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Se le echó en falta por San Prudencio en la exhibición de herri kirolak en Armentia, la de esos hombretones de caserío que levantan piedras ... a prueba de lumbago y parten troncos con cuidado de no darse un tajo en el pie. Faltaba la esencia del deporte rural, la del tipo singular que hacía más amenos los desafíos ancestrales. Por primera vez en años no estaba Luis Mari Bengoa Ortiz de Zárate (Otxandio, 1945) y su sabio micrófono. «Vizcaíno de cuna y alavés de cama», suelta quien se declara tan babazorro como Celedón. «Quinto de don Celes», añade, entrañable personaje con el que pide retratarse a la entrada a la redacción de este periódico en Postas.
Popular entre populares, el condimento de salsas, mercados y festivales, el caballero del pimiento de Ezpeleta, el amigo del 'pottoka' (caballo vasco) y el fundador de la asociación de calvos con humor (sin complejos), se ha retirado de la circulación rural casi con 80 años. Todo y más ha sido y es Bengoa, de currículo inabarcable, pleno de pasajes insólitos, poliédrico. Por toda una vida entregada a la tierra, a las cosas de Álava y Euskadi, a su divulgación y pasión, EL CORREO le reconoce como 'Alavés del Mes' de mayo. La distinción a un ilustre que quiso ser periodista o veterinario y se quedó en corresponsal con incursiones en prensa y radio locales. Eso sí, gracias a esa vena comunicativa triunfó con el programa 'Sustraia', veinticuatro años en ETB informando de agricultura, ganadería y pesca vascas.
Mucho antes de este reciente final de multiactividad ya se había jubilado de la Caja Vital, la resultante de la fusión entre la Municipal y la Provincial. Trabajó para la primera de jefe del personal subalterno -33 empleados a su cargo- y después, tras llamar la atención de los jefes, lo mandaron de gestor comercial de la entidad vitoriana a recorrer la provincia por las tardes. De ahí, de esas visitas a los pueblos para captar clientes que se los arrebataba a la banca rival, le viene lo de 'Bengoa, el de la Caja'. Así lo apodaron los aldeanos, que lo adoran, a los que embaucaba con iniciativas agropecuarias de todo tipo: ferias, asociaciones, viajes a otros lugares... En uno de estos se los llevó a Ordiarp (Iparralde), donde comprobaron que «sin carnero las ovejas se quedaban preñadas... Por inseminación artificial» (Risas). De otra salida con queseros y pastores a Roquefort-sur-Soulzon nació la Denominación de Origen Idiazabal.
Un agricultor-ganadero, una cartilla de ahorros de la 'Muni'. Que no se ofenda nadie, y menos a estas alturas, cuando el protagonista del mes ya ha bajado la persiana a sus muchas movidas adelantándose antes de que lo echen, pero Luis Mari es de los que piensa que «el buen comercial tiene que procurar que el contrario se arruine». Lo dice con ese tono de voz bajo característico que a veces exige del interlocutor una atención auditiva especial.
Don de gentes mejorado y agrandado con la experiencia que lo aprendió de crío, cuando ayudaba a la economía familiar con el cobro de igualas y ya de adulto, en una etapa en la que tan pronto vendía libros como betunes casa por casa porque quería crecer con el sudor de su frente. «En Aramaio aún tendrán alguna caja de betún mía». Pasó poco por la escuela, aprendió del maestro y el cura del pueblo, sacó el título de tornero, el de bachiller y hasta el graduado social. Pero su licenciatura la expidió «la universidad de la vida».
Hoy es el día que recuerda orgulloso que al volver de la mili -le tocó Ceuta pero se quedó en el CIR número 16º de Camposoto (Cádiz) como cornetín de órdenes por su virtuosismo con la trompeta-, le soltó a su padre: «Me voy de casa». De Otxandio. Y se fue, pero no lejos, porque siempre anduvo por los alrededores. Como mucho pudo ir a Marbella por encargo del Banco de Vizcaya.Emprendedor, comprometido, simpático, ameno, monologuista -solo habla él- y humano. Euskaldún del PNV, fue juntero, presidió la comisión de Treviño -asunto que aún colea- y participó de tres ejecutivas del ABB.
«Hay que respetar al adversario político», proclama. «Siempre lo mejor por Álava. Antes se pensaba con el corazón; ahora, con la tripa». Calcula que habrá recorrido cinco millones de kilómetros en coche desde 1969, recuerda que sufrió un accidente de tráfico en Acosta del que solo su trompeta y él salieron indemnes y titularía sus memorias: '25 horas'.
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