El autor de una violación en una fábrica abandonada de Vitoria se beneficia de la ley del 'sí es sí'

Los hechos ocurrieron entre la noche del 29 al 30 de mayo de 2020, en la que hubo «dos» ataques sexuales. «Consentidas» para él. Todo lo contrario, según la víctima. Y sobre si hubo consentimiento o no versan los 26 folios de la sentencia firmada por Ana Zulueta y validada por sus compañeros Jesús Poncela y Francisco García Romo.

Y los tres magistrados no tienen duda alguna de que la víctima, tutelada por una fundación por su «trastorno por un consumo de alcohol grave», dice la verdad. Los agentes de la Ertzaintza que la atendieron en primer lugar corroboraron en sala su testimonio, lo mismo que los forenses que la examinaron o trabajadoras sociales.

Este juicio por la vía penal, celebrado los días 26 y 27 de marzo, dejó además una imagen inédita en la Audiencia alavesa. El ahora condenado, que hoy miércoles cumple 53 años, se orinó y se quedó dormido. Esta actitud nunca antes vista en esta sala obligó a llamarle al orden y sacarle de la sala para lavarse.

El fallo le absuelve, eso sí, de la acusación de delito leve de lesiones, pero le impone 25.000 euros de indemnización a la víctima, que no pagará al ser insolvente. Este hombre lleva casi veinte años en la capital de Euskadi.

Y de momento no ingresará en prisión por ese periodo de cinco años ya que su abogada de oficio, Julieth González, anunció ayer a este periódico que recurrirá al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).