La batalla por el poder en Rioja Alavesa se libra gota a gota
El último intento del PNV por controlar el vino alavés es un paso más en su objetivo de afianzarse en la comarca más rica de Euskadi
Neil Diamond le cantaba a ese tinto ('Red Red Wine') que le hacía olvidar. Cierto: el de la breve amnesia transitoria es uno de los ... efectos más indeseables cuando uno se agarra una melopea. En Rioja Alavesa llevan décadas encadenando malos tragos de polémica que dan paso a periodos de resaca. El que se ha vivido esta semana, marcada por el plan frustrado del PNV para llevar a debate en el Congreso su propuesta para la creación de una denominación de origen específica de Rioja Alavesa «bajo el paraguas de Rioja», es el último capítulo de un debate recurrente, un bucle con taninos, que se descorcha cada cierto tiempo: el de las aspiraciones del nacionalismo por controlar el negocio. ¿Por qué un tema sectorial llega a llenar la copa política hasta desbordarla? Más que vino este es un asunto que tiene que ver con el poder. Y, más que a litros, se consigue gota a gota.
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Hace tan solo cuatro años, en agosto de 2017, las instituciones alavesas y los bodegueros brindaban con todo el boato por la «nueva era» que se abría para el sector vinícola alavés. Se había logrado una reivindicación histórica: que los productores pudieran etiquetar sus vinos como Rioja Alavesa, al mismo nivel que Rioja. Fue un «gran paso», en palabras del diputado general. «La presión de Rioja Alavesa y de las instituciones han dado sus frutos», se congratulaba Ramiro González. El tiempo hace que esas palabras adquieran ahora un significado mucho más profundo del que tenían entonces. La palabra 'paso' no era baladí. Era un paso porque, en realidad, la diferenciación no era el fin.
El PIB 'per capita' de Rioja Alavesa asciende a los 62.123 euros, el doble de la media de Euskadi
En aquel momento se venía de una situación tanto o más tensa que la que se ha vivido en estos últimos días. Un año antes, en julio de 2016, la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA) solicitó al Gobierno vasco la denominación de la marca 'Arabako Mahastiak-Viñedos de Álava', que aspiraba a convertirse en una Denominación de Origen Protegida (DOP) fuera de los márgenes de Rioja. La iniciativa partía de un grupo de «unas 40 bodegas» de las que nunca se supo ni cuáles ni cuántas eran exactamente. Aquello abrió una enorme división con el Consejo Regulador, pero también entre los bodegueros a este lado de la muga. Al final, el asunto quedó resuelto -o, mejor dicho, pareció quedar resuelto- con un acuerdo que permitía a los productores alaveses distinguir su producto. ABRA renunció, de forma temporal, a sus pretensiones de crear la marca 'Viñedos de Álava'. Hoy, sin embargo, sus aspiraciones siguen intactas. El Ministerio de Agricultura analiza el expediente para su tramitación y en EH Bildu siguen convencidos de que «'Viñedos de Álava' es la única alternativa posible».
Etiquetas diferenciadas
A día de hoy, según las últimas cifras oficiales, solo 88 bodegas de las 237 con registro embotellador en la parte alavesa han optado por identificar sus vinos con la expresión Rioja Alavesa. Son algo más de un tercio y representan 5,5 millones de litros de los 75 vendidos en toda esta zona. Las cifras permiten hacerse una idea bastante fiel de hasta qué punto la necesidad de buscar la diferencia es imperiosa en la zona. Eso sí, los bodegueros no son ni mucho menos un bloque monolítico. En el sector hay opiniones y sensibilidades diversas.
Aunque numerosos productores verían con muy buenos ojos una emancipación amistosa de la casa madre Rioja, la mayoría prefiere quedarse bajo el mismo tejado. Aunque encuentren necesario reformar de vez en cuando el cuarto de baño y cambiar las cortinas. Vaya, que pocos dudan de que es necesario que la Denominación de Origen tenga la cintura suficiente para flexibilizar sus normas adaptadas para cada zona, «pero para eso no hace falta dar un portazo como han pretendido los políticos», destaca un bodeguero que, como tantos otros de los consultados, prefiere no aparecer con su nombre. «Es evidente que la Denominación de Origen tiene que cambiar: no es posible que se vendan botellas de vino a menos de 2,90 euros», sostiene el antropólogo Luis Vicente Elías, especialista en el estudio de las denominaciones de origen de todo el mundo. «Pero esta ruptura que se plantea está absolutamente politizada», asegura el experto, que justifica que «a La Rioja y a Rioja Alavesa les une la historia».
