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Ocho días después de que trascendiesen los planes de Guardian para cerrar su fábrica de Llodio, el desmantelamiento de la antigua Villosa da este miércoles ... sus primeros pasos. La multinacional americana empezará a apagar por la mañana el horno de vidrio flotado. Lo hará entre fuertes presiones de una plantilla concentrada desde las 7.00 horas frente a la histórica planta alavesa.
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) rechazó ayer la última intentona del sindicato ELA de frenar el proceso de paralización de la infraestructura clave para producir en la factoría. El alto tribunal desechó las medidas cautelares solicitadas por la central de Mitxel Lakuntza porque «técnicamente el TSJPV carece de fundamento probatorio para aceptar algo tan decisivo como es la irreversibilidad del apagado del horno».
La justicia desecha el argumentario del principal sindicato en Guardian, que alegaba que el comité no conocía los daños del horno hasta que se le comunicaron los despidos. En parte, porque se detectaron en una inspección a finales de octubre. «Planteados así los hechos, el Tribunal ha de dudar de que durante tres meses ningún trabajador o técnico al servicio de la empresa constatara la existencia de los daños; es decir, no parece verosímil que la empresa lo ocultara», afirma el dictamen del Superior vasco.
ELA pretendía repetir lo que en su día consiguieron los sindicatos de Alcoa en Lugo. Pidieron medidas cautelares para que no se parasen las cubas de alumnio en la planta gallega y el Superior de esa comunidad autónoma atendió a sus peticiones. Pero esta vez no será así.La decisión judicial provocó el enfado de la parte social. ELA, molesta por la respuesta, lamentó el «terrible impacto» que tendrá sobre la plantilla. Por su parte, LAB presentó una denuncia ante Inspección de Trabajo y se dirigió a Osalan y a la Delegación de Trabajo del Gobierno vasco para que intervengan y paralicen el proceso de enfriamiento de la principal infraestructura de la antigua Villosa.
Un cese «urgente»Por la tarde, el Gobierno vasco, la Diputación alavesa y el Ayuntamiento de Llodio no consiguieron atrasar la parada del horno, pero sí que se haga de forma «controlada». Industria anunció ayer un acuerdo para que durante el enfriamiento se asegure la «integridad» de esta infraestructura, su «fiabilidad» y su «seguridad». Esta forma de proceder se hará, según Mikel Jauregi, de un modo que «no va a hipotecar el futuro del horno» y que permite «ganar tiempo» y «facilitar la entrada de nuevos inversores que traigan nueva actividad industrial a esta planta».
La empresa explicó que el apagado «debe llevarse con carácter de urgencia» y que el aparato de Llodio presenta unos daños que «no han sido vistos por Guardian en ninguno de nuestros hornos». Replicó, además, que el proceso de enfriamento es «planificado» y que va a seguir «las más estrictas medidas de seguridad y protocolos de prevención». «Si bien la compañía no contempla una inversión para una reconstrucción, el horno frío podría reconstruirse en una etapa posterior», aseguró en referencia a la posibilidad de que un socio industrial retome la actividad posteriormente.
Las movilizaciones de la plantilla arrancan hoy, pero las protestas se extenderán hasta el final de la semana. Mañana los 171 trabajadores comenzarán una huelga indefinida y el viernes hay convocada una gran manifestación que saldrá desde la propia fábrica de Guardian a las 18.00 horas.
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