Llodio mantendrá cerrado el matadero y convocará un nuevo concurso este año

Las razones que han llevado al Ayuntamiento a tomar esta decisión son «las irregularidades en la gestión de los residuos», señaló Añibarro, que llevaron al cierre cautelar de la instalación el pasado dos de julio. Entre ellas destaca que el estiércol y los restos del tubo digestivo de los animales «deberían gestionarse a través de una empresa autorizada según recoge el contrato y no se ha hecho así». Añibarro añadió que «no se han adoptado medidas para controlar los vertidos de aguas residuales y la limpieza del pozo séptico». Por tanto, el Ayuntamiento resolverá el contrato con el adjudicatario y convocará un nuevo concurso.

Es la segunda vez que se cierra el matadero llodiano por los vertidos. La anterior, en 2019 provocó que tanto el alcalde actual, Ander Añibarro, como el anterior, Natxo Urkixo, fueran llamados a declarar por una denuncia tras un vertido de sangre al río. La autoridad judicial aún no se ha pronunciado respecto a la existencia o no de delito, pero en el caso de que Añibarro fuera imputado, «mi futuro como alcalde será breve», señaló a finales de julio a EL CORREO, dado que podría verse obligado a dimitir en aplicación del código ético de su partido, el PNV.

El cierre del matadero afectará también a carniceros y ganaderos, que utilizaban sus instalaciones para sacrificar su ganado. Añibarro señaló que «de las más de 3.000 vacas que se sacrificaron el año pasado, solo 60 son de Llodio». Por eso, el Ayuntamiento ha anunciado una línea de ayudas para el sector primario local, aunque no ha cuantificado ni su cuantía ni las condiciones de acceso.

Son muchos los condicionantes que hacen que el matadero tenga dificultades para garantizar su continuidad. La primera de ellas, que una parte importante de la maquinaria que hay en el interior de la instalación es propiedad de la empresa que se encarga de la gestión en la actualidad, Emusan. Por otro lado, que el matadero tiene pendientes inversiones cercanas al millón de euros. Ya estaba prevista la construcción de una depuradora en las instalaciones para acabar con los vertidos de sangre, que se había cuantificado inicialmente en 400.000 euros, «pero una vez redactado el proyecto, la inversión asciende a 900.000», señaló el alcalde. Preguntado acerca de la intención del Gobierno vasco respecto a la continuidad del matadero llodiano, Añibarro ha señalado que «se están estudiando todas las posibilidades», aunque insistió en que su voluntad es mantenerlo abierto. Lakua había reservado 200.000 euros de su presupuesto para hacer las inversiones que necesita la instalación y Añibarro ha añadido que «hay que tener en cuenta la financiación y el modelo de gestión que se plantea de cara al futuro».