Una exposición de 1.600 muñecas en Artziniega
Teresa Lafragua despierta la nostalgia con una colección que en su tercera edición presenta quinientos nuevos ejemplares
Más de 1.600 muñecas y también muñecos, que se dice pronto, esperan al visitante en el taller-museo Santxotena, en Artziniega, una colección de ... Teresa Lafragua que, como reza su título, invita al 'Despertar de una nostalgia'. Es ya el tercer año de tan singular muestra de juguetes, solo que de la anterior a la actual son más de quinientos los nuevos ejemplares, y eso que se dio a conocer con apenas medio millar. Abre únicamente los fines de semana, los sábados de 11:00 a 14:00 horas y de 16:30 a 19:30 y los domingos, en atención matinal. Permanecerá hasta el 17 de agosto y se programan visitas guiadas.
La primera muñeca de la que se tiene constancia se remonta al antiguo Egipto, de cuando a los niños se les enterraba con la suya. En España apareció una de madera articulada de la época de los romanos. La colección de Lafragua es más reciente. De hecho, hace no muchos años que se entregó a su recopilción entre compradas en tiendas, mercadillos o ferias, también regaladas y cedidas amablemente. Las primeras que llegaron a sus manos adornaban los belenes que se ofrecen por Navidad en el museo de esculturas de la localidad alavesa.
«A través de ellas se puede observar también cómo ha ido evolucionando la sociedad: temática, vestimenta, material...». También han derribado barreras, como la del racismo. «Habrá como unas 60 muñecas de color», dice la propietaria y comisaria de la muestra. Hasta el día de hoy, cuando las mujercitas se presentan para admiración de las niñas «con sus pestañas, pómulos, pompis...».
«Hay gente que se alegra de ver ese muñeco o muñeca de hace 50 años y otras personas, como un señora que me visitó hace un tiempo, que se entristeció, lloró porque tuvo una que se le mojó y la perdió», desvela Lafragua. En efecto, la colección despierta la nostalgia. A ella le han llegado piezas en desuso cuyo destino era la basura pero con su empeño y gusto las ha arreglado y hoy se pueden contemplar (admirar) entre cuidados ambientes en las salas del museo de Xabier Santotxena. Sentadas en una silla, apoyadas sobre una lavadora, dentro de cunas, encima de máquinas de coser, tocando el piano...
Barriguitas, Mariquita Pérez, Nancy, Barbie, Nenuco... Cada una con su particular vida. «Son más historias que contar y la misma magia de siempre», reflexiona la promotora. «Una cuidada selección de muñecas provenientes de distintas culturas y épocas, elaboradas en materiales diversos que nos invita a viajar en el tiempo y la memoria despertando emociones y recuerdos a través de su puesta en escena, porque ¿quién no ha jugado con una?», se pregunta la diseñadora de la enorme casa de muñecas de Artziniega.
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