Las Brígidas aspira a acoger la escuela de hostelería y abrir un restaurante en su capilla
El proyecto, todavía incipiente, centralizaría las funciones de la Iglesia junto a la sede del Obispado en Vicente Goicoechea
Al antiguo convento de las Brígidas se le presenta un panorama ambicioso y esperanzador. Según ha podido saber EL CORREO, el Ayuntamiento de Vitoria y ... el Obispado buscan fórmulas para unificar la actual sede episcopal con todas las dependencias de la Iglesia, la escuela de hostelería de Egibide y su restaurante en el emblemático inmueble de la calle Vicente Goicoechea. El comedor del centro, donde los alumnos practican sus avances y supone una alternativa para el menú diario de decenas de vitorianos, es una de las principales apuestas de la iniciativa, ya que se ubicaría en la capilla del viejo edificio religioso.
Se trata de un proyecto de envergadura, todavía incipiente y que depende del visto bueno de tres instituciones (el Consistorio, la Iglesia y el centro educativo concertado), pero las posturas ya se han acercado con buena sintonía y tienen varias reuniones más previstas en agenda. La propuesta persigue cuadrar los intereses de los tres promotores. Por un lado, resuelve la búsqueda de una nueva ubicación para la escuela de hostelería, más cercana al centro de la ciudad (ahora se encuentra en Mendizorroza), y dotarle de un toque distintivo al situar el restaurante en la capilla. El propio obispo, Juan Carlos Elizalde, sería el encargado de desacralizarla para que se destine a un nuevo uso, desligado ya del religioso.
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Un nuevo centro de atención social sin ánimo caritativo
El nuevo centro educativo ocuparía, por tanto, parte del inmueble de culto y de la zona más cercana a las huertas, ubicadas en la parte trasera del colegio Urkide. Según recoge el boceto actual, el futuro aulario se establecería en este segundo área, de ahí la conveniencia de que los intereses confluyan. En cualquier caso, fuentes cercanas a las reuniones que se han mantenido en las últimas semanas señalan que los proyectos no son excluyentes; es decir, que una idea no anularía otra en caso de frustrarse por el camino.
Activar un inmueble sin uso
El Obispado, por su lado, lograría centralizar buena parte de sus funciones entre los números 5 y 13 de la calle Vicente Goicoechea. Entre ellas se encuentra la librería, la sala San Pablo, la Casa de la Palabra de Cáritas y las nuevas dependencias en la parte del antiguo convento. Se trataría, en definitiva, de ubicar el gobierno de la Iglesia en el mismo punto. La institución religiosa, no obstante, aún no ha definido la distribución de los diferentes servicios.
Con la operación, el Ayuntamiento lograría dotar de actividad a uno de sus múltiples edificios en desuso, sobre todo en la zona próxima al centro y al Ensanche, donde cuenta con un gran número de equipamientos de gran valor arquitectónico pero con limitaciones técnicas. No obstante, los contactos entre las instituciones, en los que también han participado profesionales de la construcción, se han centrado hasta ahora en el marco jurídico y legal, de modo que aún restan diversas cuestiones por concretar -tampoco se descarta que se planteen distintos proyectos en un futuro próximo-. Entre ellas destaca la notable inversión que requiere el inmueble, que encadena más de una década sin actividad, y que cuenta con un elevado valor histórico por su particularidad.
Fachada de Olaguíbel
El antiguo convento, concebido por Justo Antonio de Olaguíbel, data del año 1783. De aquel edificio, sin embargo, apenas se conserva poco más que la fachada, ya que fue demolido a principios del siglo XX para abordar la construcción de la Catedral Nueva. El traslado de la portada a la actual ubicación, que albergó a las Brígidas hasta su traslado a Valladolid en 2007, es uno de los elementos que ensalza el valor histórico y emblemático del inmueble, que precisa una ambiciosa restauración, sin duda uno de los aspectos más sensibles para garantizar la viabilidad del incipiente proyecto.
El complejo, que abarca los números 9, 11 y 13 de la calle Vicente Goicoechea, acumula casi 15 años de búsqueda de un nuevo uso. El proyecto que estuvo más cerca de culminar fue la instalación del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS) durante el mandato de Xabier Agirre (PNV) como diputado general. Aquella iniciativa, que nació en verano de 2008 e iba acompañada de las Aulas de la Tercera Edad, quedó en suspenso y acabó sepultada por la crisis económica a principios de la década de 2010. Pese a los intentos de abordar el desembolso de la reforma, también en el sector privado, con el cambio de gobierno en la Diputación y la llegada de Javier de Andrés (PP), la iniciativa quedó aparcada de forma indefinida.
En su contexto
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1783 es el año en el que se construyó el convento original, en la actual ubicación de la Catedral Nueva. De aquel edificio se trasladó la fachada, de Justo Antonio de Olaguíbel, que eleva el valor histórico del inmueble.
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14 años sin uso Desde que las últimas monjas se trasladaron a Valladolid, ningún proyecto ha prosperado. El más destacado fue instalar el Instituto Foral de Bienestar Social (2008), sepultado por la crisis económica.
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5 portales tiene el complejo, desde la sede del Obispado (número 5), hasta la capilla del convento (13). El edificio religioso coexiste con viviendas.
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El centro de hostelería El aulario se situaría en la parte más cercana a las huertas, mientras que el comedor, que también actuaría como restaurante, se encontraría en la capilla después de su desacralización.
Pamplona ya tiene un local similar en su casco antiguo
A pesar de que disfrutar de un buen menú en una capilla pueda sonar a cierto contraste, el proyecto que plantea Vitoria para el convento de las Brígidas tiene un precedente cercano. Se encuentra en Pamplona, en el casco viejo de la capital navarra, en la calle Dos de Mayo. Se trata de una antigua capilla (así se llama también el restaurante), que data de 1903; es decir, cercana en el tiempo a la de la calle Vicente Goicoechea de Vitoria. Y es que aunque la fachada se levantó en el siglo XVIII, el resto del edificio fue construido a comienzos del XX.
El concepto de restaurante que persigue Vitoria, sin embargo, se encuentra un tanto alejado de un local hostelero convencional. Y es que el principal objetivo será formar a los alumnos de la escuela de Egibide. No obstante, la oferta del centro de formación, ahora ubicado en los frontones de Mendizorroza, supone una alternativa socorrida y económica para los trabajadores y vecinos de la zona.
En caso de prosperar el proyecto del convento las Brígidas, el nuevo restaurante se establecería mucho más cerca del centro y del Ensanche, donde la competencia del sector es más voraz.
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