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El Iguarrako desciende con mensaje en Amurrio
El pájaro más famoso de Álava prende las fiestas en un acto reivindicativo por Palestina marcado por el bochorno en la plaza
Ania Ibañez
Martes, 12 de agosto 2025
El bochorno y la ligera llovizna que asomaron por Amurrio no fueron impedimento para que el Iguarrako volara este martes a las 19:08 horas ... por los cielos de la plaza Juan de Urrutia. Tampoco diluyó el ánimo de los cientos de jóvenes que botaban y cantaban las canciones de sus cuadrillas entre golpes de bombo. Tal era el entusiasmo ante la bajada del pájaro que trae las fiestas de Amurrio que minutos antes del chupinazo se enzarzaban en una pelea con gaseosa entre varias cuadrillas.
Un ambiente que se animó aún más cuando los chupineros de la cofradía Los Amigos de San Antón dieron inicio al descenso del Iguarrako con un estallido rodeado de confeti y adornado con una bandera de Palestina. Y es que el pueblo de Gaza estuvo muy presente durante la jornada, sobre todo cuando Txerra Molinuevo, alcalde de Amurrio, vistió al majestuoso pájaro negro con un pañuelo blanco y azul en apoyo a los palestinos y evocando coros de 'Stop genocidio' y 'Palestina libre' entre los que festejaban en la plaza.
Un mensaje que también tuvo su hueco durante el pregón, de la mano de los cofrades Cosme Ibarrola y Jon Pinedo –'Jonpi' para todos los presentes–, que además de denunciar el genocidio sufrido por los civiles en Gaza, también exigieron a los políticos presentes que «no dejen morir nuestros pueblos, algo que está cerca de ocurrir».
Señalando a los presentes, 'Jonpi' pidió que se acercaran a los actos del municipio «como un vecino más», alegando que era la manera de «recuperar la esencia». Reivindicó que las fiestas de Amurrio son «únicas, son las nuestras» y concluyó el pregón recalcando que «un pueblo sin celebraciones es un pueblo muerto».
Tras abrazar a su compañero de pregón –un gesto que se contagió a través de la sala–, fue el momento de la entrega de pañuelos. Este año, por primera vez, estas telas tan significativas fueron a parar a todos los integrantes de Los Amigos de San Antón y no solo a sus representantes. Además, se vivió un emotivo momento cuando la madre de Ander, fallecido este año, recogió el pañuelo que le pertenecería a su hijo.
El sentimiento de pueblo también se dejó ver en la plaza, que regada por manguerazos para aliviar el calor, acogió a las seis cuadrillas que forman el corazón de estos festejos. «Las fiestas son todo», recalcaba Alaitz Urreta, de Euskotarrak, que al igual que sus amigos Aritz Gutiérrez, Julen Otegi y Oierri Bakoba lleva «desde txiki» en la cuadrilla. «La sentimos mucho, nos juntamos todos y lo vivimos mucho», respaldaba Julen. «Las cuadrillas se transmiten de padres a hijos, es una tradición».
Un legado que Iñaki, que lleva toda la vida en Dantza Lagunak, ha compartido con sus hijas Iraide y Ekiñe. «Las hemos vestido desde bebés», explicaba Oihane, su mujer, que pese a no ser de Amurrio, es integrante de la cuadrilla. Iraide lamentaba no haber podido participar en las carrozas, aunque el año que viene «voy a ayudar seguro porque es mi parte favorita». Ekiñe, por su lado, tenía un objetivo para la tarde: «darle el 'tete' al Iguarrako».
Catorce kalimotxos
Y es que la vida en cuadrilla es algo «muy especial», describía Itzaro González, integrante de Trot-Art. «Durante una semana estás con tus amigas, pero también con gente de todas las edades y nos sentimos súper unidos dentro de la cuadrilla», recalcaba junto a sus compañeras Saray Yuste, Izaro García e Irati Urretxu.
Para otros, sin embargo, las festividades son para «beber, beber y beber». Ese es el caso de Raúl y Andoni, de la cuadrilla El Boli, que ataviados con su traje –que describían de «butanito»– admitían no «haber participado mucho» en los eventos de su grupo y limitarse a hacer «bulto». Su objetivo de «pasárselo bien» se estaba cumpliendo, ya que Raúl llevaba la cuenta de cuántos kalimotxos se había bebido marcándolos en el brazo: catorce en total.
Tras el baño en la plaza, las cuadrillas se volvieron a conformar para comenzar el pasacalles junto al grupo de percusión Battuere Batukada y de la pareja de gigantes Mariaka y Marigabon, la actividad favorita de Saray Yuste porque «hablas con todos tus vecinos y con tus amigos que están en otras cuadrillas».
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