El Ayuntamiento de Vitoria estimula el teletrabajo con hasta tres días por semana

En el Ayuntamiento de Vitoria la cuota es todavía residual, pero este año amplía su banco de pruebas con más alicientes. Entre los más relevantes destacan los tres días de teletrabajo por semana (un 60% de la jornada) y la posibilidad, por primera vez, de que los jefes de servicio cubran su jornada a distancia un día de cada cinco (el 20%). El Consistorio acaba de aprobar la tercera edición de su plan, al que ha tenido acceso EL CORREO. Ofrecerá 70 plazas, que serán 20 más que en pasado curso. El aumento se debe a que ha detectado un incremento «significativo» en su demanda. El primer año ofreció 40 puestos y cubrió 24, en el segundo subió a 50 y los agotó, y ahora espera hacer lo propio hasta 70.

La oferta del Consistorio para sus funcionarios 'mejora' las condiciones recién aprobadas por el Gobierno vasco, que establece dos días semanales en remoto. La posibilidad de que un superior pueda acogerse al teletrabajo, mientras tanto, es algo que aún no se ha planteado la Diputación alavesa.

Los requisitos básicos que deben cumplimentar todos los interesados no parecen difíciles de cumplir. Pasan por que sea de carácter «voluntario», llevar al menos un año en el mismo puesto e trabajo, que sus labores no pierdan efectividad por realizarse en remoto, tener una conexión a internet, cuyas facturas correrán a cargo del trabajador, y los conocimientos suficientes de informática para desempeñar las mismas funciones. Eso sí, el Ayuntamiento dará prioridad a aquellos empleados que todavía no se han beneficiado del programa, ya que entiende que así llegará a más gente y será más «enriquecedor». Eso sí, necesitará siempre el «visado del titular de la jefatura del departamento y de la dirección correspondiente». Es decir, la última palabra la tendrán los responsables directos, algo que no termina de convencer a los sindicatos en el Gobierno vasco.

El Ayuntamiento distribuirá hasta 70 equipos informáticos (consisten en un portátil y un teclado) a quienes se acojan a esta modalidad, que durará del 1 de octubre hasta el 30 de junio. El plan deja claro que la Administración «en ningún caso asume gasto alguno, ni asociado a la luz, gas, silla ergonómica, o costes derivados de la adaptación del puesto» de trabajo.

Como resulta obvio, habrá puestos que no podrán optar a esta modalidad. Se trata de aquellos que impliquen una atención directa a la ciudadanía, labores de mantenimiento o tareas manuales, secretarías de dirección o aquellos trabajadores que utilicen información o datos «protegidos o especialmente sensibles». Por contra, se facilitará para los funcionarios que realicen informes, dibujen planos, proyectos o mapas, asesoría, traducción, mecanización y tratamiento de documentos en general. En cualquier caso, la autorización será individual para cada persona, no estará ligada al puesto que desempeña.

En caso de que las solicitudes superen la oferta (el Ayuntamiento no prevé aumentar esa cifra para este año), el Consistorio establecerá como criterio principal la antigüedad en el puesto de destino, en el puesto y, en última instancia, en el propio Ayuntamiento. Al mismo tiempo, la modalidad podrá quedar suspendida de forma temporal por cuestiones técnicas (las reparaciones se realizarán en los días de trabajo presencial) y se revocará en algunos supuestos. Es el caso de un «incumplimiento» de los objetivos marcados, la «alteración» del equipo informático, el uso «ajeno» al trabajo o, como es lógico, por mutuo acuerdo.

El Gabinete Etxebarria observa en el tercer plan del teletrabajo una «oportunidad doble» para introducir «cambios en las formas de organización que mejoren la prestación de los servicios y el bienestar» de los trabajadores, según explica el concejal de Función Pública, Jon Armentia (PSE). Una vez concluido el programa, el Consistorio encargará un informe de «conclusiones», con el objetivo de hallar aspectos a mejorar y analizar posibles cambios en el programa del próximo año, incluida la creación de nuevas plazas.