Bomberos alaveses, de misión en el Amazonas

«Recibimos dos cartas de ayuda de entidades bolivianas emplazándonos a desplazar el personal que pudiéramos para colaborar hace cinco días y hemos preparado todo en el menor tiempo posible», explica Juan Carlos Delgado, coordinador de la ONG. La primera llegó desde el Gobierno autonómico guaraní Charagua Iyambae, y la segunda desde la Central Indígena de Comunidades de Concepción. La visita para trabajar en la Amazonia brasileña y el Chacho boliviano se extenderá hasta el martes 17.

A sus 30 años, Héctor ha participado en varias brigadas helitransportadas a distintos puntos de la península. «He estado en Valladolid, en Burgos y en Treviño, donde se incendiaron 3.000 hectáreas», enumera. Tras hacer escala en Cochabamba, este martes les recibió el personal del parque de Bomberos de Santa Cruz. «Estos días trabajaremos bajo sus órdenes, ellos son quienes conocen en el terreno y las necesidades que puedan surgir», señala Mardones, quien tiene su actual puesto en el parque de Salvatierra, dependiente de la Diputación alavesa.

Estos compañeros destinarán sus días de descanso a esta labor solidaria y han costeado buena parte de sus billetes, pero los 120 compañeros del parque han arrimado el hombro para ajustar el cuadrante y hacer posible la misión. «Cuando vuelvan les tocará devolver guardias, y aquí los turnos duran 24 horas», apunta Delgado. No obstante, un incendio que lleva meses activo no se apaga en una semana, por lo que sus compañeros de la sede de la ONG en Zamora no descartan protagonizar un segundo turno. Pérez, Ogueta, Navidad y Mardones portan consigo algunas herramientas que les harán más fácil moverse por un terreno desconocido para ellos. «Hemos estado estudiando las especies y la fauna que encontraremos allí para saber cómo actuar, cómo son las raíces de sus árboles...», indica Pérez.

Estos bomberos desconocen qué recursos van a encontrar en Bolivia después de meses de lucha contra los incendios que están devastando el Amazonas. «Querían llevar alguna motosierra por si necesitaban tumbar algún árbol, pero no han podido llevarla en el vuelo regular», apunta Delgado sin dejar de revisar los buzos de extinción forestal que vestirán allí. También llevarán consigo mochilas extintoras, cascos especiales, azadas y mochilas con geles y barritas energéticas para hacer frente a la deshidratación en una zona con mucha humedad.

«Ojalá pudiera irme con vosotros para ayudar», se despedía un compañero en la base de Aguirrelanda. No es sencillo organizar una misión de ayuda en tan poco tiempo, pero la ONG Acción Norte también colabora con el parque de Bomberos de Braganza, en Portugal, y desarrolla un proyecto para crear los primeros parques de bomberos en algunos asentamientos del Sáhara. «Formamos desde cero a varios bomberos locales que tenemos en nómina allí. Estas comunidades todavía apagan sus incendios poniéndose en peligro y tapando las llamas con arena», afirma Delgado.