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El Guk de Oro, el galardón más entrañable de Amurrio, pasará el sábado a manos de la Cofradía de Amigos de San Antón, un grupo ... de quince vecinos unidos desde la escuela por un cordón umbilical irrompible y un compromiso solidario igual de inquebrantable. Organizado por el Ayuntamiento y la asociación de comerciantes Izan, el alcalde Joserra Molinuevo les hará entrega de una réplica de la pieza escultórica emblema del municipio con la que se reconoce «a aquellas personas, asociaciones y entidades que con su trabajo y dedicación han dejado una huella significativa en nuestra comunidad». El acto se desarrollará desde las 19.00 horas en el Amurrio Antzokia.
El domingo posterior a la festividad de San Antón, el barrio de Amurrio que tiene en su entorno una ermita bajo la advocación del patrón de los animales bulle hasta la tarde con la feria agrícola y artesanal, la subasta de productos del campo y la rifa del cerdo muerto que montan los cofrades. Todo lo recaudado en una mañana festiva y solidaria se destina después a una obra benéfica. Han sido muchos los asistidos por la inmensa generosidad de los vecinos y otros visitantes a la fiesta ayalesa. La última ayuda, cerca de 5.000 euros, la ha recibido la agrupación musical de Aldaia, en Valencia, que perdió su instrumental por los estragos de la última riada en el Levante.
Lander Meaza, Imanol Arberas y el resto de amigos de San Antón se las ingenian cada año para montar un fiestón rural en los aledaños de la ermita de Amurrio. A partir de los productos que les regalan cada uno de los cien puestos de la feria, los promotores preparan distintos lotes y los sacan a subasta entre el público. Los asistentes pujan por queso, chorizo, morcilla, aceite, txakoli, sidra, miel y un largo etcétera de género hasta que a uno de los presentes se le asigna un conjunto de las viandas. Son muchos.
Aparte, un cerdo sacrificado colgado de las patas y adornado con un pañuelo casero reclama también la atención de los curiosos e invita a la compra de un boleto por un euro. Entre todos los vendidos se extrae un número y la persona ganadora o se lleva el cochino a casa o lo cambia por 400 euros de premio. Se expiden cientos y cientos de papeletas. «El año pasado hubo muchísima gente. Es una fiesta que gusta mucho», dicen los promotores.
Los Amigos de San Antón están «encantados» de recibir el Guk de Oro, aunque hay algunos que se restan méritos porque «a fin de cuentas solo trabajamos un día al año». «Pero siempre gusta que te reconozcan», tercia Arberas. Los quince ya cuentan los días que quedan para lanzart el txupinazo de las fiestas patronales. Eso es a mediados de agosto.
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