El PNV controla 10 de los 15 municipios de la zona, hasta hace unos años feudo del Partido Popular
«El nacionalismo vende su plan en clave de proteger a los pequeños bodegueros y agricultores alaveses que sudan cada racimo frente a las grandes corporaciones de Logroño: esta visión es difícil de asumir», destaca el catedrático Antonio Rivera. En efecto, el argumento obvia que en Rioja Alavesa conviven los pequeños agricultores que embotellan sus propias uvas con los grandes grupos y se olvida del relumbrón de titanio de Gehry y del resto de 'bodegones' de campanillas, que han crecido en la zona al calor de una prosperidad sin parangón: es la comarca de Euskadi más rica, con un PIB per capita de 62.123 euros que dobla la media vasca.
Hay aquí mucho dinero en juego. Pero también intereses políticos entrelazados. El control del PNV en Rioja Alavesa es una realidad evidente. Desde las últimas elecciones municipales, los jeltzales gobiernan en diez de sus quince ayuntamientos. Y el peso de la zona en el engranaje del aparato nacionalista alavés queda evidenciado por el hecho tan simbólico y tan revelador de que el alcalde de uno de los pueblos más pequeños de por aquí, Leza (211 habitantes), es a su vez el presidente del Araba Buru Batzar, José Antonio Suso, discreto pero eficaz muñidor del avance nacionalista en Rioja Alavesa.
El cambio de color en el mapa político de la comarca ha ido en detrimento del Partido Popular, que tenía aquí tradicionalmente su gran feudo. Hoy los populares conservan tan sólo dos plazas: la de Navaridas y la de Baños de Ebro. En ese contexto se explica la oposición, tan beligerante, que han realizado los conservadores a todos y cada uno de los intentos por crear una denominación independiente.
Mientras, en La Rioja, gobernada por la socialista Concha Andreu, asumen que el paso atrás del PNV de esta semana sólo es temporal. Que la batalla por el control del Rioja alavés continuará. Y será gota a gota.
En su contexto
306
bodegas están inscritas en Rioja Alavesa. De ellas (el total en la DOC asciende a 713), 119 son cosecheros que hacen vino con sus propias uvas. Sin embargo, el número de bodegas con registro embotellador es inferior, 237, el 40% de las 576 de Rioja.
96,5
millones de kilos de uva se recolectaron en la pasada vendimia en la zona. La cifra supone el 23% del total de la cosecha recogida en el conjunto de la Denominación de Origen Rioja.
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20 bodegas producen el 75% del vino
Más allá del Ebro se produce cantidad y en Rioja Alavesa, calidad. Este argumento, que se repite de forma recurrente, no es del todo preciso. Menos de 20 bodegas de la zona producen el 75% de todo el vino que se produce en la comarca, con marcas tan emblemáticas como Marqués de Riscal o Faustino.
Julio de 2016
La Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA) solicita al Gobierno vasco la creación de la denominación 'Arabako Mahastiak-Viñedos de Álava' fuera de Rioja.
Agosto de 2017
El Consejo Regulador da luz verde a la diferenciación de los vinos de Rioja Alavesa y ABRA desiste, inicialmente, de su aspiración rupturista. Pero retoma su idea meses después.
Enero de 2020
El Gobierno vasco tramita la solicitud de 'Viñedos de Álava'. El expediente está ahora en el Ministerio.
Julio de 2020
El PNV presenta su proposición de ley para una denominación alavesa propia dentro de Rioja.
«El modelo Burdeos está muy bien, pero allí no hay ningún intento de control político»
Desde el Médoc, donde se producen algunos de los vinos con más solera del mundo, al Libournais, con sus celebérrimos Saint-Emilion y sus exclusivísimos vinos de Pomerol. Todos conviven en Burdeos. El PNV alavés acostumbra a poner la fórmula bordolesa como el ejemplo internacional de éxito para tratar de explicar sus aspiraciones de crear una denominación de origen propia de Rioja Alavesa, con la que controlar toda la cadena productiva, pero dentro de Rioja.
Sobre el papel, el ejemplo funciona. Allí conviven 65 'subdenominaciones' agrupadas bajo un gran paraguas común, sí. Pero también es cierto que la realidad que se respira allá, en la Gironda, poco tiene que ver con la que se respira por estos pagos. «Burdeos es diversidad y somos lo que somos porque somos un colectivo unido», explica Bénédicte Martre-Trocard, del Conseil Interprofessionnel des Vins de Bordeaux.
«Sí, en efecto el modelo de Burdeos está muy bien, como ejemplo es maravilloso», reconoce el antropólogo Luis Vicente Elías. «Pero allí jamás ha intervenido un partido, ni tampoco ha habido ningún control político», destaca el especialista en denominaciones de origen.
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