Investigadores ayaleses crean una editorial para publicar sus trabajos
Aprende ha iniciado sus trabajos de impresión con 'Aiara. Once meses en guerra', escrito por el historiador Sergio Balchada Outeiral
Los grupos de amigos suelen quedar a tomar un café, a salir al monte o a comer. Lo que no es tan habitual es que ... decidan crear una editorial para publicar sus propios trabajos de investigación. Es el caso de un grupo de hasta siete historiadores, profesores y arqueólogos de Ayala que se reúne cada semana en el bar Albizabal de Amurrio a charlar, hacer risas y a poner en común sus inquietudes que giran alrededor de la historia, la naturaleza y el conocimiento. Para sacar a la luz el trabajo que han ido haciendo a lo largo de su vida, han creado la Editorial Aprende. «El nombre viene de un gran amigo, Pedro Isasi, que sufrió un ictus hace 20 años y habla con dificultad. 'Aprende' es una de sus fases míticas», explica el biólogo Enrique Arberas.
La razón del nombre del proyecto no justifica del todo una experiencia tan rompedora como la que acaban de poner en marcha. Responde más a «la inquietud por difundir nuestra comarca, por soñar, tener pasión por saber», sin tener que rendir cuentas más que a ellos mismos, un grupo que además «está abierto a todo el que tenga inquietud por conocer», añade Arberas.
El proyecto responde a «la inquietud por difundir nuestra comarca, por soñar, tener pasión por saber»
En el grupo se integran además del propio Arberas e Isasi, otros historiadores como Juanjo Hidalgo, experto en Edad Media; el doctor en Historia Contemporánea Aketza Merino o el historiador Sergio Balchada. A veces también acuden a las reuniones otro historiador experto en la Guerra Civil, Josu Santamarina; el arqueólogo Arturo De Lombera Hermida y el artista multidisciplinar y responsable del bar Albizabal donde se encuentran cada semana, Guillermo Trujillano, entre otros.
Juntos han colaborado en el primer trabajo que verá la luz con el sello de la editorial que acaban de crear. 'Aiara. Once meses en guerra' de Sergio Balchada Outeira, 'Satxa', que se presentó ayer en la iglesia de Agiñiga. Este fue el primer acto de un recorrido que llevará al autor por varios puntos de la comarca para dar a conocer su investigación.
Balchada es un gallego de la localidad pontevedresa de Marín que llegó hace veinte años a Maroño y se asentó en el pequeño concejo ayalés. «Escuchaba a los vecinos hablar de las trincheras de la Guerra Civil que había en el pueblo». Aquel fue un hilo del que tirar tras la publicación de su primer libro, 'Galegos no Exército de Euzkadi. 1936-37' (2022). Siguiendo al estela de sus paisanos, se encontró con la Guerra Civil en Ayala y junto a sus compañeros de aventura recorrió trincheras, nidos de ametralladora, abrigos de toda la localidad y sus cercanías para buscar restos de la contienda.
Evidencias de la batalla
Se encontró con las evidencias de la batalla que tuvo lugar entre el 23 y el 26 de junio de 1936. «Pedimos permisos para excavar y encontramos balas percutidas de los dos bandos en el monte Zaballa de Sojo. Un abrelatas, un mechero de la época...». Los restos materiales vienen a confirmar los testimonios orales y la documentación que habla del combate en este término y, sobre todo, de cómo se movieron por la zona los batallones, «llegados de la zona minera, Muskiz, Ortuella, Balmaseda... y cómo fueron tomando posiciones» a los pies de la Sierra Salvada. «Aquello supuso un gran impacto para la gente de la zona. Eran personas que venían con ideas novedosas que no estaban extendidas por aquí», destaca Balchada.
La investigación de varios años también ha sacado a la luz grafitis de la época y sigue el rastro de los gallegos integrados en el batallón Bakunin que peleó en la batalla de Txibiarte, en el monte San Pedro, de Amurrio.
Un proyecto sin subvenciones y autofinanciado
Los miembros de la Editorial Aprende financiarán sus publicaciones con la venta de sus libros. Calculan que esos ingresos les permitirán continuar con la publicación de nuevos proyectos que tienen en cartera para los próximos años. «Tenemos un proyecto humilde, que nos costeamos nosotros mismos porque nos interesa la cultura y queremos vivir despacio, disfrutarla», explicó Arberas, que ha publicado ya varios libros y como sus compañeros, sabe lo que es enfrentarse a la maquinaria editorial. La mayoría de los integrantes del grupo tienen trabajos pendientes de publicar y han encontrado la vía para que vean la luz, «lejos de subvenciones y a nuestra manera, independiente».
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