realizado una primera prospección superficial para descubrir cuál era su cometido exacto.
En Nuestra Señora del Yermo se ha realizado la primera exploración para contrastar «si de verdad existía una ermita». «Estaba documentada desde el siglo XVI, aunque no estaba asociada a ninguna población tenía bastante culto y la gente del valle de Zuia se identificaba mucho con ella, pues era donde hacían el reparto de ganado con Baranbio. Lo que sucede es que a finales del XVIII se abandona y pasa al olvido, hasta el punto de que existe documentación que habla de que se quitaron las 'piedras buenas' y prácticamente ni se veía, sólo la localizamos en un hayedo con las indicaciones de la gente de la zona», explica Rodríguez Fernández. Ahí han descubierto la planta de la ermita, una edificación auxiliar que se utilizaba de almacén y casa-comedor para cofrades y autoridades.
Por otra parte, camino del puerto de Barázar se encuentra Ollerías, cuyo nombre –como es obvio– viene de la fabricación de este tipo de cerámicas. «En la donación de unos terrenos a un monasterio en el siglo IX, se menciona Olleros con una serie de referencias geográficas que coinciden con esta misma ubicación. Es la mención más antigua en castellano a este oficio. Además Blanka Gómez de Segura ya descubrió que corresponden al barro de esta zona», explica Sergio Escribano, profesor de Arqueología que dirige este proyecto con el apoyo económico del Ayuntamiento de Legutio.
«Desde el año pasado hemos hecho unas prospecciones geofísicas para buscar restos de hornos entre el actual Museo de Alfarería Vasca y el embalse. Encontramos varias evidencias, y en julio excavamos a nivel superficial para comprobar la existencia de dos hornos, ahora lo que falta es que hagamos una datación de radiocarbono para saber de cuándo es. Ya estamos pensando en abrir un poco más el área de excavación en el futuro para precisar la estructura entera», comenta.
También se han dado por concluidos los trabajos en el castillo de Bernedo. En este caso, no se han centrado exclusivamente en el verano, pues forman parte de los presupuestos participativos de la Diputación. Hubo una primera prospección entre noviembre y enero, y una segunda de mayo a julio. «Hemos hecho bastante, pero aún tenemos mucho trabajo por delante. El edificio no parecía grande y lo que sucede es que no sabíamos cuál era todo el contenido que nos íbamos a encontrar en su patio de armas», indica Javier Ajamil, de Ondare Babesa.
Se ha trabajado en el foso defensivo que rodea el castillo, el torreón y la sorpresa ha sido en el mencionado patio de armas triangular. «Hemos encontrado rellenos de metro y medio de espesor, por lo que ha sido muy costoso y se ha descubierto que la distribución de las entradas eran distintas a lo que sucedía. Al margen, lo que más nos ha llamado la atención es el descubrimiento de una necrópolis con 16 cuerpos de adultos y menores, al margen de lo que era previsible como vajilla de cerámica, vidrio, punta de flecha o balas de arcabuz», desgrana.
Lo que sucede es que no existía ninguna referencia bibliográfica sobre la existencia de un cementerio en esta zona, y eso que existe de todo tipo. «En 1592 se pasó un cuestionario a vecinos del pueblo a raíz de unas diligencias del rey Felipe II sobre el estado de las fortalezas. Y ya hablan de que llevaba 15 años abandonado y que los tejados se habían hundido. Sin embargo, no había ninguna mención a esta necrópolis, que claramente fue anterior», indica Ajamil.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión