Autobuses escolares con goteras, cinta aislante y exceso de velocidad en Rioja Alavesa
Familias del colegio Víctor Tapia de Laguardia denuncian el mal estado de los vehículos, los continuos retrasos y que autocares no autorizados realizan las rutas desde el curso pasado
Autobuses con los retrovisores remendados con cinta de carrocero, cinturones de seguridad inexistentes, exceso de velocidad, goteras, retrasos continuos o vehículos no autorizados que realizan ... las rutas. Es la particular pesadilla que desde el curso pasado están viviendo familias de diferentes pueblos de Rioja Alavesa con el transporte escolar que cada día traslada a sus hijos al colegio público Víctor Tapia de Laguardia. En concreto los afectados son casi una treintena de alumnos de entre 3 y 12 años residentes en Samaniego, Elciego, Navaridas, Leza, Páganos, Lapuebla y Elvillar. «Por segundo año consecutivo nos enfrentamos a esta situación y a pesar de que lo hemos puesto en conocimiento de la Delegación de Educación en varias ocasiones no se ha hecho nada», lamenta una de las madres de las familias afectadas. «Estamos hablando de la seguridad de nuestros hijos y estamos preocupados», añade.
Los problemas comenzaron cuando el Gobierno vasco cambió la empresa adjudicataria del contrato para realizar esta ruta escolar. «Hasta ese momento no habíamos tenido ningún incidente y todo funcionaba correctamente. El problema fue cuando empezó a operar la compañía Víctor Bayo», trasladan desde el grupo de progenitores afectados. Una de las cuestiones que más les inquieta son las «malas condiciones» de los autobuses que realizan los trayectos. A lo largo del curso pasado y en lo que llevamos de este han visto retrovisores y cristales delanteros enganchados con cinta aislante, focos y chapas rotas, puertas que no cierran, goteras dentro de los autobuses, asientos rotos o cinturones que no funcionan. «Los niños se tienen que ir cambiando de asiento muchas veces hasta dar con uno que esté bien», relatan. A esto se suma el mal estado de muchas de las ruedas, prácticamente lisas. «Un coche con esas ruedas no pasa la ITV», censuran.
Pero estas no son las únicas incidencias. «Los excesos de velocidad son continuos. Hablamos de ir a 100 kilómetros por hora en tramos de 60 o a 70 kilómetros por hora donde el límite está a 50», detallan. Más allá de los menores, la monitora que se encarga de la vigilancia en el interior del autobús les ha podido confirmar este extremo. «Una ruta que está estipulada para 55 minutos se realiza en 30 minutos o incluso en 25», lamentan los progenitores. A esto se suma que algunos conductores no conocen los recorridos que les toca realizar y los continuos retrasos. «En la parada de Samaniego por ejemplo a los niños les ha tocado esperar diez minutos al lado de la carretera, lo que es inaceptable especialmente para los más pequeños». En otras ocasiones han llegado hasta veinte minutos tarde al colegio.
Escritos y llamadas
«La empresa se lava las manos y desde Educación tampoco nos dan ninguna solución a pesar de que desde septiembre de 2024 hemos estado comunicando todas estas incidencias», critican las familias, hartas de una situación que les mantiene en vilo cada día. Han remitido varios escritos a la Delegación Territorial de Educación en Álava y han realizado multitud de llamadas, sin embargo, la situación no mejora.
Los afectados aseguran que autobuses no autorizados realizan las rutas y que los retrasos son habituales
«El curso pasado nos pidieron tiempo y durante dos semanas estuvo la Ertzaintza haciendo las rutas detrás del autobús. La empresa empezó a hacer las cosas algo mejor, pero esto solo duró un mes», exponen. Tienen además el listado de vehículos autorizados para realizar estos trayectos hasta Laguardia y explican que muchas veces aparecen autobuses no autorizados para prestar el servicio. «Si ocurre cualquier accidente haremos responsables a las autoridades competentes», advierten.
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